- Bien, entonces... Ve a California y quiero que te hagas pasar por un tonto humano, ganarte la confianza de la sirena Sakura y cuando tengas la primer oportunidad, robarle el tridente y después quiero que la asesines a sangre fría como hizo con los...
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➽───────────────❥ “El empleo es tuyo” ➽───────────────❥
- Gracias, espero que disfruten mucho de lo que queda de la noche. - Sasuke había terminado de cantar y les deseo buenas noches al publico. -
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La gente lo aplaudió y recibió chiflidos. Apenas bajó del escenario, un grupo de chicas se acercó a él para comenzar a halagarlo de su linda voz, aparte de decirle lo guapo que era. Sasuke asentía sonriendo para las chicas y se sacaban fotos con él, todas las mujeres estaban enloquecidas por su atractivo y su físico, ya se había creado su grupo de admiradoras esa misma noche, no lo dudaba. Sakura lo miraba desde la entrada aun y rodó los ojos.
- Sakura! Ven entra! Nos reserve una mesa. - Naruto la sorprende detrás y la saluda. -
- Naruto, me asustaste. - Lo saluda y van hacía la mesa. -
Sasuke miró a la entrada y no vio a Sakura, la buscó con la mirada rápido y la encontró sentada hablando con Naruto. Pronto se deshizo de las demás chicas que lo molestaban y Kakashi se acerco a él.
- Veo que al publico le gustaste. - Se cruzo de brazos. -
- Hmp, era obvio. Ahora cuando quieres que empiece?- Sonríe de manera orgullosa, pensando en que ya tenía el empleo, pero repentinamente se pone serio por las palabras de Kakashi. -
- Todavía no tienes el trabajo. - Kakashi no le iba a dejar fácil el empleo, aún presentía que Sasuke estaba allí por el tridente. -
- Que?! Por que no?! A la gente le gusto como cante y lo que hice en el escenario. Eso es lo que acordamos. - Sasuke se puso furioso porque sentía que lo estaba jodiendo. -
- Si y lo hiciste de maravilla, pero no te quiero dar el trabajo. - Fue directo, yéndose a la cocina dejándolo hablar solo. -
Kakashi desconfiaba de Sasuke, sabía que algo tramaba, darle el trabajo implicaba quizás cuidar más a Sakura, estar de nuevo en el medio de una pelea que no era suya, pero que tenía la necesidad de proteger el tridente de las manos de los tritones.
