V E I N T I D Ó S

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Y. G.

—¿Quieres hablar al respecto?

—No.

—Vamos, no puedes quedarte con todo lo que quieres decir dentro —Nam me miraba atento, acompañándome desde que se enteró de lo sucedido —. Tienes que sacarlo.

—¿Qué se supone que diga? —bajo la mirada —. Lo quería, era el primer chico que creí que valía la pena y... —dejo la frase en el aire y suelto un gruñido acompañado por un golpe con mi puño en la mesa —. Soy un imbécil.

—Debió tener un buen motivo para mentirte...

—Ya no quiero hablar de él ni de nada respecto al tema —siseo, molesto. Nam mira sus manos y asiente frenéticamente apretando los labios.

—Taehyung viajó ayer para allá —lo miro algo interesado y muerdo mi labio. Me contengo de preguntar si irá con Jimin porque es obvio, son amigos, así que me quedo callado.

—Me importa una mierda —me levanto de la silla solo para caminar porque el enojo y las ansias no me dejan pensar en paz, mi mente y cuerpo están tan débiles que siento que en cualquier momento voy a desfallecer. Nam me imita y se despide minutos después, dejándome sólo. Ni siquiera tengo cabeza para pensar en qué hacer, ni siquiera estoy seguro de por qué me tomé la molestia de abrirme con un chico como Jimin pero, ¿cómo saberlo? ¿Cómo iba a imaginar que él, el chico que creí especial, me haría algo así? Me sentía asqueado, desepcionado y, como ya había dicho, molesto.

La vibración en mi bolsillo de mis vaqueros me hace saber que está entrando una llamada y tomo el aparato; en la pantalla aparece un número desconocido, pero aún así llevo el celular a mi oreja, aunque intento convencerme de que una parte de mi no deseaba que fuese Jimin quien estuviese llamando.

Qué iluso.

—¿Sí? —digo. La línea se mantiene en silencio, y después escucho una respiración, para ser más preciso, un jadeo acompañado de un sollozo. Frunzo el ceño y por un momento me pregunto si puede ser él. Tomo una respiración profunda y bajo la mirada a mis pies, notando como una mis calcetas ahora tiene un hoyo en el dedo gordo —. ¿Quién habla? —me permito ilusionarme nuevamente, y esta vez se escucha movimiento.

—Hola, Yoongi.

Una extraña sensación se apodera de mi cuerpo al escuchar su voz, mis piernas se sienten débiles y tengo que tomar asiento para no caer. Una enorme sensación de tristeza me recorre la nuca antes de que pueda seguir hablando.

—¿Qué sucede, Tae? —paso saliva y espero a que hable.

—Yo... Eh... Estoy aquí... con Jimin.

—Sabía que era él —susurro, más para mi que para Tae, y una parte de mi se siente feliz.

—¿Qué dijiste?

—Nada —niego, aún sabiendo que él no puede verme, y suspiro —. ¿Por qué llamas?

—Bueno, él quiere hablarte.

—Yo no.

—Yoongi...

—No, Tae —lo detengo —. Le dije a él y ahora te lo digo a ti; no quiero saber nada de él jamás. Nunca.

—Dale una oportunidad.

—Le di la oportunidad de conocerme, de entrar a mi corazón y el solo se encargó de romperme —siseo.

—Tuvo una buena razón pa-

—¡DIJE QUE NO! —grito y me levanto de la silla —¡JIMIN ESTÁ MUERTO PARA MI! ¡YA NO EXISTE MÁS! ¡YA CONSIGUIÓ MATAR TODO SENTIMIENTO QUE TENÍA POR ÉL! ¡YA NO QUEDA NADA MÁS!

—Te quiere —susurra antes de que el silencio se apodere de la línea otra vez, mi respiración es tan agitada que se escucha aún sobre la música que hay en la radio. No me permito llorar porque nunca lo he hecho, lo que sí hago es apretar la mandíbula y empuñar mi mano libre.

—Pues no lo demostró —murmuro, bajando la mirada.

—Lo siento.

Frunzo el ceño ante el cambio repentino de timbre de voz dándome cuenta de que otra persona había dicho aquella frase, y por un momento llega a mi la idea de que estaba en altavoz, y que tanto Taehyung como Jimin escuchaban todo lo que decía, por lo tanto Jimin pudo hablar.

Cuando intento hablar, la línea se cuelga y me quedo con el pitido de la llamada finalizada.

—Eras tú.



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DannyBL

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