15▪︎Scream

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-No estoy seguro de esto...-

Perú se sostuvo con fuerza, apretando sus rodillas contra el tibio y musculoso abdomen del caballo, haciéndolo jadear ligeramente por la presión; sus manos se aferraron a la rienda, encajando las puntas de sus uñas sobre su propia piel inconsientemente, dejando pequeñas marcas de media luna sobre sus palmas.

Decir que estaba nervioso era poco. Estaba aterrado; la presión caía sobre sus hombros comos una gran y pesada roca que lo empujaba más y más dentro en el profundo pozo de barro en el que estaba hundido lentamente.

Si tan solo esa sensación de asfixia y desesperación pudiese matarlo en verdad la vida sería más sencilla para muchos.

En especial para él.

-Callate y hazlo, no es una pregunta-

Nueva España reprendió a su hermano, dedicándole una mirada llena de molestia mientras apretaba bruscamente el cinturón que rodeaba el abdomen del caballo, haciendo al animal gruñir suavemente ante el apretado ajuste.

Perú siempre había sido un excelente jinete, no el mejor, nunca el mejor, pero sobresalía notoriamente más que algunos de sus hermanos; aunque todos sabían montar casi a la perfección.

-No quiero, no me agrada ese tipo, no quiero casarme con él-

El menor miró suplicante a su hermano, esperando que sus grandes y brillantes ojos de cachorro pudiesen cambiar la opinión de Nueva España; apelando a la bondad y a la piedad que sus redondas y suaves mejillas podían sacar de casi cualquier persona.

Excepto de su padre.

-Esa no es desicion tuya, es de papá, así que sal ahí y haz algo que lo impresione-

Bueno, excepto de su padre y de la no tan nueva actitud áspera de su hermano mayor.

Con un pequeño golpe sobre las ancas del caballo le dio la indicación de comenzar a moverse, trotando de manera un trote suave al rededor del pequeño campo de equitación junto  a los establos. Los cascos del caballo resonando junto con el pequeño tintineo de las espuelas fue lo único que se escuchó durante los pequeños segundos en los que Perú mantuvo su vista en el suelo, moviendo las riendas casi por inercia.

Había pasado tanto tiempo en ese maldito campo que podría recorrerlo sin ver.

Al girar la ligeramente solo pudo notar a Nueva España alejándose un par de pasos, regresando al lado de su padre donde su prometido y su invitado "especial" lo estaban esperando, expectantes del pequeño espectáculo que se mostraba frente a ellos.

Cada uno del resto los hermanos estaba montado sobre un caballo, algunos siendo más expertos que otros en el tema, como Venezuela, que simplemente se quedaba en la orilla del lugar, trotando suavemente en círculos mientras dejaba que sus hermanos, que saltaban sobre vallas y corrieran a gran velocidad tomaran el protagonismo de la situación.

Nunca le había gustado mucho tener los reflectores sobre su cabeza.

-Esta es una demostración bastante simple en realidad, todos mis hijos son excelentes jinetes, muy talentosos si me permite decir-

España se jactó en voz alta, sacando el pecho y cruzando sus brazos con tanto orgullo que por un segundo, si no eras lo suficientemente cercano al imperio, podrías pensar que tenía algo de cariño por sus colonias; apoyando su espalda sobre la valla de madera detrás de él, dejando que la vieja estructura soltara un suave chirrido ante la presión extra ejercida sobre ella.

-Si...-

Perú los miró de reojo durante un momento, observando a su invitado abrir los labios para seguir la conversación con su padre antes de desconectarse por completo de la situación, dejando que su memoria muscular manejará el caballo que estaba montando, dejando que su mente divagar libremente.

Dejando que todo el peso de la situación cayera en sus hombros por primera vez desde la noche en la que su padre les había dado la noticia.

Los estaba vendiendo; los estaba vendiendo como si fuese un simple saco de papas del que se puede deshacer a cambio de un par de monedas.

Los estaba vendiendo como había hecho con Filipinas.

Como había hecho con Cuba.

Como había hecho con junior.

Cómo iba a hacer con Nueva España.

¿Acaso no su vida no tenía ningún valor para ese hombre?

Lo había intentado, se había esforzado, había llorado y sangrado; se había despedazado por la aprobación de su padre, había dado todo.

Y aún así no era suficiente.

Nada era suficiente.

Quería gritar; gritar hasta desgarrar su garganta; hasta que sus cuerdas bocales sangraran. Solo quería gritar, dejar salir toda la presión bajo la que estaba sometido; sentirse libre por una vez, dejar de ser una sombra.

-¡Mirá por dónde vas pelotudo!-

Hubo una fuerte sacudida, regresando su cerebro a la realidad de golpe.

Su caballo se había encontrado con el de su hermano, levantando a ambos animales en dos patas; por una fracción de segundo pudo notar como los nudillos de Río de Plata se hacían blancos ante la fuerza con la que se sostuvo a la crin del caballo, asegurándose de mantenerse arriba del caballo.

Intentó hacer lo mismo, se sostuvo con lo que pudo, clavando sus uñas en la correa con la que dirigía al animal, sabía que era fuerte; pero no lo suficiente.

Nunca lo suficiente.

El golpe de su cabeza contra el suelo lo aturdió tanto que ni siquiera sintió el dolor; hubo gritos al rededor, escuchó el crujir de unos pasos sobre la tierra, el relinchar del caballo, y después de unos segundos poco a poco todos los sonidos comenzaron a difuminarce.

Nueva España tomó su rostro, apretando sus mejillas, intentando llamar su atención, intentó responder, pero un dolor en su brazo lo calló al instante, reemplazando sus palabras con un grito de dolor.

Eso definitivamente no era nada bueno.

Pidió que se detuviera, le gritó a quien sea que estuviese moviendo su brazo que parara, que le dolía.

No se detuvo.

Dejó de sentir los dedos tocando su piel, pero el dolor no cesó.

Y ahí, entre el sufrimiento y la vergüenza, entre la preocupación de sus hermanos; solo podía preocuparse por dos pares de ojos.

Los de aquel invitado que simplemente se quedó estático, con su maldita y tormentosa expresión en blanco.

Y los de su padre, que solo lo miraba con ira, una profunda ira.

"Eres un inútil"

Y después todo se tornó de negro.

Tied To You [ChinaMex]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora