Shift

Ser un mentiroso

Cuando aun era pequeño siempre me sentí curioso ante la gran atracción que existía entre los de mi especie con la luna, mi padre decía que era algo natural ya que esto era un resquicio de nuestros tiempos como bestias salvajes, mi madre sin embargo creía en esto de una manera más romántica, el cuento "El hombre y la luna" era un ritual antes de dormir, la historia en si hablaba sobre como la luna en una ocasión bajo a la tierra y se aventuró en un festival humano, es ahí donde conoció a un caballero el cual se enamoró perdidamente de la hermosa mujer, sin embargo la luna no sentía ningún tipo de sentimiento por el caballero, día tras día el hombre buscaba a la bella mujer y le cantaba hermosos versos, dedicaba poesía dulce y susurraba palabras de amor incondicional, poco a poco la joven dama correspondió las palabras de aquel hombre, en una ocasión el caballero siguió a la joven dama hasta un lago y fue ahí como logro ver a su amada subir al cielo y transformarse en la luna, maravillado salió de su escondite y comenzó a cantar, uno de los sirvientes del cielo observo esto y en un acto de celos e ira maldijo al hombre, transformando su cuerpo en una bestia, su melodiosa voz se quebró y un sonoro aullido salió de su hocico. La luna había cometido un tabú, por consecuencia para evitar que cometieran un pecado más grave se maldijo al hombre, cada vez que hubiera luna llena este tomaría la forma de una bestia, de esa forma la bella dama de plata no reconocería a su amado y aunque este cantara su voz nunca saldría, cuando el hombre murió, su familia y amigos en un intento de honrar su amor, cantaban a la luna con la esperanza de que esta algún día se reuniera una vez más a su amado.

-grr grrr-

Puedo escuchar el gruñido de Gilbert detrás de mí, por un momento me perdí en mis pensamientos, el cuerpo de Scott aun esta tibio, con un empujón alejo su cuerpo y con un sonido seco este queda tirado en medio de un charco de su propia sangre, aunque su forma humana se perdió, sus ojos fueron lo único que se mantuvo, esos ojos verdes, tan verdes como la pradera en donde me crié, tan verdes como...como él.

-¡Bravo!- una voz gruesa sobresale de entre los arbustos, el sonido de sus palmas aplaudiendo hacen eco en el lugar.- Debo decir que fue todo un espectáculo, jamás creí que vería la pelea de dominancia del clan de los lobos.

Estaba muy herido debido a la lucha, no estaba acostumbrado a este tipo de situaciones, aunque en mi forma humana no tendría problemas peleando, en mi estado actual sería una estupidez enfrentarme a la orden de los cuervos negros, Gilbert se encontraba en mejor estado, sin embargo no podía dejar que el asumiera toda la carga.

-Baja tus garras, solo estoy aquí por el bastardo a tus pies- dijo nuevamente aquel tipo, lentamente se acercó a una distancia prudente, pude sentir la mirada Gilbert detrás de mí.

Detrás de aquel hombre encapuchado aparecieron otros dos, uno de una estatura baja y otro un poco más alto que el que había comenzado la conversación, el de estatura baja tenía una ballesta mientras que el más alto mantenía firmemente una espada.

-Mathias no te acerques demasiado-dijo el bajito mientras me apuntaba con su ballesta. Gruñí ante su amenaza, mis garras punzaban y un constante zumbido permanecía en mis orejas.

-Está bien, solo queremos hablar- Levanto ambas manos en señal de paz, pero los dos tipos detrás no parecían estar muy dispuestos- No planeamos atacarlos, fuera de lo que se cree, nuestra orden solo elimina aquellos que crean desastres y atacan humanos, nos hemos quedado aquí lo suficiente para determinar que tu clan no merece un juicio por nuestra parte- puede sentir detrás mío la aura de Gilbert, posiblemente si estuviera en su forma humana estaría riendo de forma sarcástica, ¿Qué no necesitamos un juicio? Por favor, desde que tengo memoria la orden de los cuervos negros ha cazado a los míos, y ahora este tipo habla de un juicio como si fuera algo con sentido.