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Él no quería estar ahí, era muy claro eso. No podía dejar de dar esa impresión de estar incómodo. Mucho menos si sus manos se movían como si tuvieran vida propia por debajo de la mesa, buscando algo para controlar esas ganas de salir corriendo.

Yeonjun parecía estar de igual forma. Pero sabía esconderlo. Era un experto en la materia, de no ser por el moviendo constante de sus pies y de lo molesto que estos eran al chocar con los suyos. Gracias a lo pequeña que era la mesa.

—Y bien, es un gusto volverte a encontrar Hye. —habló la señora Choi, rompiendo el silencio que consumía el comedor.

—¡No pensaba que volverías al barrio!, Desde que me enteré que te mudabas hacia el norte, pensé que eso de vivir en un vecindario humilde quedaba en tu pasado. —comentó su madre. Y la expresión de la otra mayor no parecía muy buena que digamos. Aún más mostrando una mueca disimulada luego de una tos fingida.

—Nomás decidí que Yeonjun tendría mejores oportunidades si nos mudamos hacía allá, pero no resultó como queríamos. - bajó la cabeza, mirando el plato medio vacío luego de un suspiro largo. — estudio en una gran escuela, pero en casa todo era un martirio, afortunadamente me separé de Choi. — una ligera sonrisa se poso en los delgados labios de la pelinegra.

— Tu ex esposo nunca me dió una buena espina. — fue lo único que dijo antes de que nuevamente el silencio prevaleciera en la sala.

El otro señor que al parecer era la nueva pareja de la mamá de Yeonjun, se mantenía callado. En ningún momento dirigió la palabra o se inmutó a presentarse. Parecía muy extraño, tampoco le daba vibras demasiado buenas.

—Oh, ¿Podrías pasarme la sal, por favor?. — pregunto amablemente hacia el mayor, no recibió respuesta y mucho menos una mirada. ¿Había Sido ignorado?.

—Oh cariño, algo que no tuve tiempo de aclarar es que, mi esposo es sordo mudo. —tanto él como su madre quedaron boquiabiertos. Por esa razón solo se comunicaban por mediante señas sencillas.

Un leve toque en el hombre del sujeto que muy contento se encontraba comiendo, fue suficiente para que alzara la mirada algo confundido. Bastó un par de señas para darle a entender lo que sucedía.

Luego sus manos se alzaron formando figuras extrañas y movimientos con sus dedos que no logro entender en lo absoluto.

— oh, acaba de decir que disculpen la falta de educación y que su nombre es Young soo. — aclaró la mayor, sonriente al igual que el señor.

Al cabo de los minutos todo volvió a la normalidad. De no ser por las patadas en sus pies, siendo más frecuentes por parte de Yeonjun.

Ambos ya habían terminado de comer, y era sumamente incómodo. Imágenes de lo que fue parte de su niñez llegaron a su cabeza. Todo lo que sufrió por parte de ese chico, y ahora parecía la persona más pura del mundo.

—Ya veo que terminaron de comer, Beomgyu, recoge el plato de yeon-

—¡No te preocupes!, Yeonjun acompaña de Beomgyu a lavar sus platos y si quieren pueden hablar afuera.

—Yo creo que no sea... — sus ojos se clavaron en su madre pidiendo ayuda. Ella más que nadie sabía lo que había ocurrido años atrás.

—¡Ay por Dios!, Seremos vecinas y muy buenas amigas, además, es tiempo de que estos dos niños arreglen sus diferencias y conflictos. ¡No te dejes llevar por lo que paso hace años!, Eran niños aún. — su madre realizó una mueca no muy convencida. Pero eso no fue suficiente para negarse y en menos de lo que creía estaba camino a la cocina junto a Yeonjun.

Su cabeza no dejo de pensar en ningún momento. Un instinto de alerta hacia cualquier movimiento, ya que, no le tenía ni un mínimo de confianza al mayor.

Además, ¿A quien le gustaría estar de nuevo con la persona que más te humilló desde un inicio?. A nadie.

—¿Y bien?, ¿Aún sigues siendo amigo de TaeJun?. —Preguntó Choi, luego de haber sido ignorado frecuentemente en el comedor.

— Taehyun.

—eso, ¿A quien le importa?, En fin, no me sorprende que sigan siendo amigos o algo más, la verdad es que desde pequeños se llevaron muy bien. —comento sin pelos en la lengua y a Beomgyu una idea fantástica de que la cabeza de Yeonjun quedaría muy bien dentro del agua de jabón.

—¿Te importa acaso?. — contestó a la defensiva, sin mirarlo y mucho menos tomándole importancia.

¿A quien engaña?, Tenía miedo. Tenía ganas de salir corriendo y esconderse en su cuarto, hasta que su ahora nueva pesadilla llamada "Choi Yeonjun" volviera a atormentarlo como años atrás.

— Uhm, no te recuerdo así. — susurró Yeonjun, casi que podía ver esa sonrisa de satisfacción al verlo ahora tan indefenso.

—No soy tu pendejo, Yeonjun. Lo que ocurrió en el pasado no fueron más que estupideces de niños. Ahora compórtate como un puto adolescente y acepta que aquí ya no tienes nada que hacer. —tomo el valor de decirlo, aún así que su corazón fuera latiendo demasiado rápido y que por su torpeza casi dejara caer el plato en sus manos.

—Yo-

— y sí, sigo siendo ese homosexual que tanto humillaste hace años, pero eso no significa que puedas hacerlo ahora. - soltó un suspiro, debería calmarse sino quiere que un ataque de pánico le diera en ese momento. - solamente quiero, dos cosas... No te me acerques, y por favor, si lo haces simplemente fingiremos que somos buenos amigos. Aunque nunca lo seré, lo haremos para no crear malentendidos entre nuestras familias.

Yeonjun quedó boquiabierto, sin saber que decir solo limito a reírse. Beomgyu alzo una ceja, sin saber que era tan chistoso. Sin duda Choi Yeonjun era un completo idiota.

—¿Chicos están ahí?. —la voz de su madre lo saco de la conversación. Dejando el plato sobre el estante y caminar sin mirar atrás y dejar solo a Yeonjun en la cocina.

Sería un año realmente difícil teniendo de nuevo a Yeonjun de vecino.












Volví :D

Les gustó¿ Aaaaaaa.

Literal me entró una inspiración bien cabrona ahora y aquí estoy.

La verdad no sé si lo esperaban o k, pero ajá. La otra semana actualizo o en lo que va de estos días:D.

¡No se olviden de votar y comentar!, También de pasarse por mi perfil a ver las demás obras que tengo:D.

Lxs amo, cuidense.

Ugly | 'Yeongyu'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora