Sky (Kookmin)

7

Yoongi amaba cuidar a Soobin y a Jungkook le encantaba tener una noche libre de niños para pasarla con Jimin.

Se encontraban en el sillón, tomando wisky y conversando sobre su día.

Jimin estaba recargado en el pecho de Jungkook con las piernas estiradas a lo largo del sofá, el ojiazul tenia sus pies sobre la mesita del centro aprovechando que Jimin estaba tan relajado como para regañarlo, enredaba sus dedos en los rizos de su esposo.

—Te amo mucho, Jungkook. Eres el amor de mi vida, fuiste el primero en todo.

—¿Primero en todo?

—Yo era virgen antes de acostarme contigo.

—Oh.

Se quedaron en un silencio cómodo disfrutando de su compañia.

—Cielo, ¿puedo contarte un secreto?

—Puedes contarme todo lo que quieras.- Jimin sonrió, Jungkook lo besó, sus labios tocaron los dientes de su esposo.

Lo amaba tanto que producía un dolor físico. A los ojos de Jungkook, Jimin era perfecto y viceversa.

Ambos habían encontrado lo que todas las personas querían, el amor verdadero.

—Hice una apuesta con Seokjin hace cuatro años.-El ceño de Jimin se frunció.

—Yo también, sólo que con Taehyung y Yoongi.

—Cuéntame tu primero.

—No, tú empezaste la platica.-El ojiazul rodó los ojos.

—Bien.-Tomó aire.- ¿Recuerdas cuando fuimos a ese bar?- Jimin asintió, recordó que tenia que visitar a Lisa porque se acababa de aliviar.-Estaba muy muy enojado y celoso, y... Le aposté a Seokjin que si no te tenia en mi cama gimiendo mi nombre sería su esclavo por un año.- Jungkook esperaba cualquier reacción por parte del rizado menos una risa.

—¡Dios Santo!- Jimin rió tanto que unas cuantas lágrimas salieron de sus ojos.

—¿Qué te pasa? ¿Estás loco? Acabo de confesarte que aposté a que me acostaba contigo y tú te ries.

—Eres un hijo de puta y yo también.- Jungkook mostraba una cara de confusión digna de una foto.

—¿Tú también?

—Hace cuatro años aposté con Taehyung y Yoongi, les dije que te iba a enamorar y si no lo cumplía iba a caminar desnudo por el vecindario.-Fue el turno de Jungkook de reir.

—Somos unos malditos.- Jimin se sentó en el regazo del castaño y le besó la barbilla.

—Pero gracias a eso nos enamoramos de verdad.- Jungkook besó al rizado, lentamente introduciendo poco a poco su lengua en su cavidad bucal.

Su beso estaba subiendo de tono, el ojiverde deslizaba sus manos por el torso de su esposo y el otro disfrutaba de sus caricias.

—Aquellos que dicen que el sexo se pierde cuando uno se casa son idiotas.-Dijo Jungkook mientras Jimin pasaba su lengua por su cuello.

—Pero nosotros no vamos a tener sexo.- Murmuró Jimin pasando su mano por la entrepierna de Jungkook apretando suavemente haciendo que este soltara un pequeño jadeo.- Vamos a hacer el amor.- Susurró en el oído del ojiazul.

Frotaban sus caderas creando mayor fricción, sus miembros estaban rectos y preparados para cualquier cosa.

Sus besos estaban combinados de amor y lujuria, sus lenguas jugaban un juego sin final.