10

250 23 18
                                    

Parte 2/3
TW: este capitulo contiene una situación +18, si prefieres saltártela colocaré una ralla negra desde donde empieza hasta donde acaba, así no te perderás el resto de la historia.

Ya en el jardín, la brisa fresca de la noche abrazó el cuerpo de Ana, mientras esta producía pequeños crujidos al momento en que sus pies pasaban por encima de las hojas secas que adornaban el sendero. Para cuando empezó a recorrer el pequeño paisaje ya no habían rastros de Ray, cosa que realmente la había desanimado, aunque, sin embargo decidió quedarse ahí de pie un rato más.

—¿uh?, ¿quien está ahí?—aquella voz la lleno de alivio, y cierto sentimiento de satisfacción, al momento en que Ray, en medio de su partida, notó su presencia.
—ah..., Ana, eres tú—

—Ray...—Ana no tardó en acercarse a él.

—Ana... tú también estabas aquí..., ¿no me quieres ver después del drama que armé en tu cuarto verdad?, creo que... solo volveré a mi habitación...—su voz de percibía átona, mientras la expresión de su rostro parecía más afligida que antes. Ray se dio media vuelta, dispuesto a partir nuevamente. Ana, poco dispuesta a permitírselo, se acercó aún más a él, sosteniéndole la manga de la camisa.

—no pongas en mi cosas que no siento Ray, no te vayas aun, hablemos un poco...—

—¿puedo?, ¿no me odiarías si me quedo un poco más?, pensé que me estarías odiando por huir así..., pero... tus ojos me dicen que no...—por mas absurdo y repetitivo que pareciera, el rostro de Ray se veía triste, y a su vez, sus labios temblaban ligeramente. Como si quisiera decir algo que no tuviera permitido.

—así es... yo no te odio...—

—ya veo... lo sabía...—dicho eso, Ray se exaltó de sobremanera, como si hubiera cometido un error.—¡ah!, no debo decirte lo que pienso...
se supone que no debo decirle a nadie..., cometí otro error... ¿como pude decirle lo que pienso a alguien como tú?, soy un tonto...—se reprendió a sí mismo, empezando a darle la espalda a Ana, quizás para esconder el hecho de que podría empezar a llorar en cualquier momento.

—Ray, no digas eso, ¡No de nuevo!—exclamo Ana, rodeando al más alto y tomando el rostro de este entre sus manos para obligarle a mirarla. Ray le vio con los ojos bien abiertos, intentando evitar su mirada.

—pero... soy tan estupido... sigo pensando en querer apoyarme en ti—

—¡entonces hazlo!, si eso es lo que tú quieres, solo hazlo...—

—¡no merezco eso!—refutó Ray mientras tomaba las manos de Ana por las muñecas, apartando aquel tacto gentil de su rostro.
—no importa cuanto elixir tome, no puedo dejar de pensar en ti..., no merezco observar tu hermoso rostro, se que soy solo un bueno para nada si no trabajo como loco..., sigo pensando en la forma que me miras, y me duele cada vez qué pasa por mi mente...—

—Ray... eres un ser humano libre para poder hacer todo lo que te digan tanto tú corazón como tú cabeza—intentaba disuadirlo, disipar esa neblina que lo abrumaba y apartar todos esos pensamientos despectivos que lo minimizaban.—la verdadera libertad consiste en poder hacer todo lo que no dañe a otros ni a ti mismo...—soltó el agarre que este había impuesto en sus muñeca, y con suavidad deslizó sus manos contra las contrarias, apoyando palmas con palmas contra las manos de Ray.

—no... no..., nada funcionará si hago las cosas como yo lo pienso..., Ana, solo cosas malas pasaran y tú me dejarás...—contestó Ray, mostrándose incrédulo ante las palabras de Ana, indispuesto a abandonar la perspectiva denigrante que mantenía de si mismo.

—eso no pasará—quizo hacerle entender. Eso ya no pasaría.

—no debo actuar como pienso. Se supone que debo aguantar este dolor..., Ana, no tienes porque aguantar mis lloriqueos..., puedes solo irte y dejarme ahora mismo, pero... solo no te vayas muy lejos, no me dejes por completo...—se decía contradecía a sí mismo, incapaz de controlar sus emociones en ese momento, Ana podía notar que él quería dejar salir lo que verdaderamente sentía, pero simplemente se recusaba a dejar caer aquella barrera invisible que aún los separaba.—puedes enojarte conmigo si te he hecho sentir así de miserable alguna vez, incluso puedes arrojarme cosas si es lo que quieres, yo sé que lo merezco—dicho eso, apartó sus manos de las de Ana, mientras su mirada caía al suelo.—enójate conmigo, es lo que deberías hacer, es lo que merezco que hagas después de todo lo que te hice, así al menos podré ser tú saco de boxeó, te seré útil para algo y dejare de sentirme miserable ante el buen trato que me das—

Meant to be your's [MM Fanfiction]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora