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-¡Por fin! -exclamó Beomgyu, dejándose caer en el cómodo sillón de la casa de la castaña.

Ella rió, estirando su cuerpo. Al fin habían terminado su proyecto de historia, que les llevó mucho más tiempo del que creyeron.

La chica se quedó mirando al castaño, viéndolo relajado, con los ojos cerrados, a punto de dormirse.

Pero aquel sueño se esfumó al sentir una segunda presencia junto a él, siendo la chica, que se acostó a su lado, abrazándolo mientras su rostro se acurrucaba en su pecho.

Él sintió el calor subir a su rostro, tiñendo su rostro de un adorable color rojo.

Suspiró relajándose, abrazándola también. Quizá tardaría en acostumbrarse a ser más cariñoso, o a demostrar cuánto gustaba de ella, pero la chica le daría su tiempo, de todas formas sabía que sus sentimientos eran sinceros.

-Oh no, nada de muestras de amor en mi presencia par de enamorados. -habló Hyunjin, haciendo una mueca de asco mientras los veía.

Se escuchó una risa de la castaña, pero hizo caso omiso, y se quedó al lado de Beomgyu.

Este último, tímidamente llevó su mano a el cabello oscuro de la muchacha, dando sueves caricias.

El rubio sonrió, levantando los pulgares el aprobación, y el castaño sonrió, al menos ya se había ganado a su hermano, ya era un paso...

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Y los aplausos de los compañeros de clases se hicieron sonar. Su exposición había sido todo un éxito.

Ambos castaños sonrieron, haciendo una reverencia en agradecimiento, y recibiendo una felicitación de su profesor.

Por su parte, Yu-Jin era la única que no aplaudía, y los miraba con odio, cosa que les importaba muy poco.

-Señorita An. -llamó el profesor.

Y con toda la furia del mundo, se levantó, y realizó su exposición.

Ambos castaños sentían que la risa les ganaría, al igual que todos, incluido el profesor. Yu-Jin ni siquiera sabía el tema de su proyecto.

Ella se irritó ante esto, saliendo del aula cuanto antes. Todos se miraron entre sí, definitivamente no esperaban aquella reacción.

El mayor suspiró cansado.

-Señorita Hwang, ¿puede ir a buscar a su compañera? -pidió mirándola.

Ella no sentía que fuese la mejor idea, pero sólo asintió.

-¡Profesor! ¿Puedo acompañarla? -preguntó Beomgyu, alzando la mano.

El hombre se encogió de hombros, y luego asintió.

Sonrió internamente, y tomó la mano de la castaña, saliendo ambos de aula.

A la chica le gustaba eso, definitivamente le encantaba. Y el castaño sintió su rostro arder al sentir como ella acomodaba sus manos, entrelazándolas.

Ella le sonrió, gesto que fue devuelto con timidez.

-Si fuera Yu-Jin, ¿dónde estaría? -pensó la chica en voz alta.

-En brazos de su papi pidiendo un unicornio. -respondió sincero.

Ella rió hacia su comentario, y él la miró con el entrecejo fruncido, sin una pizca de gracia.

Y sí, su alto nivel de sarcasmo seguía allí.
Aunque él hablaba en serio, era Yu-Jin, podía esperar de todo.

-No sé, ¿en el baño? -preguntó una vez que su risa paró.

-Pero entrarás tú, tendría que estar en el baño de niñas. -justificó.

Ella lo miró con obviedad, y caminaron hasta el lugar.

-Bien, espera aquí. -le habló la castaña, soltando su mano para entrar al lugar.

Revisó afuera, pero nada. Pero unos pequeños sollozos resonaron en el baño.

Se acercó al cubículo de donde provenían, tocando unas cuantas veces.

-¿Hola? Yu-Jin, ¿Estás aquí? El profesor quiere que regreses al salón. -le dijo volviendo a tocar la puerta.

Y el cubículo se abrió de golpe, dejando ver a una chica, en efecto, llorando, sólo, que había un pequeño detalle...

-¡No soy Yu-Jin! ¡Soy Yeyi! -habló en un chillido.

Ella la miró con los ojos bien abiertos, haciendo una reverencia antes de irse.

Escuchó una rabieta de la anterior chica, saliendo aún más rápido.

Beomgyu la vio confundido al ver que venía algo alterada.

-No está aquí. -dijo saliendo de su impresión.

Tomó de nuevo su mano, alejándose lo máximo posible. Y así siguieron, recorriendo los pasillos por unos diez minutos más, hasta llegar al patio.

-Bueno, lo intentamos. -habló Beom, encogiendose de hombros, dándose la vuelta para empezar a caminar.

Pero el agarre en su brazo lo detuvo.

-¿No es esa Yu-Jin? -preguntó mirando bajo un árbol, donde una chica estaba con su rostro oculto en sus rodillas.

Él la miró con duda, pero aún así ambos caminaron al lugar.

La chica se inclinó hacia la muchacha, tocando un poco su hombro, a lo que esta se sobresaltó. En efecto, era Yu-Jin.

-El profesor quiere que vuelvas. -le dijo el chico, siendo cortante.

Ella se levantó de forma brusca, acercándose mirando a ambos, para pronunciar lo siguiente:

-Juro que se van a arrepentir...


⇝丂卂ㄒ丨́尺丨匚ㄖ༅  讽刺的 𓇽︎ϲнοι ϐєοмgγυ᯽︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora