Historias cortas

Curiosidad

Es difícil describir las emociones que se sienten en un momento determinado de nuestra vida, y es mucho más difícil cuando, con el pasar del tiempo, esos momentos se convierten en recuerdos que te acompañan para siempre.

Ese era uno de esos momentos. No sé exactamente como describirlo, pero ha sido sin duda uno de los momentos más extraños que atravesé, no solo por lo sucedido, sino también porque es difícil de entender y explicar que tanto de real podría haber en ello, incluso a mí me resulta difícil creerlo hoy en día.

Todo comenzó como un día cualquiera, la misma rutina de siempre, despertarse, desayunar con mis padres, ir a estudiar, volver a casa, hacer la tarea, luego ir a dormir y empezar de nuevo; pero esta vez algo fue diferente, no sé exactamente qué y en que instante cambio, pero hizo que todo lo que vino después fuera distinto.

Ese día cuando estábamos desayunando, mis padres me comentaron que tendrían una cena por el aniversario de la empresa en la que trabaja mi padre, nada fuera de lo común, ya habían hecho eso años atrás, y ya me había quedado sola un par de veces antes, así que no fue extraño para mí.

Al llegar a la escuela me encontré con Diego, mi mejor amigo. Para ser sincera me había gustado por mucho tiempo, pero nunca me habría atrevido a decírselo, nos conocimos en el colegio, estamos en el mismo grado así que lo veía todos los días, pero aún así solo éramos amigos, me había acostumbrado a eso. Y era como pensar que si decía algo podría arruinar nuestra amistad.

- Has escuchado lo que están diciendo por ahí – me dijo Diego

- Sobre qué – respondí inmediatamente

- Sobre esos dibujos animados

No entendía bien de que hablaba, pero supuse que se trataba sobre esa historia que había escuchado hace unos días en el vecindario, en la cual había una página de internet en la que se pueden ver dibujos animados, pero que hay un capítulo el cual te redirige a una página, nadie sabe exactamente lo que sucede, solo decían que pasaban cosas raras luego de hacer click en él. Nadie decía exactamente qué pasaba después porque nadie se atrevía a hablar de lo que había ahí, y en realidad no se la razón, solo decían que era mejor no entrar a esa página, y que incluso al abrirla te salía un aviso de advertencia.

El día transcurrió con normalidad, sin embargo no había podido dejar de pensar en esa historia, la curiosidad se acrecentaba cada vez más.

Como siempre a la salida, Diego me acompañó a mi casa, cuando llegue, encontré a mis padres preparándose para salir, se habían retrasado. Seguía pensando en esa historia, pese a que me atemorizaba, decidí averiguar de qué se trataba. Mis padres se despidieron de mí dándome miles de consejos y salieron. En ese momento encendí la computadora de la sala, cuando estaba a punto de empezar la búsqueda, la puerta principal empezó a sonar, se abrió lentamente; un escalofrío recorrió mi espalda, hasta que por fin terminó de abrirse por completo y mi madre ingresó. Al verla por fin pude respirar, había olvidado el celular en la mesa, lo tomó rápidamente, me dio un beso en la frente y se fue.

Sin duda alguna aún estaba asustada, pero tenía que conocer de primera mano si la historia que andaba circulando era cierta.

Esta vez fui a mi habitación, cerré la ventana, cubrí los espejos, cerré la puerta y encendí la laptop e ingresé al famoso video del que todos halaban. Al inicio me pareció algo normal, aparecían personajes animados en la introducción con una música bastante animada, pero a los cinco minutos más o menos, el video se pausaba y aparecía un mensaje de advertencia, preguntando si deseaba continuar, hice click en continuar e inmediatamente se abría una ventana en la que salía una serie de imágenes horribles, imposibles de describir por lo horribles que eran y al final una persona que tenía sobre su cara un papel con un rostro sonriendo macabramente dibujado en él, luego de eso la laptop se apagó abruptamente, algo extraño pues tenía la batería completamente cargada. Volví a encenderla y aparecía como fondo de pantalla una imagen de la habitación en la que estaba, como si la hubieran tomado en ese mismo momento. Cerré la laptop y escuché un ruido afuera de la habitación. Cuando me dirigí a ver quién era, sonó mi celular, era Diego.