Plan De Supervivencia De Los Hermanos Ryddle

Primer Arco: 1

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Inicio del primer Arco
Los Hermanos Ryddle En El Mundo Mágico

Capítulo 1

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Una petición.
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Draco no es y no fue una buena persona, hizo muchas cosas malas en su vida y es aquí, al frente de la batalla, que se da cuenta de que todos sus errores han cobrado factura… es tarde para remendar todas sus malas decisiones y pedir perdón esperando una segunda oportunidad, es tarde para lamentarse y pensar en lo ya vivido, pero si hay algo que mínimo puede hacer es sacrificarse. Así que con una voluntad y valentía que no poseía se lanzó al frente de la persona que más odio y que secretamente más amo, el rostro incrédulo de Potter fue de total diversión para un joven rubio que poco a poco vio su mundo caer en la más profunda oscuridad y entonces pensó en que hubiera sido de su vida si no hubiera tomado las decisiones que tomó.

Draco abrió los ojos, la confusión llenó sus sentidos cuando la claridad tocó su mente y los recuerdos llegaron a él. Es cierto… había muerto saltando al frente de Potter antes de que este recibiera un Avada de algún mortifago, hubiera sido muy malo aquello así que internamente sabía que fue la mejor decisión. «¿Hola? ¿Hay alguien…?». Aún con su cuerpo entumecido pudo girar su cabeza en dirección a la voz que escuchó, una voz lejana. «Por favor… quien sea… se lo ruego.» Draco intentó moverse, la voz llena de dolor y desesperación le rogaba ayuda una y otra vez tanto que se empezó a arrastrar. Todo estaba oscuro y su cuerpo dolía pero aún así sintió una fuerte necesidad de ir a ayudar.

No sabe cuanto pasó pero cuando pensó que era inútil lo vio, una luz, un chico a lo lejos. Este al verlo sonrió o eso pensó… para cuando se dio cuenta alguien le extendió su mano. — Por favor… Ayúdame.

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— ¡Debemos irnos! — Un pequeño niño rubio movió sus pies con nerviosismo sosteniendo la mano de un niño mayor a él. — Tengo miedo de estar… aquí… vámonos. — El niño mayor de cabellos dorados como el sol parecía debatir mirando adentro y afuera de la puerta.

— Pero irnos será peligroso, la matrona- — El menor negó tratando de no gritar.

— Miente… ella miente, hay que irnos por favor. — Apretando levemente las manos del menor asintió con una sonrisa, los moretones en la cara de él menor de los dos eran visibles.

— Mientras estemos juntos estaremos bien… vámonos Draco. — Con una sonrisa y resguardados por las oscuridad ambos niños rubios escaparon del orfanato donde habían estado desde que nacieron, su único hogar y su prisión.

Draco apretó el agarre en la mano de la única persona en la que podía confiar. Obelius Artisea… La persona que será su hermano no de sangre una vez que los adoptan, bueno mientras ambos niños se refugiaban en un callejón y se cubrían con mantas el pequeño Draco recordó como se vio envuelto en esta complicada situación.

Oh sí, él murió, una vez que la muerte reclamó su alma tras por unas vez dar la vida por alguien más, ahora solo eran recuerdos lejanos había llegado a parar en un especie de limbo con una vida llena de arrepentimientos negándose a morir, se supone que debería estar vagando ahí por lo que queda de la existencia, más aquello no pasó debido a que no estuvo solo ahí… un chico igual a él. En realidad el mismo estaba ahí, lo correcto sería decir que una versión de sí mismo estaba ahí. Un Draco con una vida tan lamentable que daba pena hasta de escuchar el principio pero con un trato y una sola petición. «Te doy mi vida… mis recuerdos y a cambio solo te pediré salvar a una persona… mi hermano… mi querido hermano no de sangre si no de corazón, Arthi…». Naturalmente se iba a negar pero terminó aceptando por qué de alguna manera nunca vio a alguien tan roto como este, irónico si tomamos en cuenta que es el mismo. Tomando la vida de alguien de quien no sabe nada, su antiguo padre estaría decepcionado de él por no leer las letras pequeñas. ¡El hijo de puta no le dijo que su vida era tan mierda! Si lo comparaba con su anterior vida él vivió como los dioses, nada comparado a la vida de este Draco que consistía en mendigar por comida. ¡Vieja bruja!.