Capítulo 4

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Aries supo gracias a Tyler que a su hermana le gustaba salir a algún bar por la noche con sus amigas, pero aquella noche decidieron ir a uno bastante escondido y a Aries no le pareció una buena idea. Ella ya conocía aquel bar por algunos problemas que tuvo su familia con los mafiosos que eran dueños de ese territorio.

–¿Adónde vas? –preguntó Aries a Clarissa una tarde.

–No te importa, solo dedícate a cuidar de mi hermano. Parece que os lleváis muy bien.

Observó como Clarissa salía de la casa cerrando la puerta con fuerza, Aries frunció el ceño sabiendo a dónde iba, Tyler se lo había dicho por la mañana cuando su hermana estaba en la escuela. Por suerte para él ya había terminado las clases y ya no tenía que ver a sus odiosos compañeros durante unos días.

–¿Irás tras ella? –preguntó el joven mirando fijamente la pantalla de la televisión, donde estaba jugando a un videojuego, como era lo normal.

–Por supuesto, mi trabajo es cuidarlos.

Aries salió de la mansión Woolf tras despedirse de Tyler, Richard y Cristina. Montó en su moto Yamaha YZF-R125 en color azul, no sin antes ponerse el casco, y salir del recinto rumbo al bar donde Clarissa se reuniría con sus tres amigas.

Se detuvo enfrente del bar observando la interacción de Clarissa con sus amigas, y unos chicos que al parecer habían conocido. Aries se sentó en un banco observando que no pasara nada, y no se percató de que dos hombres se acercaban por detrás de ella.

–No deberías estar aquí, Aries. Lo sabes muy bien. –dijo el chico de tez pálida, pelo negro y ojos miel. Vestía con unos vaqueros, unas zapatillas de deporte y una camisa bastante usada, se notaba por el color y sus manchas.

–Estoy trabajando, además, mientras no aviséis no sabrán que he estado aquí.

–¿Quién es? –preguntó el otro chico de tez más morena, ojos azules y pelo rubio.

–Clarissa Woolf. La estoy cuidando, estoy empezando a ser niñera de ella y su hermano. –respondió la joven del parche. –Ya sabes, lo típico. Sus padres viajan al extranjero y deben cuidarlos, aunque ella no parece muy feliz de que la cuide.

–Pues tampoco parece muy feliz de que ese hombre la manosee. –avisó el chico rubio.

Aries observó como un hombre intentaba meterle mano a Clarissa, ella y sus amigas retrocedían pero eran tres hombre borrachas contra ellas. La joven se levantó del banco y se acercó a donde se encontraban para detener a los hombre, ambos chicos siguieron a Aries para intentar ayudar.

–¡Oye!

Clarissa miró sorprendida a Aries junto con dos chicos que no conocía, sorprendida y asustada observó como su niñera golpeaba a uno de los hombres en la nuca, dejándolo en el suelo inconsciente. Cuando los otros dos hombres intentaron agredir a Aries, ambos chicos se encargaron de ellos con facilidad, dejándolos tumbados en el suelo.

–¿Estás bien? –preguntó Aries a Clarissa, quien no sabia qué decir.

–Sí, estamos bien. Muchas gracias. –respondió una joven de pelo castaño claro, ojos miel. –Soy Aitana, mejor amiga de Clarissa. Y ellas son Ofelia y Sharpay.

–Muchas gracias por salvarnos. –agradeció Ofelia con una sonrisa agradecida.

–Nosotros nos ocupamos de estos ya que están en nuestro territorio, tú ve con las damas. –avisó uno de los chicos a Aries.

–Claro. Gracias, chicos. –dijo Aries viendo a ambos.

Antes de que Aries pudiera pedir un taxi notó como su moto no estaba y había sido reemplazada por un coche Maserati Quattroporte de color blanco, sonrió sabiendo quiénes lo habían dejado y guio a las chicas hacia el coche, dejándolas sorprendidas.

Esta niñera es un peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora