Un lindo Omega de clase alta, tiene las esperanzas de encontrar a su Predestinado.
Pero... ¿que pasa cuando el Alfa predestinado, no puede aceptar el cargo de ser un Alfa de familia, y seguir siendo parte de la mafia Coreana?
OMEGAVERSE
pareja prin...
Un alfa malhumorado yacia viendo el nuevo plan que me había dado el líder.
— Coño, realmente crees que esto funcionará RM?— un indignado Omega se atrevió hablar antes que él — Solo son chiquillos, no creo que escondan algo realmente malo en esa casa.
— Hope — hablo el líder — ese es el plan, vean a quien vean, solo iremos a verificar, no quiero pasos en falso ¿Entendieron?
—Entendido.
Los ojos cafés del alfa se dirigieron a su Omega que miraba el plan con determinación.
— ¿Confías en tú alfa? — preguntó RM.
— Lo hago, pero entiendeme, solo son chiquillos mimados que mal gastan dinero de sus padres — el Omega tomo siento en el regazo del alfa yendo hacia su cuello, acunado su cara en aquel pequeño pero encantador espacio que lo hacía volver loco.
— Bebé, estos chicos tienen algo y lo sé, por favor confía en mí, mañana estará SK junto a ti en el lugar, V estará cerca, solo protégete, esos chicos resultan ser muy mustias después de todo.
Cansado, el lindo Omega sonrió a su Alfa dando un pequeño beso en su mandíbula, sabía que lo protegería de todo y de todos, pasé lo que pasé.
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Era un viernes por la noche y Jimin se encontraba viendo los documentos que Wang le había enviado por correo hace más de media hora. El apartamento se encontraba obscuro y lo único que había de luz, era una pequeña lámpara de mesa junto a la computadora del chico Omega.
El reloj marcaban las siete y cuarto de la noche, suspiro pesadamente viendo la hora en el ordenador que tenía frente a él.
— ¿Y si voy? — se preguntó en voz alta — No creo que sea tan malo irme a divertir, nunca salgo, vamos Jimin, sal a divertirte.
Se dispuso a ir, pero un golpe de realidad lo golpeó, no sabía dónde era, si quiera sabía que lo aceptarían después de haber sido tan grosero con la Alfa, que hasta ahora, no recordaba su nombre.
Y entonces, se desánimo, pues su escape a una vida que no había experimentado se apagó, revisó unas cuantas veces su teléfono para tratar de acordarse de alguno de los dos alfas y el aparente delta que lo invitó.
— Claro, el chico que me invitó está en mis clases, él me dirá donde es.
Se dispuso a buscar el número entre los grupos de maestros, hasta que por fin lo encontró
— Din din din din — burló el Omega en forma de campana — BINGO EL NÚMERO GANADOR
Grito, mientras marcaba al aparentemente Delta.
— ¿Bueno?
— Hola, ¿hablo con Hyunjin?
— Si, con él habla ¿Puedo saber quién es el de la línea?
