Ser descubrierto

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El crujir dela madera al ser quemada hace eco dentro de una cabaña, fuera el invierno abraza fieramente todo lo que se le enfrenta. Una imagen de lo que pareciera una familia normal prevalece dentro, con un padre sentado en un amplio sillón, una madre a su lado tejiendo un bonito suéter con un poco de dificultad, ya que su mano se encontraba vendada. En el suelo sobre una alfombra dos niños rubios jugaban con algunas figurillas que su padre les había hecho con madera, el más pequeño sostenía sobre su hombro su pomposa y caliente frazada, miraba debes en cuando la mano herida de su madre.

-Mamma ¿Qué pasó? (¿Que ha Pasado usted?)

La madre se ha puesto a temblar mientras ve a su marido en busca de apoyo. Este a su vez se acomoda en su sillón mientras mira detenidamente a sus dos hijos pequeños.

-¿Daddy?

-Antes que nada deben entender que afuera existe gente como nosotros, pero no tienen respeto por la vida de los demás, y es por eso que hacen actos que perjudican en algún momento a otros.- ambos rubios se miraron confusos.

-Lo que su padre quiere decir, es que deben tener cuidado con las personas que no conocen y aun mayor con aquellos a quien creen conocer nunca sabrán cuando podrían atacarte por la espalda.-

-Mommy ¿te lastimo la tía?-

-No cariño...fue su esposo.-

-W-¿Por qué? -

-Bueno pues...-

Desperté abruptamente, la respiración a mil por hora, jadeante y nervioso, era de madrugada, hace tiempo que no soñaba con el pasado, me sentía cansado y con un deje de nostalgia, talle con pereza mis ojos mientras me estiraba en mi amplia cama, ya habían pasado algunos días desde que el profesor había muerto. Aún recuerdo cuando el jefe del clan Vargas apareció frente la hacienda azotando y rompiendo todo con que tuviera la desgracia de toparse con él.

Me encontraba revisando los vendajes de Ludwig, mi herida ya había cicatrizado lo suficiente debido a mi sangre, Ludwig era un caso totalmente diferente, había sufrido los ataques de Iván, de no ser por Yao lo más seguro es que una pelea a muerte se hubiera llevado acabo.

-¿Cómo te sientes bro?

-Ya no duele demasiado, son solo punzadas.

-Sí que eres de cuero duro HAHAHAHA

-¡DONDE ESTÁN, NECESITO VERLOS DE INMEDIATO!

Los gritos detrás de la puerta fueron acallados en cuanto esta se abrió de un portazo y era cerrada con seguro de la misma manera. Instintivamente me coloque en posición de defensa mostrando mis largos colmillos y mis garras que amenazaban con destazar al intruso. Me detuve en cuanto me di cuenta de quien se trataba, alto delgado pero no demasiado y con una musculatura bien formada, cabello oscuro y ojos de color ámbar.

- ¿Juez Vargas?

-¿Alfred, ¿qué demonios ha pasado? – exigió furico

Desvié la mirada, no podía mostrar debilidad alguna frente a otro alfa, seria señal de sumisión y solamente enfurecería más al hombre frente a mí, Roma siempre había sido alguien de carácter alegre, despreocupado y poco serio, realmente me preguntaba cómo alguien como él podía ser juez con su actitud tan holgazana y libertina, pero eso no era lo importante por el momento. Tenía que explicarle lo sucedido antes de que comenzara a "cazar brujas".

-El profesor rompió una de nuestras reglas.-

-De que demonios hablas, Germania jamás ha roto las reglas del clan, elige con cuidado tus palabras – advirtió dando un puñetazo sobre el escritorio.

ShiftDonde viven las historias. Descúbrelo ahora