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Era justo sobre la tela del pantalón que Johnny comenzó a acariciar con lentitud, como si estuviera disfrutando —y realmente lo hacía— los pequeños y casi inaudibles jadeos que lanzaban la boca de Chittaphon.

—Prometí no hacerte hacer ruido... Pero no me refería a que estuvieras en completo silencio —dijo en un tono seductor.

Los pensamientos de Chittaphon estaban completamente nublados, sus músculos se debilitaron y sus piernas temblorosas no ayudaban a sostenerlo del todo bien y la mano de Johnny en aquella zona se sentía tan delicioso para ser malo.

Pero por una vez, una sola vez, quería disfrutar.

Por una vez quería dejar que sus sentimientos lo vencieran. Quería actuar como un idiota irresponsable sin razón.

La mano de Johnny se hundió más en el interior de la entrepierna de Chittaphon acariciándola haciendo que este lanzara un gemido de placer que fue opacado por una de sus manos cubriendo su boca.

Sentía algo de vergüenza por haber dejado escapar semejante sonido.

Johnny al contrario sonrió, había encontrado otro punto débil en aquel chico. Presionó más su cuerpo al de Chittaphon y su mano en ningún momento dejó de moverse.

—Bien, ahora rompo mi promesa anterior —dijo simulando una embestida.

Y luego otra y otra y otra más...

Las caderas de Johnny se movieron hacía enfrente deseosas también de querer más. Quería unificarse con él en estos momentos. Besarse y acariciarse sin ninguna prisa, deleitándose ambos, guardando este momento tan íntimo para siempre en sus mentes y corazones.

Chittaphon perdió vergüenza total. Destapó su boca para dejar escapar aquellos sonidos y también comenzó a frotarse en Johnny, con más intensidad que la anterior. Johnny aprovechó para esconderse en el cuello de Chittaphon, en un intento de callar sus sonidos y lamer esa zona. Su respiración era tan caliente y pesada; su nariz rozaba la curva de su cuello y hacía sentir a Chittaphon como si estuviera en las nubes.

Si esto solo era contacto con ropa de por medio, no quería ni imaginarse como estaría la situación si no tuvieran telas estorbáandoles en su cuerpo.

Pero se sentía tan bien, tan condenadamente bien.

Cada movimiento, cada roce, cada tocamiento, solo hacía que lo deseara más. Todo se volvía más intenso, más tentador... Más incorrecto, pero más deseoso y eso parecía importarle más en estos momentos. Quería más, quería ir más lejos.

Y si eso significaba ir en contra de sus límites, estaba dispuesto a romperlos.

Los tocamientos terminaron y Chittaphon estaba a punto de protestar, pero cuando sintió una mano colándose por el frente de su pantalón con intención de acariciar más de cerca, sintió que debía poner un alto.

No. Aún no estaba listo para cruzar sus propios límites.

Chittaphon, en un movimiento inesperado, tomó demasiado fuerza de voluntad para sacar la mano de Johnny de sus pantalones y separarse lo máximo posible del chico.

—¿Qué? ¿Qué pasa? —preguntó preocupado Johnny.

Incluso se preocupa por él...

—¿Hice algo malo?

No cariño, el que hizo mal fue él...

Chittaphon se abrazó a sí mismo y quiso esconderse en ese instante. Recargó su espalda contra la puerta y suspiró.

—Lo siento, yo... No puedo.

Ni siquiera podía darle una explicación. ¿Qué se supone que le diría? No puede ni debe hacerlo.

After Midnight - JohntenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora