125. HARRY POTTER

793 67 4
                                    

SNARRY (2/2)

Todo estaba listo para cuando Harry llegara, Severus había limpiado la cocina a fondo y había puesto un mantel en la mesa del balcón para poder cenar fuera. Solo faltaba que Harry llegara y que preparara la comida. Lo que más ansiedad le provocaba era la conversación con Harry, no sabía de qué hablar o si lo que hablaran aburriría al chico. Negó con suavidad antes de escuchar el timbre. Caminó hasta allí y abrió dejándolo pasar, Harry sonrió dejándose guiar hasta la cocina donde dejó la bolsa y comenzó a preparar lo que iban a cenar. Severus se quedó en la puerta de la cocina admirando al chico desde lejos, este había venido con una camisa blanca y un tejano negro que le daba un toque informal. Se fijó en el pelo dándose cuenta que era igual que el de James, totalmente indomable, además de que el niño parecía haber heredado la miopía de su padre. Negó con suavidad antes de darse cuenta que tenía la mirada del muchacho encima.

- Lo siento.- Se disculpó Severus por haber sido pillado en su escrutinio.- Pero te pareces mucho a tu padre.- Dijo está consiguiendo que Harry se tensara ligeramente antes de continuar con la cena.

- Me lo dicen mucho.- Murmuró medio molesto antes de detenerse.- ¿Conocías a mi padre?- Severus asintió con pesadez antes de apartar la mirada de la inquisidora del chico.- ¿Erais amigos?- Severus lo miró lleno de odio consiguiendo que Harry se quedara helado en su sitio, Severus tragó saliva e intentó calmarse mientras buscaba las palabras para darle una respuesta al chico.

- Nunca fui su amigo, él era mi abusón.- Dijo antes de ver como Harry negaba mirando furioso la salsa que estaba moviendo en la olla.

- Varias personas me comentaron que mi padre era un abusón de lo peor, nunca me lo creí porque Sirius y Rems hablaban muy bien de él.- Severus resopló antes de entrar en la cocina y sentarse en uno de los taburetes para estar más cerca del chico.

- Esos dos...- Se mordió la lengua antes de soltar una burrada.- Eran los cómplices de tu padre, Black le ayudaba, Lupin los cubría.- Negó con cansancio mirando a sus manos mientras volvía a sentir esas sensaciones que creía muertas.- El único que fue bueno conmigo sin buscar nada a cambio fue Regulus, por eso acepté trabajar para la compañía Black.- Dijo Severus subiendo la mirada mientras que Harry asentía con suavidad repartiendo la salsa en dos boles diferentes.

- ¿Y los Malfoy?- Severus lo miró sin entenderle y Potter se sonrojó antes de reírse con suavidad.- Los mencionaste antes, yo conozco a su hijo, cuando deja de lado toda la fachada de ricachón es bastante buen tío.- Dijo Harry encogiendo los hombros, Severus suspiró cruzando sus piernas mientras jugaba con un mechón de su pelo.

- Los Malfoy son raros, ellos son amigos, pero muchas veces se les olvida e intentan hacer un trabajador.- Dijo Severus mientras sonreía con superioridad.- Además que tengo claro que si no fuera por mis obras de arte Lucius no se hubiera acercado hablarme en la escuela.- Dijo Severus soltando el mechón que había empezado a ondularse por estar jugando con él.

Harry no volvió a preguntarle nada mientras acababa de hacer la pasta, y a Severus ese silencio le pareció la cosa más agradable que nunca había vivido. Harry acabó la cena y con ayuda de Severus, se ubicaron en la terraza contemplando el parque de abajo para comer con más tranquilidad.

- ¿Te puedo preguntar algo personal?- Dijo Harry tomando por sorpresa a Severus, este asintió con rigidiza, no sabía por donde iba a salir Harry.- ¿Por qué tus obras representan tanto dolor?- Preguntó con cuidado el chico, Severus lo miró sorprendido antes de tragar saliva clavando su mirada en él plato.

- Solo plasmo lo que hay en mi mente.- Dijo ganándose una mirada sorprendido al chico.- Los cuadros fueron mi forma de sacar el dolor y la ira que tenía dentro en el instituto, después recibí la oferta de Reg y no pude decir que no, era un trabajo que me permitía no salir de casa para nada, así que empecé a desahogarme pintando en casa.- Dijo Sev mirando a Harry a los ojos mientras removía la pasta.- Hay muchas heridas abiertas que usan la pintura para sanar, aunque no lo consiguen.- Dijo con pesadez mientras llevaba su mirada al cielo, los tonos rosáceos del atardecer quedaban preciosos.

- Siento oír eso.- Dijo Harry mientras apoyaba su mano en la mesa con la palma hacia arriba.- Pero una parte de mí te entiende mucho.- Dijo consiguiendo que Severus devolviera su mirada al chico.- No se si me has investigado un poco.- Severus negó con suavidad haciendo reír a Harry.- Yo hago lo mismo que tu, lo único que mí medio para expulsar un poco de esa oscuridad es la escritura.- Dijo consiguiendo que Severus lo mirara interesado.- Desde que murieron mis padres no todo fue bien, mi custodia debía haber pasado a Sirius, pero en cambio pasó a mi tía Petunia.- Severus asintió, conocía a esa mujer, desagradable como ella sola.- Estuve con ellos hasta los trece, todo fue muy mal.- Dijo reprimiendo un escalofrió.- Sirius consiguió mi custodia a los trece, pero ya era demasiado tarde, el daño estaba hecho.- Susurró Harry antes de reírse sin gracia mientras miraba su mano encima de la mesa, Severus también dirigió ahí su mirada y apoyó la suya con mucho cuidado recibiendo un apretón muy cálido.- Luego en el colegio el grupito de Malfoy nos hicieron la vida imposible mucho tiempo, así que tampoco es que notara mucha mejora, la diferencia era que al llegar a casa había calidez y no insultos.- Murmuró Harry antes de sonreír forzosamente, Severus acarició con su pulgar la mano de este dándole consuelo.

Eso le había abierto los ojos a Severus. Harry Potter no se parecía en lo más mínimo a James Potter, ese chico que tenía delante era un corazón noble y un alma pura, dañada hasta crear un perfecto hombre, en cambio, el padre del chico fue un chico nacido en cuna de oro y con un corazón oscuro.

Harry acercó la mano de Severus a su boca dejando un beso en ella mientras sonreía de forma tan dulce que a Severus consiguiendo acelerarle el corazón como en su momento lo hacia Lily.

- Por eso amo tanto tus obras, veo a un igual detrás de ellas.- Severus se acercó a Harry besando sus labios sin importarle nada.

Él también veía un igual en Harry, lo había prejuzgado de forma errónea, había dejado que los errores de sus padres lo influyeran a creer que Harry era igual. Pero no, Harry era una manzana que había caído muy lejos del árbol.

Severus se separó antes de levantarse y tirar del chico hacia dentro donde lo acorralo contra una pared, Harry sonrió llevando su mano a la camisa de Severus y desabrochando los primeros botones. Severus lo miró a los ojos, viendo el verde esmeralda reducido a una franja pequeña por las pupilas dilatadas del chico. Una maldición del mayor fue lo último que se oyó antes de que los gemidos del joven se escucharan con fuerza.

Severus hacía mucho que no compartía cama con alguien, por eso la calidez de Harry le hizo querer correrse al momento. Harry era belleza pura, cada parte de él, cada ruido que salía de su boca y cada movimiento que este hacía lo calentaba como nunca nadie lo había hecho.

Harry se dejó manejar por Severus al principio, luego le enseñó al hombre que no solo era un cuerpo bonito, y que él sabía moverse. Por eso Severus dejó que lo cabalgara, disfrutando de la imagen de Harry moviéndose encima suyo, acariciando todo lo que estaba a su disposición.

Ese encuentro acabó con Harry durmiendo en el pecho de Severus totalmente agotado, mientras que Severus por primera vez en su vida se veía capaz de crear una obra luminosa y cálida, justamente como él se sentía junto a Harry.

One-Shots MultifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora