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Jimin

El rizado se encontraba sentado en la sala de su casa con una taza de café entre sus manos.

Jimin odiaba el café, pero lo mantenía despierto; no había dormido desde que Jungkook se fue.

Su madre estaba dormida en un cuarto de huespedes y sus hijos en su habitación.

Acababa de salir del hospital y ahora su esposo no estaba. Este tipo de tragedias solo le ocurrían a él.

Había sido un idiota, sabia lo mucho que a Jungkook le dolía hablar de su madre y aún así se lo había recordado.

Era una imbécil, pero ¿por qué Jungkook no entendía que amaba a su madre y la quería junto a él?

Ella lo necesitaba en esos momentos y Jungkook se estaba comportando como un niño.

El teléfono comenzó a timbrar, Jimin contestó de inmediato.

—¿Jungkook?

—Uhm, ¿señor Jeon?- Jimin frunció el ceño, un nudo se instaló en su estomago, algo estaba mal.

—Si, él habla.

—Le estoy hablando desde la cárcel del centro, tenemos a su esposo aquí detenido.- Jimin aguantó la respiración.

—¿Por qué? ¿Qué pasó? ¿Él está bien?

—Si, bueno, sigue con vida. Creo que aún está un poco borracho, tiene que pagar una fianza para que pueda salir libre.

—Claro que si, oficial, muchas gracias por llamar.

—Para eso estamos.

La llamada terminó, un conjunto de emociones abrumaron a Jimin.

Alivio porque Jungkook estaba bien, preocupación porque estaba en la cárcel y enojo porque... ¡estaba en la cárcel!

Caminó hasta la habitación de su madre.

—Mamá, mami.-La mujer se removió para luego despertar.

—¿Qué pasa, cielo?- Jimin sonrió, la había extrañado tanto esos últimos años.

—¿Puedes cuidar a los niños? Tengo que ir a un mandado.- Anne se levantó de la cama y caminó hacia Jimin.

—Claro que si, cariño, ve con cuidado.




Jimin conducía tranquilamente por las calles de su ciudad, era mediodía y la cárcel no quedaba lejos.

Llegó y fue directo al recepcionista.

—Jeon Jungkook.-Dijo Jimin, el otro hombre buscó entre los papeles.

—Son $1000.-El rizado abrió sus ojos como platos.

—¿Pues qué hizo?

—Inició una pelea en un bar, rompió un par de mesas y dejó inconciente a un hombre.- Jimin rodó los ojos.

—Imbécil.-Murmuró, el policía lo miró divertido.

—Lo mismo piense.

—¿Qué sigue haciendo aquí? Vaya a sacar a mi esposo de la celda.-El policía asintió y se fue, Jungkook volvió con él. Su camisa estaba hecha tiras, su cabello era un desastre y tenia moretones en toda la cara.

—¡Cielo!- Jungkook corrió hacia Jimin y lo envolvió en un abrazo.- Pensé que no vendrías.- Jimin suspiró y enterró su rostro en el cuello de Jungkook, olía a tabaco, cerveza y sudor.

Sky (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora