Familia |La hija de Sasuke Uchiha|

𝘾𝙃𝘼𝙋𝙏𝙀𝙍 𝟮

• ✦Ｆａｍｉｌｉａ✦ •

Narrador Omnisciente

La pequeña Uchiha salió de la ducha con una toalla envolviendo su cuerpo, la ropa que iba a usar se basaba en una blusa rosa de manga larga (comprada por su madre) que tenía el logo del clan en la parte de la clavícula, pantalón holgado negro y las indiscutibles zapatillas ninja.

El olor a comida recién hecha llenó sus fosas nasales, lo cual significaba que Sakura ya estaba en la cocina.

 — Henge no jutsu —murmuró y en menos de un segundo, las ojeras que delataban su desvelo ya no estaban—, listo.

Corrió escaleras abajo, pasando por el pasillo adornado de fotos familiares e ingresando al comedor, donde encontró el desayuno servido y a su madre pelando unas manzanas. Hace mucho, esa escena lograba darle una infinita felicidad, pero poco después entendió que solo era el gran esfuerzo que Sakura hacía para mantenerlas y ser esa figura materna que todo niño necesita.

Era un hecho, su madre se esforzaba y lo menos que podía hacer era no darle ningún problema. Fuyuka dio una gran bocanada de aire antes de mostrar una encantadora sonrisa, si fingir le ayudaba a no desarrollar su sharingan y también para ver feliz a Sakura, lo seguiría haciendo hasta la muerte.

— ¡Mamá! —saludó dándole un abrazo—, ¿Dormiste bien?

— Muy bien —dijo mientras ponía el plato con fruta a un lado y alegremente le correspondió el abrazo—, Estas hermosa cariño. ¿Ya preparaste tu mochila?

— ¡Si! Tengo unas muñecas para jugar con Hima-chan —aseguró, haciendo que su madre soltará una suave risa. 

— Eso es perfecto.

La peli-rosa amaba a cada una de sus hijas y sin duda hacia lo posible por cuidarlas. Sin embargo había un hecho que no podía soportar, relacionado con su querido esposo y el nacimiento de Fuyuka.

— ¿Y Sarada? —preguntó con voz infantil, viendo hacía todos los lados.

— Viene en un momento Fuyu, no te preocupes.

Y tal como dijo, Sarada ingresó a la cocina mientras deseaba los buenos días. Llevaba todo lo necesario para su primer día de clases y parecía impaciente por llegar puntual a la ceremonia de ingreso.

— Hermana mayor, te ves bonita —le dijo, sabiendo que Sarada se había tomado más tiempo de lo normal para arreglarse.

— ¡Gracias Fuyu-chan! —respondió con una sonrisa y las mejillas ligeramente sonrojadas—, ¿Quieres que cepille tu cabello?

— Me encantaría nee-san.

Pasaron un desayuno conversando sobre diversos temas, desde las series de televisión hasta algunos chismes de los que Sakura se enteraba en el trabajo. Siempre iniciaban el día de esa manera, disfrutando el poco tiempo que podían tener juntas.