T R E I N T A

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El arrepemiento empezaba a apoderarse de mi cuerpo al momento en que me encontraba fuera de la casa de Jimin con Taehyung a mi lado esperando pacientemente a que me armara de valor para tocar el timbre y hablar con mi pequeño rubio.

Claro que quería hacerlo. Lo tenía miu claro. Simplemente todo me parecía tan extraño que el simple echo de llamar a la puerta parecía una gran y difícil azaña y, a pesar de que en todo el viaje estuve mentalizado qué hacer en este momento, no podía moverme.

—Hazlo ya, Yoongi Hyung —Tae parecía estar incluso más ansioso que yo. Lo miro fugazmente antes de avanzar a la puerta y tocar el timbre. El simple sonido había echo a mi corazón brincar en mi pecho.

Pasan varios segundos antes de que escuche pisadas del otro lado de la puerta, y empuño mis manos con nerviosismo ¿Qué se supone que diría si era él quien abría la puerta?

Escucho el cerrojo y en cuanto la puerta se abre mis ojos encuentran una cabellera rubia desordenada y un pequeño chico soñoliento frotandose un ojo con flojera, antes de encontrar nuestras miradas.

Parpadea confundido mientras espero que no pueda escuchar mi desbocado latido y le doy una sonrisa.

—Hola —digo. Él parece no entender qué sucede, ya que frunce el ceño y mira detrás de mí. Sé que Taehyung le ha sonreído ya que después me mira con un brillo en los ojos que lo hace ver irrealmente lindo.

—Hola.

—Yo... Eh... Esperaba, ya sabes, hablar contigo...

—¿Sobre qué exactamente?

—Todo. Mira, no voy a dar rodeos ahora, quiero ser directo y evitar tener que dar una charla explicando todo a pesar de que en todo el viaje hasta aquí estuve repasando mentalmente unas líneas que cuando te vi olvidé por completo y me hace sentir un estúpido, así que lo diré como el momento me lo permita ¿de acuerdo?

—De acuerdo.

—Bien. Escucha, durante el tiempo que estuvimos hablando por mensajes lograste sacar la mejor y peor versión de mi, una de chico enamorado y cursi que claramente no di a notar, y otra furiosa y molesta que fue la que mostré. Sé que no había un buen motivo para enojarme pero el sentimiento que causaste en mi me molestaba, y busqué cualquier excusa sólo para repeler esa sensación en mi pecho cada que leía tu nombre en mi bandeja de entrada. Enojarme por el echo de que me escondieras que no vivías en Corea fue el camino más fácil. Los días que estuvimos alejados mi humor era del asco, y no podía dejar de pensar en ti a pesar de estar molesto —dejo de hablar unos segundos y tomo una de sus manos. Miro el agarre paseando mi pulgar sobre su piel, disfrutando la sensación y sonriendo al darme cuenta de que era tan suave como lo había imaginado —. Leí tu carta —sigo —. De echo leerla fue lo que me impulsó a venir por ti. Jimin, me gustas. Me gustas, gustas. Y de verdad espero que correspondas mis sentimientos porque si no es así yo... Yo no sé qué más hacer.

—¿Qué hay del chico con que te besaste? —noto su ansiedad por mi respuesta, así que afianzo mi agarre en su mano y niego levemente.

—Es mi ex novio —suspiro —. Me engañó con otro chico..., pero ese no es el punto, Jimin, aquí lo que de verdad importa somos nosotros...

—N-Nosotros...

—Sí. Nosotros.

—¿Qué hay con eso? —toma la orilla de la puerta y se esconde un poco.

—Pues... Quiero esto, Jimin. Lo quiero en serio y, bueno, si me lo permites, deseo que también lo quieras.

—Y-Yoongi —su mano aprieta la mía un poco antes de bajar la mirada y negar, noto su cuerpo tensarse antes de volver a mirarme, pero esta vez con lágrimas sin derramar —... Y-Yo... S-Siempre quise esto, siempre lo había deseado. Desde que Taehyung me mostró tu foto fuiste un flechazo en mi corazón, y saber que durante el tiempo que estuvimos hablando logré hacerte sentir algo, me hace la persona más feliz del mundo... —sonríe dejando caer sus lágrimas, y reprimo mi instinto de querer secar la gota cuando lo noto negar —P-Pero...

—¿Qué sucede? —El miedo tiñe mi voz con dureza y temo tirarme a llorar por haber sido un idiota con él por una tontería. Muerde su labio inferior con nerviosismo antes de mirarme.

—Y-Yo... N-No estoy seguro de lo que siento ahora.

—Jimin...

—Yo te escuché. Es justo que también lo hagas conmigo.

—Bien. Lo haré. Te escucho.

—Escribirte esa carta fue doloroso para mi, porque no sólo fueron letras las que plasmé en ese papel, sino también mi corazón y alma al querer que supieras cuán importante eras para mi, y de la misma manera, ahí dejé mis sentimientos. Prácticamente era una carta de despedida, tanto para ti, como para todo sentimiento y dolor que llegué a sentir por ti —hago caso omiso a mi cabeza y me armo de valor para acariciar su mejilla, él recibe el gesto con gusto acurrucándose en mi mano con sus ojos cerrados, y quiero capturar el momento, congelar el tirmpo y guardarlo como un tesoro dentro de mi corazón. Abre los ojos nuevamente y siento en mi pecho una calidez indescriptible que intento pasar desapercibida acercándome más a él.

—Dejame arreglarlo —susurro, el baja la mirada a mis labios y, por instinto, los humedezco con mi lengua.

—¿C-Cómo? —susurra de vuelta y sonrío de lado. Soy vagamente consciente de que tal vez Jimin lo deseaba igual que yo, así que, preparándome mentalmente, me acerco más a su rostro.

Noto sus labios entreabiertos, listos para recibirme, noto sus mejillas con un tono carmesí intenso, noto su respiración agitada y noto su nerviosismo al apretar mi agarre mientras intento besarlo.

Y entonces lo hago.

La suavidad ataca mis labios en cuanto lo beso y me siento flotar. Si bien no era un beso intenso, me parecía un toque único, pues sus labios se movían dulcemente sobre los míos, lento, como si nada más importara más que la sensación de que estábamos haciendo lo que él corazón nos dictaba, de mi parte al menos.

Soy consciente del grito emocionado de Taehyung detrás de mí, y noto entonces que Jimin ya no sujeta mi mano, sino mi rostro con ambas manos mientras traza caricias en mis mejillas, y yo tomo su cintura entrelazando mis dedos a su espalda, sintiendo su cercanía, su calor y su preciosa materia contra mi cuerpo.

Nos separamos poco después, dejando nuestras frentes unidas y nuestra posición intacta, entonces abro los ojos y noto que él me mira.

—¿Lo quieres intentar? —susurro. Él sonríe asintiendo frenéticamente antes de darme un efímero beso en los labios.

—Sí, Yoongi~

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