Naruto Con Los Pecados

~Especial. 1~

~Este especial es importante, ya que aquí. Estarán escritos sucesos que interfieren en la historia.
Espero y les guste~

«El Pasado»
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Estaba admirando al planeta tierra como hacia todos los días, mirar ese planeta que fue corrompido por los humanos, según la diosa no quedaba nada para que las razas de Gigantes, Hadas, Demonios y Dioses decidieran empezar una guerra, solo que esto empezaría dentro de unos años. La tierra era de los humanos, pero los mounstruos se devoraban a los Humanos y ellos vivían con miedo, se le llamaba “Era oscura”-Nombre dado por los mismo humanos- los seres oscuros devoraban a aquellos que no tenían fuerzas, Naruto siempre quiso saber si podía intervenir pero la Diosa había dicho que sería malo ya que sus dones no eran para eso, sino que para algo más importante.

— Naru — Había hablando una de esas almas que siempre los acompañaban en aquel lugar totalmente blanco, sin entrada o salida, solo aparecían de la nada aquellos que lo acompañaban. La miro expectante, esperaba que de aquella ¿Boca? Saliera una orden, pero no. — Mí señora, a dicho que tienes permiso de bajar. Puedes volver dentro de unos días, más tardar cinco días. — Dijo todo de manera totalmente monótona y se fue, como siempre, pensó. Le dio unas cuantas vueltas a lo dicho, y luego se dio cuenta de lo potente que eran esas palabras.

— ¡¡TENGO PERMISO DE SALIR!! — Sus alas de color tan blanco envidiado por cualquiera se tornaron doradas con líneas rojas, como había dicho el era muy importante.

Salió de la nada de aquella habitación, por así decirlo, que lo mantenía cautivo viendo toda esa masacre en la tierra, lo cual era su deber, proteger a los “Protegidos” aquellos humanos que darán descendencia y solo ellos quedarán para después de la Recolecta.

Voló lo más rápido que pudo hacia la Diosa Suprema, Su Maestra, para que lo llevará a la tierra.

Al llegar al lugar en donde siempre residía la Diosa la vio acompañada del Rey Demonio, quien le sonrió; y esa sonrisa lo cautivo. Ambos lo vieron ingresar con la ropa que hace más de mil años que no usaba, su ropa de verdadero Arcángel del dolor, era color rojo con líneas doradas que pasaban por listones, era una remera color rojo con un diseño de flamas doradas, un jeans rojo con unas lineas recortas color dorados que se envían a unas zapatillas color negro con flamas rojas y un poco de naranja, para completar todo el atuendo poseía una chamarra color rojo con unas cadenas color negro, dorado y rojo que flotaban a su alrededor, sus alas rojas con unas líneas, que se hacían pasar por manchas en las alas, y las puntas de las plumas tenían flamas rojas sangre,a su alrededor flotaban los listones dorados, en su rostro al costado de su cara, al lado izquierdo, había una máscara roja pequeña que representaba las almas, su cabello amarillo como el sol parecía tener vida propia ya que como las cadenas flotaban, tenía cuatro pircings en una de sus orejas y uno sola del lado derecho que tenía forma en cruz como un arete común, sus ojos estaban remarcados con un delineador rojo y parecía que había llorado ya que su delineado estaba corrido, en su labio inferior tenía un Pricing en firma de U color negro que daba el toque final, aunque los mejores toques, eran sus Curvas que eran más definidas que de una mujer, esa era su apariencia verdadera, la que le dio El Rey demonio y La Diosa Suprema luego que tomara el lugar como Arcángel del Dolor, a tan solo la edad de diez años de vida, lo cual eran tan solo segundos en la vida de los Demonios.

— Naru. ¿Ya quieres ir? — Pregunto la diosa mientras tomaba su te, el rey que estaba su lado sonrió con picardía mientras le acomodaba un mechón rebelde de la cara al rubio quien se sonrojó.