Capítulo 5: El mensaje II.

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No sé en realidad cuántos mensajes nos hemos mandado y de cuántas cosas hemos hablado en estos días, lo que sé es que me gusta Marcos y quiero darle la oportunidad de conocernos y ver qué pasa. Por fin es viernes y la alegría que tengo no me cabe en el cuerpo, además de que hoy es el último día de clases estoy ansiosa porque voy a ver a Marcos después de la escuela. Fany está al día de todo y creo que está más contenta que yo, está tan feliz de que por fin me guste alguien.

La mañana ha sido tranquila, como todas las mañanas, clases, merienda y más clases. Al llegar la hora de almuerzo Fany y yo nos dirigimos a la misma cafetería de siempre. Tras almorzar volvemos a la escuela y entramos al aula. Luego de varios turnos de clase miro ansiosa el reloj, ya casi suena el timbre de salida, lo que indica que ya casi voy a ver a Marcos, es que es tan lindo con ese pelo negro y esos ojos color café que le quitarían el sueño a cualquiera. Estoy tan concentrada pensando en mi Marcos que no escucho ni cuando suena el timbre para salir, Fany me coge de la mano y me saca de mis pensamientos.

—Vamos preciosa, ya es hora de que te veas con tu Romeo— dice ella en un tono burlón.

Yo le saco la lengua y ella me tira un beso, es tan mona!. Cuando salimos de la escuela Fany sale corriendo al ver a su amor Samuel esperando por ella con unas flores en la mano yo sonrío y con la mirada busco al chico que me está robando el sueño, camino unos pasos cuando de pronto alguien me tapa los ojos a mis espaldas.

—Hola linda— susurra alguien en mi oído poniéndome la piel de gallina, reconocería su voz en cualquier parte, era él, era Marcos.
—Valla formas de saludar tienes— digo sonrojada alejándome de él.
—No traje flores, me parece un poco rápido ¿no crees?— dice con una sonrisa pícara en su rostro.
—No me gustan las flores— contesto dándole la espalda para que no note que es mentira lo que le acabo de decir.
—¿A quién no le pueden gustar las flores vamos?
—Pues a mi— digo y salgo caminando en dirección a mi casa.

Él viene caminado detrás de mi en la misma dirección, con el rabillo del ojo, veo cómo sus ojos me miran de arriba abajo y no puedo evitar ponerme nerviosa a lo que me viro para verle a la cara.

—No sabía que había contratado a un guardaespaldas— digo en tono sarcástico.
—Una muchacha tan linda como tú no debería ir caminando sola por ahí, hay muchos locos en la calle así que es mejor tener una compañía siempre— dice descaradamente.
—Ha— le lanzo una sonrisa y prosigo a seguir caminado.

De pronto lo siento caminando a mi lado y me toma por sorpresa, es tan lindo, vamos concéntrate Valeria no quieras parecer una blandengue ante su cara bonita. Al llegar a mi casa lo veo que se queda parado, como si quisiera preguntarme algo, yo me le acerco con cara de curiosidad y el solo se retira para atrás. ¿Acaso ya se arrepintió de querer conocerme?
Me giro nuevamente para entrar a mi casa pero su voz me detiene.

—Valeria yo...— dice nervioso.
—¿Si Marcos?
—Yo quisiera invitarte mañana a salir, ¿crees que puedas aceptar mi invitación? Si no quieres ir esta bien te entenderé, pero por lo menos dime que te lo pensarás.— dice él y sus ojos me miran fijamente.
—Está bien, pero solo iré contigo si Fany y Samuel también están invitados.
—Trato echo.

Él se queda afuera hasta que yo entro a mi casa, no puedo creer lo que acaba de pasar, una cita, voy a tener una cita con el chico que me gusta. Mi madre al verme parada en la puerta con esa cara de felicidad y suspirando me pregunta que si estoy bien, yo asiento con la cabeza y subo directo a mi cuarto.
Cae la noche y ya estoy arropada en mi cama para dormir cuando el sonido de mi teléfono hace que me gire a verlo, es un mensaje y es de Marcos.

"Estoy ansioso de que llegue mañana para verte, que tengas lindos sueños preciosa"

Este día no podía haber sido mejor, con el corazón a mil y una sonrisa en la cara me duermo profundamente.

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora