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Fecha: 09/06/2016.
Ubicación: alguna parte del cielo.
Hora: 3:26 p.m.


El sonido de las turbinas y los ya clásicos mensajes auditivos antes del despegue. La gente ya está en sus asientos y el avión comienza a moverse por la pista a punto de dejar el suelo y comenzar las 14 horas de vuelo. La mujer de cabello claro toma sus pastillas mientras se repite a si misma «Todo va a estar bien». Hace mucho tiempo que no toma un vuelo sola, mucho menos un vuelo que no es primera clase, había renunciado a muchas cosas, entre ellas los lujos.

— Gracias por ayudarme, oneesan —dijo la joven sentada a su lado. Sus grandes ojos azules observaron agradecidos a la joven mujer.

— No es nada —musita acariciando sus cabellos azulados— Solo... No vuelvas a salir sola así. Hay mucha gente malvada en el mundo.

— Lo sé —concuerda agachando la mirada— Por eso me quedé sola.

— Aoi... ¿Por qué dejaste a tu hermano? —pregunta con cautela.

— Porque fue su culpa que Satou muriera.

— Oh... Lamento eso.

Airi no dijo nada más. La joven Aoi, de apenas trece años, ya le había contado bastante sobre Satou y su retorcida vida antes de terminar en el hospital. Le sorprende que quiera regresar al país donde su infierno comenzó.

— Está bien. Ella sigue aquí —asegura poniendo su mano sobre su pecho mientras sonríe. Reynolds permanece expectante— Oneesan ¿Tú tienes una persona especial?

La joven le mira curiosa. Está vez Airi sonríe, aunque con algo de tristeza. Rebusca en su mochila hasta sacar una agenda mediana de pastas negras con letras verdes. Abre en la primera página y le muestra la fotografía que tiene ahí; en esta se ve a Ranpo abrazándole por la espalda mientras recarga su mentón en el hombro y mantiene una expresión egocéntrica de «ella es MI novia» y Airi sonríe mientras entrelaza sus manos con las de él.

— Él es mi novio, se llama Ranpo —menciona mientras la menor toma la fotografía para verla más a detalle— Llevamos cinco años de noviazgo, aunque justo ahora estamos... —sonríe apenada, pareciendo más una mueca— ¿Peleados? 

— Pelear no es bueno —comenta con la vista en la foto— Las parejas no deben pelear. Se ven lindos juntos, puedo decir que se aman con solo ver esa fotografía.

— ¿Tú crees? —murmura insegura. La menor le mira.

— Sí. Lo extrañas, se ve en tu mirada.

Finalmente, Airi sonrió.

— Ah... Sí, realmente lo extraño.



[...]



Habían hablado mucho durante horas hasta quedarse dormidas. Se distrajo tanto con la joven Aoi que olvidó tomarse sus pastillas de nuevo. Un fuerte dolor de cabeza la hizo despertar y una horrible sensación de peligro la hizo ocultarse en uno de los baños.

— Oye llevas mucho tiempo ahí dentro, no eres la única con necesidades —reclama una persona pelirroja golpeando con sus nudillos la puerta.

— Lo siento —dice cuando abre la puerta con cierta duda— No me va muy bien en los aviones...

Conversando con las sombras 『 Ranpo Edogawa 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora