Ser traicionado

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La noche era cálida, la suave brisa acariciaba los prados y creaba susurros entre las hojas de los árboles, había una calma total que era interrumpida por el correteo de algunos animales nocturnos que buscaban alimento.

-¡ERES UN TRAIDOR!-

-...-

-¡No voy a perdonarte lo que has hecho!-

Un fuerte aullido seguido de un aterrador grito resonó atrayendo la atención de más de un animal. Sobre el suelo frio e inerte, el cuerpo de quien alguna vez se hizo llamar Oscar Kirkland yacía bajo los pies de una extraña criatura que miraba furico al enorme lobo negro con una franja blanca en su cuello y ojos rojos como la sangre.

Después de que Arthur se golpeara con la puerta comenzó a balbucear un montón de cosas y finalmente me interrogo sobre lo sucedido, en un principio le dije que nada de eso había pasado que solo habían sido alucinaciones suyas o un sueño, pero parecía no creerme, y fue en ese momento que sus ojos verdes me dirigieron una mirada que me hizo desistir, finalmente cedi viéndome obligado a decirle la verdad o al menos lo suficiente para calmar su curiosidad. Sin embargo a diferencia de la reacción que creí tendría, actuó de manera seria y calmada intentando asimilar las cosas. Su silencio comenzó a asustarme, solo estaba sentado en la esquina de la cama con la mirada baja y sin expresión

-¿Arthur?-pregunto Matt aun envuelto en los cobertores

-¿También tú?

-¿Qué?

-¿Ustedes también son así?-pregunto con un extraño brillo en su mirada

-A-Hh-h ... bueno yo.-

-Responde con la verdad Alfred-

-Sí.-

-Entonces eso quiere decir, que realizan bailes bajo la luna y cazan en bosques, se alimentan de los corazones de las personas, tienen como hogar cuevas húmedas...-

-W-what?-pero qué diablos estaba diciendo ¿cuevas? ¿Bailes bajo la luna? Donde había escuchado tales barbaries.

Matt comenzó a reírse bajo las cobijas, yo solo no sabía si sentir ternura por la forma en como creaba conclusiones descabelladas, o reírme ante sus locuras.

-Reaccionaste de una manera diferente a lo que había pensado-

-Bueno no veo el porque me mentirías-dijo mientras me veía fijamente como si intentara confirmar sus palabras -Además no eres el único que tiene ciertos dones

-¿A no?-dije divertido

Iba a contestarme pero una horrible sombra oscureció toda alegría y luz, con el ceño fruncido y camisa mal arreglada, Scott nos daba los buenos días con una nube de humo proveniente de su cigarrillo.

-Conejo mi madre quiere hablar contigo-dijo con disgusto.

-¿Tan temprano?-

-¡OBEDECE!- su voz resonó por la habitación alterando no solo a un confundido y tembloroso ojo esmeralda sino también a la oruga entre mis brazos que era Matt.

Una vez que Arthur salió de la habitación, Scott le cerró con seguro, Matt comenzó a temblar y esconderse más entre los cobertores, me prepare para enfrentarlo en caso de que la situación se presentara.

-¿Se te ha perdido algo?-pregunte "gentil"

-A decir verdad no...iré al grano...no me interesa en lo más mínimo lo que le pase a mi tonto hermano, o con quien prefiera revolcarse, sin embargo, ustedes se han convertido en una plaga para mi familia, y temo decirles que tendrán que marcharse de aquí.-

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