10 de Febrero de 1979
Apartamento de Anna
08:55 AMTal y como Fred prometió la noche anterior, llamó. Suspiré y me levanté de la cama.
- ¿Quién?- contesté de mala manera.
- Se dice 'buenos días', querida, modales.-habló con su peculiar tono.
suspiré y sonreí a la nada.
-Fred, no son horas.-acaricié levemente mi frente.
-Cielo, casi son las 9 de la mañana.
-¿Y? necesito descansar, joder.
Le escuche reir desde el otro lado de la línea.
-Pues...debiste dormir más temprano. Tu amiguito Robert te tiene muy mal cuidada por lo que veo.
Lo que menos necesitaba ahora mismo era discutir, y mucho menos con él.
-Fred, al grano.
Volvió a reir y suspiró con pesadez.
-En mi casa, a las 10.
-¿Vendrán los chicos?
-Sí.-afirmó y pude relajarme al completo.- pero ellos vendrán más tarde.
Oh no... Podía notar como mi cuerpo se volvía a tensar de nuevo.
-¿Y por qué debo de ir yo antes?- pregunté con nerviosismo.
Se quedó unos segundos callado, podía escuchar su cálida respiración a través del teléfono.
-Te espero, no tardes.-colgó.
suspiré mientras cerraba levemente mis ojos, iba a ser un día bastante largo.
Garden Lodge
10:15 AM
-Llegas tarde.-dijo mientras observaba como me dirigía hacia su gran sillón.
-Lo se, y de veras te pido disculpas.- respondí intentando sonar lo más sincera posible.
en verdad intenté llegar justo cuando los demás estuviesen aquí, pero... aún no están.
sentí su mirada sobre mi, ambos nos mirábamos fijamente. Cogió asiento frente a mi y empezó a hablar mientras me pasaba unos papeles.
-Es una balada, ya sabes... romance por allí y romance por allá, lo típico.-asentí en silenció y él suspiró cansado.- mira... se que no te agrada para nada la idea, pero debes de colaborar en esto. Ya sabes lo que puede pasar si no aceptas, la gente...
-La gente podría pensar de todo, Fred, lo se. Ya todos saben que estamos preparando esto... si me niego justo ahora podria ser un caos.
-Exacto.-dijo mientras seguía observandome detenidamente.
pasaron unos minutos y mientras yo intentaba memorizar mis partes podía notar como su mirada seguía puesta en mi.
-Por favor...deja de hacer eso.-hablé cansada.
-¿Hacer qué, preciosa?-preguntó con un toque pícaro a lo cual reí.
- Ya sabes a lo que me refiero, Fred.- le sonreí ladina.- Deja de mirarme fijamente, me estás poniendo nerviosa.-volví a fijar mi mirada en la letra.
Oí un suspiro por su parte seguido de una risa.
- Me cuesta no poder mirarte, estás hermosa.-susurró.
Le miré sin saber que contestar. Sentía un montón de mariposas dentro de mi estómago, pero era necesario apartar esos sentimientos, por mi bien...
- Fred, después de todo he accedido a ser amigos, sin ningún tipo de problema.-asintió con la cabeza.- por favor, no intentes nada.-dije mientras me levantaba del asiento.
-Anna.-se acercó hacia mi.- necesitamos hablar, es necesario...-cogió mi brazo con delicadeza.
Negué y me quité de su agarré.
- ¿Vas a seguir mintiendo me, Freddie?-reí.- Cada día intento mejorar, intento olvidar mis sentimientos hacia ti. Por favor, dejemos lo así.-me acerqué hacia la puerta principal y le observé.- me has hecho mucho daño, es imperdonable. Pero aún así...yo te perdoné desde el primer momento. Soy...estúpida.
Abrí la puerta para salir de ahí lo antes posible pero para mí desgracias los chicos se encontraban allí, a punto de llamar al timbre.
-¡Oh! Anna, que sorpresa. ¿Acabas de llegar?-preguntó un sonriente Brian.
-Si, pero ya me iba.-miré a Fred quien me veía preocupado.- Nos vemos en la empresa.-y salí de allí.
Iba casi corriendo mientras escuchaba los llamados de Freddie, pero me eran igual, no iba a volver.
Necesitaba hacer algo, estar a su lado me afectaba en todas las formas posibles.
Una vez llegué a mi apartamento llamé a Robert, ahora mismo era el único que podía animarme.
Los chicos de Queen también lo hacían pero ahora mismo se encontraban con él...y eso no ayudaría en nada.-Ten.-dijo mientras me pasaba un café.
-Gracias.- sonreí para después beber de éste.
Se sentó junto a mí y agarró una de mis manos.
-No debes estar mal, y mucho menos por alguien como él.-decía mientras daba leves caricias en mi brazo.
-Lo se...-suspiré.- pero...es que no se qué hacer.-jalé levemente mi cabello hacia atrás.
-Por el momento.-me pasa el café.- tomarás tu café, y ya después tendrás tiempo de pensar todo eso.-sonrió.
Le copié el gesto y bebí del café.
Pasó la tarde, comimos juntos e incluso vimos la tele abrazados. Su presencia me relajaba. Pero como siempre...no era Fred.
-Linda, volveré mañana.-terminó de decir mientras colocaba su chaqueta.
-Perfecto, y de nuevo gracias por lo de hoy.-agradecí sonriéndole.
-Cielo,-acarició mi mejilla.- no hay nada que agradecer, siempre a su disposición.-guiñó un ojo y besó mi mejilla, muy cerca de mis labios.- Dulces sueños, madame.-susurró para al final irse.
Suspiré mientras cerraba la puerta.
Tenía más que claro que el tema de Fred era bastante complicado de manejar, y sobre todo yo sola.Se que Tommy me ayudará, pero aún así...es tan complicado...dios.
-Follatelo.-dijo Tommy mientras la camarera dejaba los dos tés.
-¿¿Qué??- pregunté exaltada.
-Dios Anna...que tonta.-acarició su frente mientras suspiraba.- que folleis.-yo reí sarcásticamente.- Mira, Robert es empresario, millonario, te quiere, tiene un cuerpo de muerte...-mordió su labio inferior.- ¿¿Qué más quieres??
Lo miré con cara de pocos amigos.
-Que sea Freddie, eso es lo que quiero.
Da un golpe a la mesa y se levanta.
-Chica, ¡Fred es un estúpido! Se va a acostar con todo dios y tu mientras lloraras por él. ¡Venga ya!-me dio un leve golpe en el hombro- suéltate, libérate, se libre mujer. Ese cuerpo no es de nadie, y mucho menos de alguien que no lo merece. Diviértete un poco porque la fiesta recién comienza, dale felicidad a tu cuerpo...y ya sabes a lo que me refiero.-volvió a sentarse para beber de su té mientras guiñaba un ojo pícaramente.
Miré hacia un lado y pensé...tal vez tenga razón. No debo de llorarle a nadie, mucho menos a Fred. Debo de dejar de pensar en el...ser feliz al fin y vivir mi vida al máximo. Porque esto es tan solo el comienzo de todo, de mi felicidad.
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