You Bring Me Home • omegaverse [ls]

X. You're so golden

"Y observé a tu alma a los ojos, sintiendo su sonrisa como si fuera la mía"

La nieve caía delicadamente sobre la ciudad, el viendo llevándola en un viaje por las frías calles  y dejándolas impregnadas en el cabello y vestimenta de la gente que se encontraba ahí.

La gente se había dispersado en el puente, pero las pocas personas que quedaban admiraban desde lejos la tierna escena.

Un gran alfa de rodillas pidiéndole matrimonio a su omega, quien aún se mostraba sorprendido al no haber esperado que eso sucediera.

Pensaba que quizás en un tiempo más...

Y ahí estaba Louis, con los ojos brillantes y vidriosos con lágrimas formándose en sus ojos. Su omega saltando de un lado a otro en su interior y sus labios tan rojos como las fresas en verano.

Sus manos temblaban levemente por la emoción, y sentía la gran necesidad de abrazar al rizado y no soltarlo más. Su labio inferior temblaba, ansioso por hablar.

Harry, por otro lado, tenía una mirada especialmente y miles de inseguridades en su interior ante la demora de su omega en darle una respuesta.

¿Fue muy pronto? ¿El anillo quizás no le gustó?

Estuvo apunto de hablar... Pero el castaño lo hizo primero.

—Sí.. Sí... —Susurró con la voz rota. —¡Sí! Alfa, sí quiero casarme contigo. —Habló esta vez fuerte Louis, viendo cómo en el rizado crecía una sonrisa en la que aparecían sus hoyuelos en cada lado de sus mejillas. —Oh.. Diosa luna, no sabes lo tanto que deseo casarme contigo, Harry.

Y ahí todas las dudas que el alfa había creado en su mente desapareciendo, sabiendo que su omega ansiaba casarse tanto como lo hacía el.

El castaño enredó sus brazos en el cuello de más grande, con la intension de acercarse y besarlo. Pero el rizado fue más rápido, llevo una de sus manos atrás del cuello del más pequeño y tomó con posesión sus labios.

Intentando transmitir todas las emociones que sentía.. Amor, alegría, felicidad... Hogar.

Ambos se sentían igual.

—Omega, omega... Tú eres quien me trae a casa. —Susurró rozando sus labios, viendo cómo pequeñas lagrimas escapaban de sus azules ojos. —Tú eres mi hogar.

Lo sintió sonreír contra su boca, y esta vez, fue el omega quien lo besó primero. De una forma más delicada, suave... Como pequeños pétalos de rosas acariciando sus labios.

Su omega era perfecto.

—El anillo, alfa. —Dijo llevando una de sus manos hasta el pecho del contrario, sintiendo las pulsaciones de su acelerado corazón, que iba a la par del suyo. —Ponme el anillo, alfa bobo.

Harry sonrió, feliz.

Tomo de forma delicada la mano izquierda de su omega, y dejó un pequeño beso en ella. Llevo el anillo hasta su dedo anular, donde entraba a la perfección.

La joya destacándose sobre la dorada piel de Louis.

—Es muy bonito, alfa. —Sonrió al sentir como Harry comenzaba a lamer sus mejillas, quitando el rastro de esas lágrimas traicioneras que cayeron.

—Me alegra que te guste... Realmente quería que fuera perfecto, al igual que tú. —Acarició su castaño cabello hasta llegar a una de sus mejillas.

El omega rozó sus narices.

—Últimamente lo único que puedo hacer es sonreír, alfa, me haces tan feliz.