Cuando un ciervo te observa

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El resto del viaje en el tren fue tranquilizador para Remus, Mariza y Anthony le compartieron los dulces que compraron y a mitad de camino, se unieron a ellos Marlene y Mary con divertidas anécdotas que vivieron ese año

- Que harás durante el verano Remus? - preguntó Marlene cuando estaban a una hora de Kings Cross

Ahí el chico recordó, que sus planes eran pasar unas semanas con los Potter, lo cual, par ese punto, le resultaría imposible

- Nada relevante, estar en casa con mi padres - desvió la mirada a la ventana, tratando de pensar en la manera de decirle "no" a la señora Potter

*

Cuándo el tren se detuvo y la gente comenzó a bajar, Remus se apresuró a abrirse paso entre los estudiantes, buscando lo más rápido posible a sus padres, cuando logro visualizarlos, corrió a ellos

- No puedo ir a casa de los Potter - dijo a su madre - debo quedarme en casa, todo el verano

- Pero, se veía que tenías muchas ganas de ir, te notabas realmente entusiasmado - su padre lo miró extrañado - pasó algo malo?

- No, para nada - mintió - solo, por favor, quiero quedarme en casa - le lanzó a su madre una mirada suplicante

- Está bien cariño, pero si cambias de opinión ,avísanos - le dedicó una dulce sonrisa - hablaré con la señora Potter por ti

Remus vio a su madre alejarse de él y caminar a los Potter, el matrimonio la escuchaba atentamente con una sonrisa comprensiva,mientras James y Sirius lo miraban a él, con tristeza.

- Algo pasó, no? - su padre miraba de los Potter a él, con curiosidad

- Son tonterías, ya se me pasará - susurró

- Nunca son tonterías hijo - posó una mano en el hombro del chico - si algo te hizo distanciarte de ellos, debe ser importante y entiendo que no me lo quieras contar, pero espero se resuelva

*

Las vacaciones iban mejor de lo que Remus había esperado, su padre había pedido algunos favores y salía horas antes del trabajo para cenar los tres juntos y ver alguna película en la televisión vieja que tenían en casa, por las tardes se dedicaba a leer o adelantar tareas, también trabajaba un poco en el jardín (que estaba pegado a un espeso bosque) y en las mañanas acompañaba a su madre de compras.

Normalmente ir de compras era divertido, pero algo había cambiado ese día, no era solo el horrible viento que azotaba el que pequeño pueblo, podría jurar que había algo observándolo a lo lejos.

Mientras caminaba a casa, esa mirada se intensificó y se comenzó a ponerlo más nervioso, sobre todo, porque su madre parecia no notarlo

- Debe estar en tu imaginación cariño

Había sido su repuesta cuando decidió contarle, pero el estaba seguro que había algo extraño.

Al llegar a casa, se dirigió rápidamente a su habitación y se dejó caer en su cama, tratando de convencerse que todo era producto de su imaginación y no había unos ojos invisibles observándolo.

El viento azotaba contra su ventana, provocando que esta se abriera y cerrará con brusquedad.

- Remus, por dios, cierra esa ventana- gritó su madre desde la cocina

El chico gruñó y se puso de pie, recogiendo algunos papeles que habían volado y aterrizado en el suelo, al llegar a la ventana, esa intensa mirada volvió, provenía del bosque.

- Debe ser una jodida broma

Su mirada que quedó fija en una animal que lo observaba atentamente, pero no era cualquier animal, era un ciervo, un ciervo que Remus conocía a la perfección.

Cerró la ventana con brusquedad y corrió a la puerta trasera, atravesando el jardín a grandes sacadas, cuando llegó a la orilla del bosque, ya no había un ciervo, en su lugar estaba un chico con el cabello enmarañado y una incómoda sonrisa.

- Que se supone que haces aquí? Cómo llegaste? - se cruzó de brazos

- Llegué en el autobús noctámbulo peor me perdí, afortunadamente te Vi por la calle y decidí seguirte - soltó algo incómodo - creí que podría seguirte como ciervo y me ocultaba lo más posible - se notaba que el chico trataba de calmar sus nervios - vine hasta aquí para disculparme

- Viniste hasta aquí para disculparte?- Remus se relajó un poco,bajando sus brazos - por qué?

- Porque me porte como un idiota y la culpa no me deja vivir en paz, eres mi amigos Remus,no debí dañarte de esa forma, no debí aceptar esa apuesta- buscó la mirada del chico - haré lo que quieras, incluso puedes golpearme si es lo que necesitas para perdonarme, solo...vuelve a ser mi amigo - suplicó

La situación en la que se encontraba el castaño, no era fácil, por una parte, ver a James ahí, pidiendo perdón, hacía que su corazón se aplastara un poco, pero por el otro, le costaba siquiera pensar en perdonarlo,se sentía dolido y traicionado

- James, mira, esto es más complicado - suspiro, negando suavemente

- Se que la cagué Remus y me arrepiento muchísimo, fui un completo idiota - se podía notar la desesperación en la voz del chico – quiero que volvamos a ser amigos, viaje solo hasta aquí, solo para intentar arreglarlo, de verdad, pide lo que quieras

Remus lo miró, frunciendo suavemente el ceño y analizando lo que el chico acaba de decir, perdonarlo a él, no sonaba nada fácil, se había sentido usado , manipulado, como un simple juguete, no era fácil olvidar esas semanas dónde apenas y dormía, dónde comía poco y sentía miserable, pero también era cierto que extrañaba hablar con él y escucharlo decir tonterías.

— Puedes gritarme, golpearme, insultarme, no me importaría, se que lo merezco – una tímida sonrisa apereció en los labios del chico

Sin analizar muchas las cosas y sentir todos los sentimientos revolverse en su estómago, dió un par de pasos atrás, cuándo James pudo darse cuenta de lo que pasaba, ya había recibido un golpe directo en el rostro, que lo había hecho tambalearse y provocado que su nariz comenzara a sangrar.

El castaño sintió un extraño alivio pero también algo de culpa, pocas veces había visto a James sangrar, solo en juegos de Quidditch que habían resultado muy violentos

— Lo siento, no sé porque lo hice – se acercó rápidamente al chico que trataba de detener el sangrado – déjame ayudarte – trato de ahogar una risita, mientras trataba de ayudar con la manda de su sudadera

— No descuida, es lo menos que merezco.

Para cuándo ambos chicos lograron detener el sangrado, la nariz de James estaba ligeramente chueca.

— Podemos intentar arreglar eso magia, si quieres

— No, será una muestra de lo idota que puedo ser – suspiro, mirando al castaño – entonces... Amigos? – estiró tímidamente su mano

— No te puedo prometer que todo volverá a la normalidad, pero, supongo que podemos intentarlo – estrecho la mano de moreno

*

Llevaban horas hablando en los límites del bosque, tratando de arreglar la fractura en su amistad, cada tanto, James volvía a disculparse y decir lo idiota que se había portado.

— Remus, cariño – hablo su madres desde el interior de la casa – sabes porque la señora Potter mando una carta diciendo que James se quedaría el fin de semana?

— Creo que olvide decirte eso – miró a la pequeña casa de los Lupin – le dije a mamá que me quedaría contigo unos días

— Disculpa?

— Su bueno, creí que sería divertido – se encogió de hombros – le expliqué a mi madre la situación y estuvo de acuerdo en que debería venir a disculparme, también me dijo que debería venir Sirius, pero pensé que eso sería mucho para ti – mordió su labio nerviosamente, mirando de reojo al castaño – a él le dije que estaría con papá en un pequeño viaje de trabajo

— Agradezco eso, no estoy listo para hablar con él y sinceramente dudo estarlo en algún momento – se puso de pie, limpiando los restos de césped del pantalón – vamos adentro, tengo que explicarle a mamá que llegaste y descuida, no le diré porque viniste.

Apostando Tu Amor(WolfStar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora