Un fuerte brisa de invierno acechaba las calles de New York, los edificios como siempre no perdían sus brillantes colores representativos, pero ciertamente el ambiente era cálido debido a la gran cantidad de personas que ahí se encontraban. Sentado sobre la nieve yacía un castaño que llamó la atención de la chica ahí presente, este se encontraba tarareando una canción mientras hacia pequeñas bolas de nieve creando así un pequeño muñeco.
― ¿Podría darme uno más? ― preguntó amablemente la joven a el hombre que se encontraba vendiendo chocolate caliente entre la gente ― Gracias...― agradeció finalmente para ir con el castaño.
Este todavía no se había percatado que la chica a la que había citado esa noche se encontraba sentada a su lado observando atentamente cada pequeño movimiento que hacía, esta recargo su cabeza en el hombro del chico para mayor comodidad, logrando que este se exaltara al tacto.
― Estas aquí...― reaccionó este, girando encontrándose con los ojos de su pareja, la cual le entregó uno de los vasos de café que tenía en las manos el cual recibió gustoso, levantándose del lugar donde se encontraba tendiéndole una mano a la chica para que esta imitara su acción ― Ven, quiero mostrarte algo.
Comenzó a caminar sin soltar la mano de su acompañante, ya que esta le brindaba seguridad, sobre todo por lo que estaba a punto de hacer.
Un camino, rodeado de arboles y algunos pequeños arbustos, estos adornados de lamparas, haciendo que resaltara aún más. La vista que ahí se tenía de la luna era maravillosa. El castaño se sentó en una banca palmeando el lugar a su lado, indicándole que se sentara.
― ¿Qué hacemos aquí? ― preguntó la chica al notar que no había nadie más, solo ellos dos.
― Es lindo, ¿No lo crees? ― cuestionó ignorando por completo la pregunta que se le había formulado anteriormente, tratando de mostrarse lo más tranquilo posible, recibió la afirmación de su pareja ― Hace poco escuche a alguien decir que la vida debe disfrutarse al máximo, acompañado de alguien que te complemente y haga sentir una felicidad inmensa.
― ¿Qué sucede, Noah?― preguntó con aún más confusión.
― ¿Alguna vez imaginaste un futuro conmigo? ― soltó de repente con una gran sonrisa en el rostro, la chica asintió repetidas veces.
― caminando junto a mi padre por el altar, contigo esperándome, rodeados de gente ― los ojos de la chica tenían un leve brillo con solo musitar esas palabras ― Pero donde los únicos importantes ahí seamos tu y yo.
― ¿Por que esperar más? ― la chica se sobresaltó ante la atenta mirada Noah que le sonreía con ternura, tomando la mano desocupada de la chica entrelazándola con la suya ― cásate conmigo...
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soy yo de nuevo, esperando que este proyecto sea de su agrado (˘͈ ᵕ˘͈♡)
