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10࿔

Beomgyu maldecía por lo bajo, mientras que sus manos acomodaba y desdoblaban sábanas y cobijas, buscando tener un lugar cómodo para su pequeña fiesta de pijamas.

Sus pensamientos tenían una guerra entre sí, estaba más que decidido a confesar sus sentimientos a la chica, pero el miedo lo carcomía por dentro. Quizá fuera rechazado, algo que definitivamente no quería, pero el ser correspondido tampoco era muy probable.

Los repetidos y ruidosos sonidos del timbre lograron sacarlo de aquel trance, corriendo hacia la puerta.

Para su buena suerte, su pie chocó con un mueble, haciendo una pausa para hacer gestos de dolor.

Aún con la punzante molestia en su extremidad, abrió la puerta, encontrando a una joven castaña con una pijama de unicornio, con una sonrisa adornando su rostro.

Negó mientras una pequeña risa escapaba de sus labios, dejándola pasar.

—¿Viniste todo el camino vestida así? —preguntó una vez que la mencionada entró.

—Sí... Pero vine en taxi. —aclaró riendo.

En cuanto la castaña vio el montón de cobijas, no dudó en lanzarse sobre ellas, ganando un pequeño regaño de parte de Beomgyu, quien se había esmerado ordenándolas.

De nuevo el sonido del timbre se hizo sonar, y si fuera alguno de los chicos hubieran entrado así como así, entonces dedujo que era An.

Le hizo una seña a la castaña para que guardara silencio, el cual se interrumpió.

—¡Sé que estás ahí Beomie!—gritó desde afuera.

El mencionado rodó los ojos, y rendido, abrió la puerta.

Inmediatamente Yu-Jin se lanzó a abrazarlo, aunque fue apartada rápidamente.

Sonrió y entró, cambiando su maquillado rostro a una mueca al ver a la otra chica allí.

"Si no te cae bien no hubieras venido, de todas formas yo no siquiera te invité..."

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—¡Beom! ¡Trae más frituras! —gritó YeonJun desde la sala.

El castaño bufó inconforme, y se puso de pie para ir por lo pedido antes.

Al ver la actitud de su amigo, la chica lo siguió, queriendo ayudar para bajar su mal humor.

Lo vio en la cocina, sirviendo agresivamente un plato de papas fritas.

Lo abrazó por detrás, recargando su cabeza en la espalda contraria. Sintió cómo el castaño se tensó ante su tacto, y luego lo escuchó hablar.

—Si eres Yu-Jin, juro que no seré dulce aunque seas chica.

Pero al escuchar la risa provocada, supo que era su castaña amiga. Se dio la vuelta, correspondiendo su abrazo.

Esto resultó más que extraño para la chica, pero era un sensación que quería conservar un poco más.

Ella podía sentir la preocupación que el cuerpo ajeno emanaba, atreviéndose a preguntar.

—¿Todo bien Gyu? Estás extraño, sabes que puedes decirme. —habló acariciando su espalda.

Pudo escuchar un suspiro de su parte, y luego su voz hablar en un susurro.

—Hay alguien que me gusta. —soltó en una afirmación.

Ella quedó sorprendida. ¿Beomgyu, enamorado? ¿Esa máquina sin sentimientos?

—Y-Yo, temo decirle y que me rechace. —expresó separándose de a poco del abrazo.

La chica aún no lograba procesar la confesión, no quería que él cambiara por esa persona.

—¿Qué hago? —preguntó dudoso.

—B-Bueno, deberías... Decírselo. —contestó algo desorientada.

Se inundaron en un silencio bastante extraño entre ellos.

—¿Quién es? ¿Quién es la chica? —se atrevió a preguntar.

Era el momento, era ahora o nunca, quizá... Nunca.

Sintió las miradas de sus amigos sobre él, aumentando su presión. Sus manos sudaban y hasta temblaban, y aquel sentimiento de obligación lo motivó a hablar, pero tal vez lo hubiera pensado un poquito más...

—Yu-Jin, me gusta Yu-Jin...

Espera... ¿Qué?

🍃Maratón 🍃
3/3