- Bien, entonces... Ve a California y quiero que te hagas pasar por un tonto humano, ganarte la confianza de la sirena Sakura y cuando tengas la primer oportunidad, robarle el tridente y después quiero que la asesines a sangre fría como hizo con los...
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El océano se sentía más frío de lo usual, miraba a su alrededor como volvían a coronar a su padre como rey después de la derrota de Madara y por su recuperación que tuvo. Muchos estaban felices porque Fugaku había vuelto al trono, pero algunos no estaban para nada contentos con la presencia de Sasuke. Los de su grupo pensaban que era un traidor a su especie por haberse relacionado con una sirena, así que no dejaba de recibir malas miradas por parte de la mayoría de los tritones, pero ya no le importaba si lo odiaban o no por haber amado a Sakura.
Sakura.
Nada parecía igual después de ese día dónde perdió el amor de su vida entre sus brazos sin poder hacer nada, hacía unas cuantas semanas atrás. Todavía tenía patente cada recuerdo que tuvo con ella, era algo que siempre iba a pensar y que jamás se olvidaría, formó una gran parte de su vida y tomó su corazón. Siempre sería la única dueña de sus pensamientos y no tenía pensado llegar a sentir algo parecido otra vez. Tampoco se imaginaba estar con otra persona nunca en su vida, solamente Sakura fue la mujer de su vida, pero por un descuido la había perdido y tenía que vivir con ello. Aunque ya había pensado en varias ocasiones terminar con su propia vida para acabar con el tormento y descansar en paz con Sakura. Pero siempre llegaba Suigetsu haciendo que recapacite en lo que estaba haciendo.
Desde la muerte de Sakura, ambos chicos se hicieron mejores amigos y compartían más. Sasuke nunca se olvidaría cuando Suigetsu decidió estar de su parte para traicionar a su tío, sentía que le debía la vida por eso. Estaba agradecido porque lo ayudó aunque no sabía bien que lo había impulsado, quizás por el miedo de terminar muerto por las manos de Sasuke o qué, pero igual no dejaba de decirle gracias y convivían más tiempo.
Cuando terminó la coronación de su padre, Sasuke se alejó de todos y fue a echarse en el fondo del mar, soñando ver a Sakura nadando como antes cuando la vigilaba tranquilamente, recolectando chucherías del océano que a ella le encantaba. Todavía su corazón dolía mucho al pensar en Sakura, era todo reciente y sus ojos se empañaron de lágrimas. Pero rápido se las quitó en cuanto vió a Suigetsu acercarse a él.
- Sasuke. - Lo llamó Suigetsu interrumpiendo sus pensamientos los cuales eran sobre Sakura y él juntos. - Tu padre quiere que traigas a Kakashi aquí. -
- Hmp, no es algo sencillo. - Sasuke sabía que apenas le diga a kakashi sobre la muerte de Sakura, lo querría matar con sus propias manos y lo señalaría a él como culpable. -
- Lo sé, pero vamos iremos juntos que tampoco quiero quedarme aquí aburrido. - Suigetsu enrealidad quería acompañarlo porque sabía que sería una catástrofe cuando estos se reencuentren de nuevo. -
Ambos nadaron alejándose de la zona y fueron hasta California de nuevo. A Sasuke le costaba tener que volver a pisar ese mismo territorio dónde había conocido a Sakura, todo los lugares le recordaban a ella. Su risa, su sarcasmo, su enojo, sus labios, su carácter, su cuerpo, pero era algo que no podía escapar aunque quisiera. Se encaminaron al resto-bar donde sabrían que encontrarían a Kakashi como siempre, no se equivocaron porque lo vieron atendiendo junto con Naruto algunos clientes. Entraron sin llamar la atención de ninguno, Sasuke comenzó a recordar cada cosa que había pasado con Sakura en ese resto-bar, bien trabajando o en descansos, realmente se sintió un golpe en su pecho al pensar que todo había terminado y que no volvería a pasar aquello nunca más.