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15࿔

—¿Arrepentirse? Pff, es sólo una niña de nuestra edad, ¿qué puede hacer? ¿La Tercera Guerra Mundial? —bromeó Taehyun.

Ambos castaños se miraron, pero conociéndola, sí, era capaz de eso.

Al final, Yu-Jin sí había vuelto al aula, de mala gana y enojada, pero lo había hecho.
Y bueno, nada mejor que compartir su anécdota con su grupo de amigos luego de clases.

—¿Estás bien? —preguntó Beomgyu hacia la chica.

—Sí, es... Es sólo que me siento mal por An. —expresó, mostrando cierta pena.

Él asintió, quizá no era mala persona, bueno, sí lo era, pero qué más da.

Los seis jóvenes siguieron caminando por los pasillos, llegando hasta la salida.

—¿Noona, Hyunjin no tienen partido hoy? —preguntó el menor.

Y la chica se dio un golpe mental y literal, lo había olvidado por completo.

Sin siquiera despedirse, se dio media vuelta, corriendo hasta el campus escolar, donde estaría su mayor.

Los chicos se miraron mutuamente, y todos se encogieron de hombros, y fueron tras ella.

Sería un largo partido...

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Varios abucheos se escucharon desde el público a la cancha, y no estaban ya muy animados.

EunWoo acababa de caer a la mitad del campus, luego de que su tobillo se doblara.

El personal de la enfermería lo atendía, para luego negar, él ya no podía terminar el juego.

Hyunjin demostró frustración, era un partido importante, y ya no tenían jugadores extra.

Su hermana, la castaña, veía todo desde las gradas, igual que sus amigos. Todos hacían muecas de disgusto, no encontraban solución.

Pronto, vieron al rubio acercarse a paso rápido, subiendo las gradas, hasta llegar con su hermana.

—YeonJun, tienes que jugar. —habló hacia él, quien lo miró con sorpresa.

—¿Q-Qué? N-No puedo, yo-

—Sí, sí puedes, vas a hacerlo ahora. —insistió, empujándolo para que lo sugiera.

El menor miró con temor a sus amigos, quienes le dieron una sonrisa y señas de ánimo, confiaban en él.

Este suspiró, asintió un poco, y lo siguió.

Y todos comenzaron a animar una vez que el juego se reanudó, gritando en apoyo.

YeonJun se veía nervioso, realmente nervioso. Dio una última mirada a las gradas, notando a sus amigos gritar su nombre, acompañado de sonrisas.

Suspiró y sonrió, y el juego comenzó...

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Todo el público estaba en silencio, prácticamente mordiéndose las uñas con nerviosismo.

Estaban a un gol de ganar, y todo estaba demasiado intenso.

Todos veían el balón viajar de un equipo a otro, sintiendo la presión aumentar.

Y el público se levantó animado, gritando en completa victoria, luego de que YeonJun metiera el gol ganador.

—¡Ganaron! —gritó Huening Kai con todas sus fuerzas, al igual que todos los demás.

Todos, absolutamente todos estaban eufóricos, incluido Beomgyu, quien era de los más felices por la victoria.

Sin siquiera pensarlo, tomó a la castaña de la cintura, estampando sus labios con los ajenos, en un pasional beso.

La chica abrió los ojos con repentina sorpresa, mientras se sostenía de los hombros del más alto.

Beomgyu reaccionó en lo que hizo, alejándose del rostro ajeno. Ambos tenían el color en el rostro, mientras se miraban mutuamente.

La castaña sonrió de a poco, dejando un pequeño besito en la comisura de la labios del castaño, poniéndolo tímido.

Sin separase mucho, volvieron su mirada a la cancha, donde Hyunjin los observaba con los brazos cruzados y una mirada no muy feliz.

Vieron a YeonJun posarse al lado del rubio, con el trofeo en sus manos y una sonrisa de oreja a oreja.

El mayor señaló a ambos castaños, siendo señal de que los estaría observando.

Bueno, al menos no estaban en problemas...

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—¡Ganaron! ¡Felicidades Hyunjin! —habló la castaña, lanzándose a abrazar a su hermano, quien correspondió alegre.

—Todo fue gracias a YeonJun. —dijo sonriendo hacia el mencionado, quien devolvió el gesto.

—¡Lo hizo genial Hyung! —habló el menor, dando un tierno abrazo al mencionado.

—Choi, ¿Te gustaría estar en el equipo? —preguntó Hyunjin, y todos quedaron estáticos.

—¿Y-Yo? —habló como pudo, señalándose a sí mismo.

El rubio sonrió, asintiendo.

—Demostraste que puedes y tienes las habilidades, bienvenido al equipo. —habló sin más, para luego alejarse a los vestidores.

Segundos más tarde, el pasillo se llenó de gritos y chillidos de emoción de todos, y YeonJun conteniendo sus lágrimas de emoción.

Beomgyu miró a todos, ya que era el único en silencio, sonriendo.

La castaña lo miró, tomando su mano para así entrelazarlas, imitando su gesto.

Estábamos empezando, y ya íbamos bien...