One-Shots Multifandom

122. GRIMM

NICKROE (1/2)

OMEGAVERSE

Monroe detuvo el golpe que el Alpha de su manada le iba a dar. Nunca había tenido problemas con su manada, todo lo contrario, era muy querido y respetado por los demás Blutbad, ya que era el único que no había mostrado aún su casta a pesar de rozar los treinta. Pero en ese momento a Monroe toda la manada lo estaba mirando con asco, se había presentado como omega, un sacrilegio para un hombre blutbad, ya que los embarazos de estos solían ser de un único cachorro y muy raros. Así que sin mirar a los que en su momento fueron su familia huyó corriendo de ese pueblo.

No conocía a nadie fuera de su manada, por eso sabía que lo tendría muy complicado. Aunque tuviera su fuerza de Wasen, era un omega. Gracias al autostop y a una omega muy dulce llegó a Portland, una ciudad pequeña, bastante pintoresca pero con gran cantidad de Wasen, ideal para él. No tenía mucho dinero así que la omega, que se llamaba Juliette y estaba saliendo con un Alpha, lo invitó a quedarse una temporada en su casa. A Monroe todo le pareció muy extraño, no conocía a la mujer, apenas había hablado las tres horas de viaje. Entonces se dio cuenta de que todo eso era porque a la mujer le daba pena, con resignación, debido a que no tenía ninguna otra opción, aceptó quedarse en la casa de la mujer.

Juliette era muy buena y dulce, hablando con ella descubrió que era veterinaria y que su novio era detective de la policía. Monroe le explicó que él era relojero, pero que había tenido que huir con lo puesto porque su familia se había tomado muy mal que se presenta como omega. Juliette le enseñó su habitación y decidió dejar de preguntarle, no quería que Monroe se deprimiera y se pusiera mal por algo que él no podía controlar.

A la noche Monroe conoció a Nick, el Alpha que salía con Juliette, el Blutbad se quedó helado al notar el aroma tan suave y dominante que el Alpha tenía, sin obviar lo guapo que era. Monroe cenó con ellos, descubriendo que no solo su aroma era suave sino que él era muy amable.

Monroe después de varios meses y un trabajo a medio tiempo en una boutique de remedios naturales consiguió por fin tener dinero suficiente para mudarse a una casa, cosa que agradecía. Hacia ya unas semanas que su interés por Nick había ido más allá de ser amigos y ayudarle con lo de ser Grimm, sino que se había sorprendido a él mismo masturbándose con la imagen de Nick, imaginando que era el Alpha quien lo tocaba, quien le dilata y lo follaban.

Monroe sonrió viendo su casa nueva, sabía que se sentiría solo, pero Rosaline, su jefa y una fuchsbau, le había prometido ir a visitarlo con frecuencia para que no sintiera esa soledad. Lo que no esperó fue encontrarse a Nick llamando a su puerta a media noche, jadeando y con los ojos brillando en rojo. Monroe dio un paso hacia atrás cuando el olor fuerte y salvaje que emitía Nick le hizo jadear y comenzar a humedecerse.

- Nick estas en celo, ve a casa.- Dijo este mientras intentaba taparse la nariz para no oler ese aroma, tenía miedo que el celo de Nick adelantara el suyo. Nick no se movió de la puerta simplemente gruñó con más fuerza cerrando sus puños.

- Un Wasen me ha rociado con algo, no voy a poder llegar a casa Monroe.- El omega miró inseguro al Grimm antes de gemir en voz baja mientras intentaba despejar su cabeza.

- Sube al cuarto de invitados, cerraré con llave.- Nick lo miró fijamente antes de asentir con rigidiza pasando por su lado para subir por las escaleras. Monroe dejó salir el aire aliviado.

Cuando se aseguro de que la puerta había sido cerrada abrió todas las ventanas y cerró la puerta principal para que el olor de Nick se fuera y él pudiera respirar tranquilo. Fue a la cocina y preparó algo de cena para Nick, ya que a él se le había quitado el hambre. Sabia que lo lógico era que llamara a Juliette, que la omega viniera a su casa y ayudará a Nick a pasar su celo con más calma. Pero había algo que se lo impidió, algo en lo más recóndito de él que quería ser él quien lo ayudará a pasar el celo al Alpha. Negó resoplando molesto, no podía pensar así de la pareja de la mujer que lo había ayudado tanto, sin Juliette era posible que en ese momento ya estuviera muerto. La puerta sonó y Monroe cogió el plato antes de abrirla encontrándose a Rosaline, esta le sonrió antes de cambiar su mueca a una confundida oliendo el aroma de la casa.

- Ponte cómoda ahora vuelvo y te explico.- La mujer asintió antes de entrar cerrando la puerta. Monroe subió a la habitación de invitados notando las feromonas desde fuera dejó el plato en el suelo y la llave al lado. Dio dos suaves golpes en la puerta que fueron respondidos con un gruñido.- Aquí fuera tienes comida y la llave de la puerta, come y enciérrate.- Dijo antes de bajar evitando estar cerca cuando la puerta se abriera, escuchó los ruidos de esta y después los de la llave, así que se dejó caer en el sillón totalmente agotado.- Es Nick, no se con que Wasen se ha cruzado, pero le ha provocado el celo y ha llegado a mi casa.- Dijo Monroe mientras veía las expresiones de la fuchsbau cambiar de curiosidad a sorpresa.

- Monroe.- Susurró intranquila, ella era la única que sabía toda la verdad, Monroe había encontrado en ella una amiga y confidente, así que había sido la primera en enterarse de lo que empezaba a sentir el Blutbad. Este tapó su cara antes de reírse con pena negando.

- Lo se, no voy hacer nada.- Dijo el omega mientras cruzaba sus piernas y apoyaba su barbilla en la palma.- Pero tampoco quiero llamar a Juliette.- Rosaline lo miró enfadada consiguiendo que el omega resoplaba rodando sus ojos.- Entiéndeme, no quiero escuchar como estos dos follan, ya lo hice bastante en estos últimos meses.- Dijo el blutbad tirando su cabeza hacia atrás.

- ¿Y si Nick sale y te usa para aliviar su celo?- Monroe se sonrojó apartando la mirada consiguiendo una mirada reprobatoria de la Alpha.- ¿Y si a la mañana siguiente se arrepiente y dejáis de ser amigos?- Preguntó con intención de hacerle reaccionar, Monroe la miró sorprendido antes de bajar la mirada negando con suavidad levantándose del sillón.- Piensa bien lo que vas hacer Monroe.- Dijo antes de salir de la casa dejando solo al omega.

Monroe sopesó lo que Rosaline había dicho y con esa idea en la cabeza subió a su habitación cerrando con llave la puerta. La Alpha tenía razón, no se podía dejar llevar por esos deseos, no solo por la relación de Juliette y Nick, sino por su amistad con el Grimm. El blutbad se sentó contra la puerta de su habitación mirando su teléfono móvil. Monroe escuchó los pasos de Nick en el pasillo consiguiendo que el omega cerrar sus puños con fuerzas. Unos golpes en su puerta le hicieron negarse a escuchar a los gruñidos del Alpha.

- Monroe.- Gruñó con rabia desde el otro lado Nick, el omega mordió su labio reteniendo los gemidos que querían salir de su boca.- Monroe abre la puerta.- Gruñó dando un golpe en la madera, Monroe tembló sintiendo su entrada humedecerse.- ¡Monroe! Te estoy oliendo ¡Ábreme ahora!- Gruñó con odio mientras el omega tembló gimiendo mientras cerraba los ojos acariciando su creciente erección.

- ¡Vete a la habitación Nick! Ambos nos arrepentiremos de esto.- Dijo cerrando los ojos mientras acariciaba su erección con más rapidez al sentir el aroma de Nick colarse por las rendijas de la puerta.

- Monroe ábreme o te juro que me cuelo por tu ventana.- Dijo con una voz grave que consiguió que Monroe detuviera su mano y se quedara congelado.

Monroe se arregló la ropa antes de abrir la puerta encontrándose a Nick respirando con pesadez mientras sus pupilas se dilataban más. Monroe dio un paso más hacia atrás sintiéndose humano ante el Grimm. Nick se acercó y cogió la barbilla de este quedando a centímetros de la cara de este.

- Te voy a follar, se que lo quieres, yo también lo quiero.- Dijo el Alpha acariciando el cuello de este con suavidad antes de seguir bajando la mano hasta el borde de la camiseta de este. Levantó la camiseta del blutbad y acarició los pezones de Monroe.

- Vete, no quiero estropear nuestra amistad, si mañana cuando estés lucido siguen siendo tus intenciones, lo haremos.- Dijo Monroe acariciando la mejilla de este, Nick lo miró antes de salir de la habitación, Monroe suspiró con pesadez antes de cerrar de nuevo la puerta y sacar sus juguetes de los celos.

La siguiente mañana sería horriblemente mala, si Nick realmente se arrepientía de eso su amistad jugaría en su contra. Y si ese no era el caso, no sabía que sería de ellos, no estaba dispuesto a traicionar a Juliette. Deberían meditar bien sus pasos a partir de lo que pasara por la mañana.