Stephanie
Cuatro horas, cuatro insustanciales y deprimentes horas. Eso es lo que he dormido, pero quitándole los minutos que he gastado en ducharme, levantar a Jake, prepararle el desayuno, sin antes, por supuesto, dejarle a mi padre las pastillas para la resaca-que seguramente tendrá al levantarse- y llevar a Jake al colegio, creo que me quedan :
Tres horas, quince minutos y dieciséis segundos.
Deprimente, simplemente deprimente.
-Jake, vamos, que llegamos tarde -le digo mientras pongo su mochila en el maletero de mi cucaracha (así llamo a mi Opel verde de a saber de qué año es y que tiene una abolladura en la parte del capo que parece transformarle en una preciosa cucaracha aplastada con trozos de manchas de pintura negra).
-Vale, vale...pesada -grita desde la puerta viniendo hacia el coche con cara de pocos amigos.
-Alguien no ha dormido bien esta noche -le sonrío mientras le despeino su cabeza alborotada, siempre ha tenido mucho pelo ya que le viene de los genes de papá pero estos últimos meses de verano le ha crecido más de lo habitual, creo que es hora que le lleve a la peluquería.
-Serás tú, que llegaste muy tarde y encima te pusiste a estudiar, seguro que no has descansado lo suficiente -me mira con cara de enfado pero sé que veo preocupación en su mirada.
-Jake.... estoy genial, por lo que después de recogerte iremos a comer y después a patinar, ¿te parece? -me sonríe mientras empieza a saltar en el asiento de alegría y le revuelvo el pelo que le llega casi hasta la espalda.
Sin duda, hay que llevarle a la peluquería.
****
-Hola Bob -le saludo cuando entro al bar "La tienda de Bob".
-Hola preciosa, ¿Qué tal? -me sonríe mientras me da un beso en la mejilla.
La Tienda de Bob, antes de comprarla, era un establecimiento en el que vendían regalos para cumpleaños, aniversarios, etc... Y cuando Bob lo compró lo dejó exactamente como estaba, dijo que quería darle a su bar una nueva imagen ,no quería que fuese un bar normal en el que se sirviese bebida y se viniera a escuchar música sólo porque no había otro sitio al que ir. Quería que fuese un lugar en la que la gente viniese a pasarlo bien y a olvidar todo lo demás, en definitiva, que fueran al bar porque lo necesitaban.
Así que se ahorró mucho dinero en la reformas y sólo añadió mesas, la barra de las bebidas, algunas mesas de billar, máquinas tragaperras y un escenario para los músicos contratados que viniesen en las sesiones.
Pero lo que más llamaba la atención era que siempre, al salir, Bob les daba a los nuevos clientes un regalo de la "Tienda de Bob" para que volvieran pronto, y la verdad es que estaba haciendo efecto.
-Bien -le sonrío mientras me quito el abrigo.
-¿Qué tal la universidad?
-Ya sabes, estudiar, estudiar y más estudiar.Pero este es el ultimo año -le sonrío mientras me pongo en la barra y le doy a mi cliente su primera bebida.
-Me alegro Steph, eres una chica inteligente y seguro que lo conseguirás, y… ¿qué tal por casa?
Bob es el único que lo sabe, es el único que sabe la verdad. Siempre ha sido un hombre muy observador y él lo conocía.
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SECRET
RomanceStephanie Sorensen sabe que ya no tiene una segunda oportunidad, así que cuando su madre muere hace casi dos años, decide enfocarse en lo único que le queda: su padre y Jake. Por eso cuando conoce a Adam Haynes se siente recelosa a lo que este chic...