Sipnosis.

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Steph

Una ciudad nueva, amigos nuevos, escuela nueva, aventuras nuevas y, un amor genuino vendrían para mí. Pero nadie me informó lo que dolería escribir aquella carta, nadie me dijo que las despedidas eran realmente duras y, jamás comprendí que el tiempo era importante hasta aquel día.

                        ...
  —Steph, es hora de irnos— la voz entrecortada de mi padre atrajo mi atención.
  —Si, solo déjame guardar esto último—respondí limpiando las lágrimas que recorrían mis mejillas.
La melancolía y esa extraña sensación se apoderaba de mi una vez más; sin embargo tenía que ser fuerte, juré que viviría feliz hasta el último día de mi vida, así fuera en poco tiempo, o mucho mas del que imagino.
—También esto es extraño para mi, pero es una brillante oportunidad para los dos, un trabajo nuevo para mi, y doctores mejor y mucho mas preparados para
tratarte—
las palabras de mi padre se clavaban en mi pecho como pequeñas cuchillas una tras otra, a pesar de estar consciente de mi estado de salud esas palabras aun dolían.
  —Lo se, y estoy bien, solo extrañare a la abuela y a mis amigos, pero estoy bien, lo llevaremos poco a poco— le dedique una cálida sonrisa a mi padre, los nervios consumían mis emociones una a una, sin dejar rastro de alguna, solo los nervios rondaban en mi cuerpo.

Tal vez era lo que necesitaba, alejarme de todo esto, iniciar de cero, sin que todo el mundo sepa de mi estúpida enfermedad, no mas fenómeno, no mas lastimas, solo aventuras y amigos nuevos.

           ...

Andrew

Ver día a día el amor de mis padres y la maravillosa familia que habían formado, me convencían que encontraría a la chica que me acompañaría el resto de  sus días, jamás pedí encontrarla, jamás la busque; sin embargo, las palabras "cuando menos lo esperas llega" cobraron mucho sentido el día que la vi detrás del maniquí de aquella tienda de vestidos.

Sus preciosos ojos cafés, su cabello castaño casi negro, las pecas en su rostro y los labios rosados mas sexys que haya visto, su piel suave y de una tez morena clara, pero lo que llamo mi atención fue aquella sonrisa llena de vida y, la alegría que transmitía a cualquier lugar que entrara. Jamás vi a una chica así en mi vida, y de algo estaba seguro... desee desde el segundo uno, tener el privilegio de ser quien le sacara esa sonrisa.

—Andrew, ¿a quien miras?— La voz burlona de mi hermana provoco que mis mejillas comenzaran a arder, pues acaba de descubrirme babeando por una chica.

—A nadie— respondí buscando un vestido para excusarme  —Mira, este se te vería bien- sonreí entregándole un horrendo vestido
—Tranquilo, te la presento si quieres—
—¿La conoces?—
—No, jamás la había visto, pero ahorita la conocemos— La brillante sonrisa apareció para después alejarse de mi lado e iniciar a conversar con la desconocida.

La última semanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora