-Capitulo 12-

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05/04/13

El sabor agrio del café paso por mi garganta haciéndome fruncir los labios. Afuera estaba nevando, así que hoy por obligación por parte de Valerie, traigo puesto un gran saco gris, una bufanda hasta la nariz y un gorro de lana. Lo cual al entrar a la cafetería me saque inmediatamente. Me pedí un café, que es algo a lo que no estoy acostumbrado a tomar, pero necesitaba estar despierto para un día como hoy. Estoy en una  cafetería muy famosa de la ciudad en el que personas con imaginación pura, comparten sus poemas o historias con el público. Sinceramente es algo que me gusta bastante y lo disfruto, pero estoy aquí solo por un trabajo práctico de literatura.
Me acomode y saque mi libreta, para luego hacer un click con la lapicera y comenzar a escribir todo lo que decían. Al terminar unas cuantas ya estaba por irme con las hojas en blanco porque nada de lo que dijeron termino de gustarme, pero me detuve en seco en el manojo de la gran puerta al escuchar uno que me pareció muy descriptivo en mí.

- Buenas tardes a todos, hoy voy a leerles algo diferente a lo que están acostumbrados a escuchar. Sé que aquí es pura poesía o poemas sobre el amor, pero hoy quería mostrarles una de las escrituras más importantes en mi vida, una escritura muy personal para mi. Espero que alguien se sienta identificado con mis sentimientos y pensamientos. Gracias – comencé a aplaudir pensando que alguien iba a acompañarme, pero al ver que era el único que lo hacía fui disminuyéndolo y decidí quedarme callado toda la tarde. El hombre me sorprendió al escuchar su voz ronca.

- El pozo...Lentamente estoy volviendo a ese oscuro lugar al que tanto me costó salir. Un amigo mío lo llama el pozo, ya que cuando todo está saliendo más que bien, de un momento a otro te tropiezas con la vida, los problemas, con las personas, contigo mismo una y otra vez. Pero llega un momento en el que no tienes más fuerzas para subir ese pozo tan hondo del que tantas veces entraste y saliste...así que te rindes y te cansas de tanto esfuerzo. Tanto que por momentos valió la pena pero ya no lo hace, tanto en el que te estresas, sientes ansiedad y pánico por seguir haciéndolo que ya realmente no puedes hacerlo más. Pero últimamente dos preguntas han estado dando vueltas en mi cabeza... ¿el esfuerzo que estoy dando sirve? ¿O solo lo estoy haciendo para complacer a las personas que me rodean? - y la cafetería completa, incluyéndome, quedaron con la boca abierta con la escritura recientemente leída.

Todo era silencio, las camareras, los chefs y hasta la fila que había para comprar quedaron perplejos al escuchar la escritura que acaba de leer. Ahora sí que no iba a quedarme callado con los aplausos. Deje todo sobre la mesa de un tirón y me pare para comenzar a aplaudir. Al principio se me quedaron mirando todos, pero de un momento a otro era toda la cafetería aplaudiendo como locos. El desconocido del escenario se va con una sonrisa de suficiencia. Y yo, antes de que me olvide esas hermosas palabras, comienzo a escribirlas en mi libreta seguro de cual iba a ser mi tema del proyecto.

Al llegar a mi casa, comencé a plantearme todo lo que paso hace unos momentos. Esa escritura fue tan descriptiva en mi persona, que me estoy dando cuenta de que yo estoy en un pozo.

Más allá de mi ataúdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora