Conan
No espero que me crean cuando les diga que estoy acá, con su familia, con sus amigos, con Valerie...
Pero espero que si lo hagan cuando les diga que estoy arrepentido por todos estos años, dentro del colegio como también fuera de él. Lo único que me guiaba a hacerle todas esas cosas era la envidia, la estúpida y horrible envidia.
Con el solo hecho de saber que tenía una madre que lo acompañaba siempre, que lo protegía, que lo ayudaba, que lo aconsejaba y que hacia lo que todo hijo necesitaba de una madre, me carcomía por dentro todos los días de mi vida. Yo tenía a una madre que volvía de su supuesto trabajo a las 4 de la mañana con una botella de alcohol en la mano, y en la otra a un acompañante diferente al de la noche anterior. Y creo que lo peor de todo es que esto comenzó cuando yo tenía apenas 13 años.
13/4/2010
Yo supuestamente venia a acompañar a mi madre a su trabajo, aunque al cruzar la puerta principal la perdí de vista completamente. Hace mucho calor en este lugar. Las luces que parpadean me lastiman los ojos y hay un olor extraño alrededor de mí. La música electrónica que pasa por los parlantes me está dañando los oídos. Yo supuestamente venia a acompañar a mi madre a su trabajo, aunque al cruzar la puerta principal la perdí de vista completamente.
Cuando comienzo a pasar entre las personas, mi respiración comienza a fallar, empiezo a sentir el calor repentino en mi cuerpo e inconscientemente me tiro de la camisa y desabrocho los dos primeros botones de ella. Siento como mi ritmo cardiaco comienza a acelerarse, pero no le doy importancia ya que hace un rato estaba corriendo como loco entre las personas en busca de mi madre.
Yo soy alto, pero no lo suficiente para poder hallar a mi madre entre la gente acumulada. Aunque al entrecerrar los ojos veo una luz que supongo indica a los baños, y por favor que lo sean. Al acercarme me doy cuenta que le acerté.
Cuando entro al baño lo primero que hago es fijarme si esta vacío, aunque al fijarme en el ultimo me doy cuenta que había alguien. Quería refrescarme un poco la cara, y al abrir la canilla el hombre que estaba ocupando el baño sale y me mira con cara extrañada. No sé porque pero le veo cara conocida, y para asegurarme lo observo de arriba abajo.
- ¿Porque me miras así, nene?- al escuchar esa voz ronca mis manos comienzan a sudar.
- Eh por nada señor, lo siento - le digo dándome vuelta rápidamente y abriendo la canilla para refrescarme la cara.
- ¿No serás muy chico vos para estar acá? - me pregunta antes de salir. Me quedo callado unos segundos antes de buscar una respuesta coherente, ni yo sé donde estoy.
- N-no lo señor, mi madre me trajo acá - genial, esa era mi respuesta coherente, ¿Es en serio, Conan?
- Oh, ya veo.
- S-si - no sé ni porque dije eso si solo comprueba que de los nervios tartamudeo
- Okey - hace un ademán de irse, pero me sorprende ver que vuelve - ¿Y tu madre donde esta, chico?
- N-no lo sé, señor -
- Principalmente deja de decirme señor, chico, porque no soy tan grande como piensas - me dice apuntándome con un dedo pintado de negro- y segundo, ¿Quieres que te ayude a buscarla?
- Y-yo em - me propongo a pensarlo dos segundos, ya que no conozco a este hombre y no sé si me va a secuestrar, o si realmente va a ayudarme
- Como vos quieras, es tu decisión.
- Está bien, gracias - enserio le agradecía...
Esa noche luego de unas horas logre encontrar a mi madre, no estaba en las mejores condiciones podríamos decir, pero por lo menos estaba con ella. No importaba nada mas, ¿Verdad?
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Más allá de mi ataúd
Teen FictionMe parecía curioso, bastante curioso. Las mismas personas que me empujaron a garras de la muerte, lloraban sobre el ataúd donde reposaba mi cuerpo sin vida, una vida que ellos mismos arrebataron