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Fecha: 30/06/2016.
Ubicación: Confidencial.
Hora: 11:47 a.m.

Seis días de retraso en la investigación. Seis valiosos días dónde Ranpo alcanzó un límite de frustración nunca antes experimentado. El supervisor no quería sacarla del cilindro por ningún motivo, parecía haber cambiado de la noche a la mañana, totalmente determinado a impedir que siguiera con la investigación y con todo el deseo de que sea ejecutada.

Edogawa Ranpo fue juzgado por el supervisor, puso en duda su habilidad de Súper Deducción y todo el reconocimiento que ha acumulado a lo largo de los años.

"Alardeas pero yo no veo que resuelvas el caso solo con observar al culpable" fueron sus palabras.

Ranpo no se molestó por esas palabras, en realidad, él se dijo a si mismo algo similar. Se cuestiono porque no era capaz de descifrar nada acerca de esa mujer, no puede ver nada de ella. Es como si una fuerte luz la iluminará desde la espalda, cegándolo a él, dejándole solamente la vista negra y sin detalles de una sombra inentendible.

Y aunque el supervisor haya dicho que no existía manera de moverla a una sala de interrogación, Ranpo aún tiene jugadas por hacer.

— Este lugar es una locura, ni si quiera yo pensé que existía algo así —comento, extrañamente entusiasmado.

— Espera llegar al último piso —dijo Ranpo mientras el ascensor desciende— Es inhumano.

Su compañero mostró curiosidad, no dejaba de hablar del lugar durante todo el camino. Cuando llegaron al último piso, el supervisor no se encontraba nada tranquilo.

— ¿Él es nuestro seguro? —cuestiono incrédulo el mayor mientras observa detenidamente al desconocido acompañante de Ranpo.

— Sí —canturreo antes de presentarse— Dazai Osamu.

— Su habilidad, a diferencia de quién creo la Cadena de Raquis, anula al toque cualquier habilidad —hablo Edogawa, observando la pantalla que muestra el cilindro.

Dazai se acercó a observar también.

— Vaya... esto es peor de lo que imagine —murmuro el de vendas seriamente sin apartar su vista de la pantalla— Entiendo porque aún no regresas a la Agencia.

Ambos se miraron de reojo, como cómplices.

— Bueno, vamos a ello.

Se adentraron y avanzaron hasta el cilindro. La mujer los miró desde uno de los rincones, sosteniendo el libro, y se rio. Es la caníbal de Tokio.

— Buenas, flor de loto —saludo sonora y carismáticamente al llegar frente al cilindro— ¿Qué tal una caminata?

— ¿Y tú quién eres? —cuestiona con cierto interés, dejando el libro de lado mientras se pone de pie lentamente como si Dazai fuera una presa.

— Seré tu acompañante el día de hoy —responde sonriendo amistosamente.

Ranpo permanece con las manos en los bolsillos en el marco de la puerta metálica, observando detenidamente. Dazai extendió su mano dentro del cilindro, algo que la mujer miró con sorpresa y diversión. No tardó mucho en sujetar la mano del varón, y en ese instante la barrera sobrenatural del cilindro se disipó. El supervisor mira horrorizado desde la pantalla, sudando a causa de los nervios, sentía su estómago retorcerse.
Los guardias se acercaron y le colocaron reforzadas esposas en las muñecas y tobillos. Las cadenas hacen una retorcida melodía a cada paso que da. Dazai por su parte camina a su lado tomándola del brazo, o más bien, ella tomándolo a él.

Conversando con las sombras 『 Ranpo Edogawa 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora