IX Damon

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Ese día Damon se despertó más cansado que nunca, tenía un muy mal presentimiento pero asumió que eso era por ser hijo de Hades. Se levantó solo en su cabaña, como siempre, fue hasta el baño para arreglarse y se dio una ducha con agua muy caliente. Mientras se ponía el shampoo se le calló un poco en los ojos y algo muy extraño le pasó. Comenzó a sentir un fuerte dolor en su cabeza, era una puntada, la más fuerte que había sentido en su vida. Agonizando de dolor se agarró la cabeza, y vio una imagen horrible. Como si fuera un DVD roto vio  nieve, y en el medio de la nieve, una mano. Cuando quiso averiguar más, la imagen y el dolor habían desaparecido.

Sin entender lo que le había pasado, se terminó de cambiar y fue a ver a Adara. La chica lo saludó y él la abrazó muy fuerte. Extrañada se rio y le preguntó qué le pasaba.

-Nada, quería abrazarte.

-Damon te conozco, no me abrazas así porque si.

-Bueno hoy si, ¿Qué?, ¿acaso no te gusta?

-Si me encanta, pero hay algo más.

- No sé, tengo el presentimiento de que hoy no va a ser un buen día.

-¿Por qué?

- No insistas Adara

- Dale Damon decime, podes confiar en mi, ya lo sabes.

Le costó soltar estas palabras pero finalmente dijo:

- Mientras me bañaba me agarró un dolor de cabeza como nunca y vi algo.

-¿Qué viste amor?

- Nieve, y en la nieve había una mano.

- Bueno ya vamos a ver que fue eso, vos quedate tranquilo - Le dijo Adara mientras le daba un abrazo que el verdaderamente necesitaba.

De pronto escucharon a Leah que los llamaba.

- Chicos no encuentro a Vera y Eriseo.

- Deben estar por ahí, no te preocupes - dijo Adara

-No, no entendes. Los busqué por TODO el campamento y no están.

- Te dije que tenía un mal presentimiento Adara, los tenemos que buscar. - dijo Damon

- Damon no te preocupes, capaz no es eso. ¿Cómo los vamos a encontrar?

- Iris - dijo Leah

- ¿Servirá? - dijo Adara

- Hay que probar.

- ¿Y de donde sacamos un arcoíris? - preguntó Damon

- Hay que hacerlo, tenemos que llamar a Adonis, mientras más seamos mejor - Agregó Leah.

- Bueno vamos entonces - dijo Adara - no hay tiempo que perder.

Los chicos fueron a buscar a Adonis, quien para su sorpresa, estaba buscando a Leah. Lo encontraron en la puerta de la cabaña de ella.

- ¿Qué haces acá?

- Te estaba buscando - dijo Adonis.

- Que casualidad yo también, te necesitamos. - dijo Leah mientras hizo entrar a los demás a su cabaña.

Una vez adentro, le comentaron a Adonis todo lo que había ocurrido, el aceptó y en la parte de atrás de la cabaña de Leah, arrojaron agua y con la ayuda de Adonis, quien direccionó el rayo del sol, se creó el arcoíris.

Leah arrojó el dracma y dijo:

- Oh Iris, diosa del arcoíris, por favor acepta mi ofrenda.

- Hola Leah, soy Iris, ¿con quién deseas comunicarte?

- Con Vera Kellerman

De pronto el arcoíris comenzó a deformarse hasta mostrar el rostro de Vera. Quisieron hablar con ella pero estaba amordazada. Por suerte pudo verlos, pero por la expresión en su rostro, no estaba sola. Hizo un gestó con su cabeza, señalando a su derecha para mostrar a Eriseo. Casi balbuceando dijo "Pittsburgh", pero a los chicos les costó entenderla, y cuando finalmente lo hicieron la comunicación se cortó.

- ¿Pittsburgh dijo no? - preguntó Adonis

- Creo que si - contestó Leah

- Tenemos que ir a buscarlos, ¿le decimos a Quirón? - sugirió Adara

- No nos va a dejar - dijo Damon.

- Votemos - dijo Leah - los que creen que deberíamos decirle a Quirón levanten la mano.

Leah, Adara y Adonis levantaron la mano, así que habían ganado 3 a 1.

Fueron a buscar a Quirón quién estaba en su oficina. Al entrar, el centauro los recibió y preocupado por la cara de los chicos, les pidió que le cuenten lo que estaba pasando.

- No encontraba a Vera ni a Eriseo por todo el campamento, así que me comuniqué por Iris con ella y estaba amordazada y atada de pies y manos, y creo que vi a Eriseo también - dijo Leah

- Si, y creemos que dijo "Pittsburgh" así que queremos rescatarlos - dijo Adonis

Quirón analizó muy bien la situación, ya los conocía, sabía que si no les daba el permiso ellos aún así encontrarían la manera para escaparse e ir a buscarlos.

- Bien, pero tengan mucho cuidado, además les voy a dar unas cosas para la misión. - dijo Quirón quien en ese momento les entregó un guardapelo griego muy antiguo, y un sweater de lana azul.

Los chicos aceptaron sus obsequios pero sin saber bien para qué servían o si iban a necesitarlos, en el fondo creían que les estaba tomando el pelo y no quería que pasen frío con el sweater. En fin, eso solo Quirón lo sabía.

***

Partieron al medio día, sin perder más tiempo, sobre todo porque el viaje en auto era de unas 6 horas en el mundo humano aproximadamente y no podían darse el lujo de tardar más de lo estipulado. Decidieron que ya que Vera era quien tenía el recurso de los autos, lo mejor sería pedir un taxi. A pesar de que Adonis estaba negado a ir en un auto por horas con las tres hermanas más locas de toda la historia.

- NO, no voy a ir por quien sabe cuanto tiempo con esas locas que se pasan un ojo entre las tres, miren si chocamos eh.

- Ay dale Adonis no seas cagón, es el camino mas rápido a Pittsburgh - Contestó Adara fastidiada por la actitud del hijo de Apolo.

- Bueno pero tiene que haber otra forma, no se... -dijo Adonis cuando Leah arrojó un dracma al suelo y dijo:

- Stéthi, ¡Ó hárma diabolés! (Detente, ¡Carro de la Condenación!)

- NOOOO - dijo Adonis

Leah se puso el sweater que les había dado Quirón porque tenía frío y además quería cargar la menor cantidad de cosas posibles.
En ese preciso momento llegaron las Hermanas Grises, Ira, Tempestad y Avispa en el Carro de la Condenación.

- ¡DAME EL OJO! - Dijo Ira

- No no no, esta vez me toca a mi dijimos - contestó Avispa

- Me tocaba a MIIIIIIIII - gritó Tempestad

- Hermanas, hermanas, ¡miren! - dijo Avispa

-¿PASAJEROSSS? - dijo Ira mientras su hermana le contestaba que si - ¿Que esperan? ¡Súbanse al auto! - agregó la conductora mientras le sacaba el ojo a Avispa.

Los cuatro entraron al auto , apretados, pero entraron y así le señalaron su destino a las hermanas, quienes pusieron en marcha al Carro de la Condenación.

Leah Jackson y el rescate de las almasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora