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07࿔

—¿Dónde haremos la maqueta Beomgyu? —preguntó An Yu-jin.

—No es una maqueta, es-

—Cállate, le hablo a mi amigo. —interrumpió rodando los ojos.

Y el castaño estaba a punto de explotar de frustración, Yu-jin no cerraba la boca, también interrumpía o trataba mal a la que sí era su amiga.

Se supone que quedaran de acuerdo en dónde harían su exposición, pero no creo que lo estén logrando del todo.

—An, Beom, podemos hacerlo en mi casa. —ofreció con una leve sonrisa, ya quería acabar esta discusión.

—No, tu casa debe ser muy pequeña y con ratas, mejor en la mía. —habló tan superior como siempre.

Y antes de empezar una nueva pelea, el castaño intervino.

—¡Sí! Yu-jin, la haremos en tu casa, ahora me largo. —finalizó comenzando a caminar.

Ambas chicas se miraron, procesando lo rápido que fue resolver todo eso, tan sólo bastó la mala actitud de Beomgyu para arreglar eso.

La más baja rodó los ojos en forma de "despedida", y la castaña sólo dio la vuelta, siguiendo a su amigo.

—¡Beom! ¡Espera! —lo llamó. Él suspiró y se detuvo, hasta que ella por fin se detuvo a su lado.

La chica asintió en señal de "Podemos seguir", y eso hicieron.

El camino fue silencioso por parte de Beomgyu, pero la castaña tenía un millón de anécdotas que contar, tal vez sea un largo camino...

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—¿Seguro que es aquí? —preguntó la chica en un murmuro al castaño.

—Creo, es la dirección que mandó. —respondió dudoso mientras revisaba de nuevo su teléfono con la dirección.

Ambos se miraron buscando una respuesta, y luego miraron de nuevo la casa.

—¡Hey! ¡Llegaron! —gritaron desde la ventana de la casa.

Y sí, al parecer estaban en el lugar correcto.

La chica de cabello corto salió a su encuentro, casi abalanceándose sobre Beomgyu, dejando un sonador beso en su mejilla, y la castaña no hizo más que sorprenderse y ver la cara de molestia y asco de su amigo.

—No vuelas a hacer eso Yu-jin. —amenazó limpiando la zona.

—Está bien lindo, ahora entremos, ya tengo todo listo. —habló mientras caminaban a la entrada.

Bueno, al menos no era mentira lo de que sus padres tenían dinero, y bastante.

Abrió la puerta, e incluso se veía mucho más lujoso que el exterior.

La boca de ambos castaños formó una "o", todo era demasiado sorprendente para ambos.

—Es normal que te sorprendas, estoy segura de que jamás habías visto algo de más de 57 wones. —le dijo Yu-jin en burla.

Ella sólo la miró intentando controlar todas las groserías que justo ahora se le ocurrían decir.

—Oh, cariño, ¿son tus amigos? —preguntó una mujer apareciendo por algún pasillo.

—Sí, son mis-

—Conocidos, somos conocidos, buenas tardes señora. —interrumpió el castaño.

—Mucho gusto, soy An So-hyun, díganme sólo So-hyun, soy la madre de Yu-jin. —presentó amable.

—Choi Beomgyu, y mi amiga es Hwang _____, un gusto. —habló formalmente con una reverencia.

—Un gusto conocerla seño-

—Sí, sí, muy interesante, vamos a trabajar. —habló la más baja retomando su camino.

Ambos jóvenes se miraron, y la siguieron, luego de despedirse de su madre claro.

Al menos su madre parece amable.

Llegaron a lo que parecía ser la sala de estar, lucía moderna, pero acogedora.

—Disculpen que todo es muy sencillo, aún no llegan nuestros muebles importados de madera de China. —dijo mientras tomaba asiento en el sillón mirando sus uñas.

Ambos hicieron cara de "Qué modesta", y luego imitaron la acción de la contraria.

—Yo traje algunos libros del tema, podemos usarlos pa-

—Cállate, podemos buscarlo en Internet y listo. —interrumpió Yu-jin haciendo señas de que se detuviera.

—Entonces no tiene caso, si lo buscamos hecho, nuestra calificación no será válida. —habló Beomgyu con típica seriedad, la cual reflejaba molestia también.

—Bien, busquemos en otro lado, en la biblioteca tenemos muchos libros. —dijo levantándose, esperando ser seguida por el otro par.

Como si  realmente fuera a la biblioteca aún teniendo en casa, pensó el castaño mientras suspiraba levantándose, siendo seguido por su amiga, la cual se sentía patética ante tal trato.

Yu-jin abrió una puerta oscura, dejando a la vista varias repisas repletas de libros.

Entraron buscando con la mirada algo que les sirviera, lo que se veía bastante entretenido.

Pasaron cerca de treinta minutos buscando algo útil, o bueno, al menos los castaños, ya que la más baja sólo seguía a Beomgyu.

La castaña estaba intentando tomar un libro, pero "alguien" la empujó, haciéndola caer de sentón en el suelo.

Beomgyu inmediatamente lo notó, así que se acercó para ayudarla, y justo cuando ella iba a tomar su mano, una imponente voz se hizo presente.

—¿¡Qué hacen aquí?!

"Oh-oh..."