STEPHANIE
Entramos al apartamento cuando creo que ya no sentimos el culo de estar sentados tanto tiempo en el suelo. Desde que empezamos a besarnos fue como si no pudiéramos parar, sin pensar en dónde estábamos y quién nos miraba seguimos allí postrados, hasta que decidimos entrar mejor por nuestro bien físico.
Entramos a su apartamento y Adam me dice que me siente.
-Será mejor que me cambie, apesto a sudor-él me sonríe y no puedo comprender cómo alguien que ha hecho ejercicio esté tan jodidamente atractivo.
Yo asiento y veo como desaparece por el pasillo quitándose la camiseta. Sin poder evitarlo, mi mirada va rápidamente a los músculos tensados de su espalda y a mi mente viene el recuerdo de aquella posible cicatriz en su cadera. Me gustaría preguntarle cómo se lo hizo pero algo parecido al miedo empieza a formarse dentro de mí, solo con ese pensamiento, lo más extraño no es el hecho de que tal vez él no quiera contármelo, lo que me aterroriza es lo que puede esconder eso.
Me siento en el sofá esperando a Adam y en menos de cinco minutos él ya está cambiado y supongo que aseado por las gotas que caen de las puntas de su pelo. Él se sienta a mi lado y todo el aroma de Adam, que es solo varonil, y ahora con gel, inunda todo.
Huele genial.
Él me sonríe dándose cuenta y yo me sonrojo al momento. Nos quedamos mirándonos el uno al otro sin decirnos nada. Esto se nos ha hecho muy normal, es como si cada uno estuviera mirando el interior del otro y me pregunto si la forma en la que me mira él con esos ojos azules electrizantes y esa mirada de pura fascinación, es la misma que tengo yo.
-Me gusta cómo me miras.
Ha pensado lo mismo que yo.
- A mí también me gusta.
Esta vez Adam elimina la distancia que había entre nosotros acercándome tanto
a él que estoy sentada en su regazo y baja su mirada a mis labios.
-Dime que no te ha tocado.
Al principio no entiendo a lo que se refiere, pero ver la incertidumbre de sus ojos me hace saberlo.
-No me ha besado, Adam, no ha pasado nada.
Jamás podría haber pasado nada.
-Estaba volviéndome loco aquí Stephanie, saber que estabas con él, que tal vez te estaba tocando, alejándote de mí...
Noto como su cuerpo se tensa debajo de mí por momentos.
-Eso es imposible porque hasta él se dio cuenta de cómo te miraba.
Un atisbo de sonrisa aparece en su cara y su mirada baja a mis labios, veo cómo esta pidiéndome permiso con los ojos.
-Puedes besarme.
Bésame, por favor.
El no espera y ataca con fuerza, su lengua acaricia mi labio inferior hasta adentrarse en mi boca, un gemido escapa de mí cuando nuestras lenguas empiezan a tocarse. Sintiéndome aun así lejos de él, lo acerco más a mí rodeándole el cuello y arrastrando mis manos por su pelo. A él debe de gustarle porque un gruñido sale de él y algo en mí se calienta solo de oírlo. Sus manos me acarician lentamente la cara mientras el beso aumenta solo por momentos y nuestras respiraciones chocan. Su boca se aleja de la mía y no puedo evitar gemir por la pérdida de su contacto él se da cuenta porque sonríe orgulloso pero vuelve a mis labios, esta vez más lentamente y suave.
ESTÁS LEYENDO
SECRET
RomanceStephanie Sorensen sabe que ya no tiene una segunda oportunidad, así que cuando su madre muere hace casi dos años, decide enfocarse en lo único que le queda: su padre y Jake. Por eso cuando conoce a Adam Haynes se siente recelosa a lo que este chic...