Capítulo 10

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–¿Qué demonios está pasando? –exigió el señor Woolf viendo a Aries.

–El resumen de lo que ocurre es que mi hermano pequeño está obsesionado con que yo sea la líder de los Moretti aunque yo no lo quiera, y al parecer eso le sentó mal cuando se lo dije y ahora quiere hacerme la vida imposible. –explicó la joven mirando a sus amigos. –Lo importante ahora es sacarlos de aquí lo antes posible.

–No me iré a ningún lado, esta es mi casa. –siguió diciendo el señor Woolf. –Todo esto es por tu culpa.

–Y me hago responsable de mis actos, señor Woolf. –dijo Aries con seriedad haciendo que el hombre se intimidara ante el tono y la mirada que le echó. –Lo mejor que puede hacer en este momento es preocuparse por su familia y no discutir conmigo.

–Pero...

–Ya basta, George. –interrumpió su esposa reprochándole. –Deja que Aries se encargue de esto.

Todos escucharon un gran estruendo provenir del piso inferior seguido de pisadas, Yurena advirtió que se trataría de los hombres de Carter y de él mismo. John rápidamente abrió una ventana y se aseguró que no había nadie en la zona, mientras que Arthur quitaba las cortinas y con la ayuda de Yurena las fueron uniendo, hasta formar una gran cuerda hecha de cortinas.

–Bien, tendréis que huir a lo Rapunzel. –comentó Aries con su arma en la mano, y mirando a la familia Woolf.

–No queremos dejarte aquí, tienes que venir con nosotros. –pidió Tyler preocupado por la chica.

–Aprecio el sentimiento. Pero es mejor que os marchéis.

Uno por uno fueron bajando con cuidado por la cortina hasta que sólo quedaron Aries, Yurena y John en la habitación. Escucharon como golpeaban la puerta, esta iba cediendo poco a poco hasta que la lograron desencajar del marco de la puerta, y Carter entró a la habitación con tres hombres.

–Has llegado tarde, hermano. –dijo Aries sonriendo y Carter apretó la mandíbula.

El aspecto de Carter cambió tras la explosión causada por su hermana y sus amigos. Ahora tenía parte de la cara quedaba al igual que diversas partes de su cuerpo, las cuáles ocultaba con la ropa que ahora llevaba nueva. Aries y los demás lograron escapar justo antes de la explosión, aunque sí que tuvieron algunas quemaduras pero eran leves.

–Te destruiré, Aries. Al igual que lo hice con nuestros padres. –confesó Carter dejando sorprendida a Aries y sin que pudiera reaccionar.

–¿A qué te refieres, Carter? –gruñó Aries apretando el mango de la pistola.

–Yo maté a nuestros padres sólo para que tú pudieras ser la líder de la mafia, pero aún así decidiste seguir con la tontería de ser militar y dejaste que Gael se quedara con lo que te pertenecía por nacimiento. ¿No lo entiendes? Todo lo planeé y ejecuté para ti, por tu futuro. –dijo Carter con una sonrisa cínica.

–Estás muy mal, Carter.

–¡Lo hice por ti! –gritó disparando a Yurena en la pierna.

Eso hizo que John le disparase a uno de sus hombres, hiriéndole en el brazo y haciendo que soltara la pistola adolorido. El trío se ocultó tras un sofá y los disparos comenzaron entre los dos bandos, Yurena gemía adolorida pero seguía disparando como podía.

–Debemos sacarte de aquí, podrías morir desangrada. –comentó John después de disparar de nuevo.

–No me vengas con esas mierdas, Jonathan. –gruñó Yurena recargando su pistola. –Tenemos que acabar con estos cabrones. Por James.

Esta niñera es un peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora