XXXI

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Buenos dias.

Nos han llamado a la oficina de dirección. Te encuentras sentado, frente a mi. Pero ni siquiera te dignas a mirarme. Me ignoraste los 40 minutos que pasamos allí sentados. Ambos, uno frente al otro.

Ha venido tu padre. La amargada de la directora lo ha llamado. Si bien ésta no ha sido la primera vez que tú tienes problemas. Es la primera vez, que yo no he intervenido para que no suceda nada. Lo intenté, enserio intenté explicarle que era un simple malentendido, pero la menopausia la tiene mal.

Tu padre, ni siquiera me ha mirado. No lo recordaba tan intimidante. Es grande y con una mirada tosca, que entiendo perfectamente porqué razón te ves tan nervioso.

Una vez me comentaste qué era alguien violento. Un militar, que buscaba educarte con una educación en base a la autoridad que imponía en su trabajo.

¿Tu madre? Brilla por su ausencia. Siempre tan dócil, tan sumisa. Tan parecida a ti en lo físico, pero tan diferente en cuanto respecta a la personalidad.

Tú nunca has sido dócil y sumiso. Siempre has sido un gritón, que no se deja pisotear por nadie y no teme a decir lo que le salga de los cojones. Pero...¿Por qué ahora te ves tan callado?

Te han llamado a la oficina. Y no he logrado escuchar nada.

Estoy preocupado.

Querida Alma Gemela [Berlín x Palermo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora