𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐

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ɢʀᴀᴄɪᴀꜱ ᴘᴏʀ ꜱᴇʀ ᴜɴ ɪᴅɪᴏᴛᴀ

—Hola bella durmiente— mi madre abrió las cortinas.

—Mamá déjame dormir enserio, ayer no fué un buen día para mí.—Me tapé con la sábana.

—Bueno, pero hoy es otro día así que arriba- me la quitó.—Te veo en el buffet del hotel para desayunar, no tardes.

Me puse mi traje de baño, un poco de bloqueador y amarré mi cabello castaño en una coleta de caballo.

Estaba escogiendo que comer cuando alcé la mirada me topé con los ojos de Daniel y enseguida se callo el camarón que ya tenía agarrado.

Miré mi plato y seguía vacío, idiota sirvete rápido y vete.

—¿Ocurre algo?—Daniel se acercó y me miró tan intenso que me sonroje.

—Yo...—Mierda Mía dí algo.

—¿Te pongo nerviosa?—Se acercó a mí y yo retrocedí.

—Solo quería pedirte perdón... Por tirarte y Gracias por ayudarme a salir de la alberca.—Me acorraló en la barra.

—Jajaja ¿Crees que con un simple perdón lo vas a arreglar?—Susurró en mi oído.

—¿Qué?—me estremecí y apreté su brazo.

—Qué deberías tener más cuidado y fijarte por dónde caminas en vez de ver mi abdomen.—Mi cara ardió de vergüenza.

—Daniel te habla el entrenador.—Ian el chico del elevador apareció y Daniel volteó para verlo.

—Esta bien-Daniel me miró fijamente y se fué.

—Hola Mía— Me saludó.

—Hola ¿tan temprano harás ejercicio?—pregunté sonriendo.

—Ya terminamos el entrenamiento ¿y tú qué harás?

—Vine a desayunar.

—¡MIA!—Gritó mi madre haciendo seña de que fuera.

—Ammm yo, iré con mi madre.—Me despedí.

—¿Qué hacias allá Mía?—preguntó mi madre.

—Solo iba a escoger que desayunar.

—Tu plato está vacío— Marcus interrumpió.—Vuelvo enseguida— y se fué.

—Mamá, ¿enserio Marcus?¿No pudo haber sido otra persona?

—Él es lindo, no sé por qué lo odias.

—No lo odio pero... Es muy... Activo y quiere salir siempre, que conozcamos muchos lugares, nunca podemos estar tranquilas si estás con él.

—Eso no está mal mía—Dijo mi madre.

—Pero...—interumpió de nuevo Marcus.

—Ya volví preciosas, Mía, Mí amor, él es mi sobrino Ian.

Matenme.
Ahora resulta que el chico del elevador es sobrino del amigo ahora novio de mi madre por qué le dijo mi amor.

-Seguimos encontrándonos jaja-sonrió y se sentó a mi lado.

—¿Se conocen?—Preguntaron Marcus y mi madre a la vez.

—Nos quedamos atrapados en un elevador.

—Ppppfffhh—Mi madre escupió la bebida en la cara de Marcus.

Me tapé la cara de vergüenza.

—Bebé lo siento—Se levantó y le limpió la cara, para después besarlo.

—Jajaja—Ian comenzó a reír.

Es lindo ver qué no se sacó de onda por la reacción de mi madre hacía su tío.

—Iré por Comida...ya me dió hambre.

—Te acompaño—me dijo Ian.

Vaya que incómodo por qué siempre me tiene que pasar a mí.

°°°
Paso el tiempo y ya era de noche así que me arreglé para los bolos.

Me puse una falda de las delgaditas que sólo se amarran con un nudo y una blusa de tirantes blanca y tenis blancos.

Bajé a la planta baja y sí ahí estaban todos incluyendo la peliroja de la otra vez.

—Hola, si llegaste — Ian de nuevo.

—Sí jaja-repondí

—Vén te presentaré.

Llegamos con todos sus amigos.

—Chicos, ella es Mía.

—¿Es la chica que se cayó con Daniel a la alberca no?—Dijo uno de ellos.

—En realidad me tiró.—Habló Daniel Dándole un trago a su cerveza.

—Jajajajaja es que fué épico.

—Oigan chicos vamos a jugar verdad o reto ¿quién jala?—Dijo la pelirroja.

—Obvio todos, por qué aquí quien no le entre se va.—me miraron todos.

—¿Quieres jugar?—Me preguntó Ian.

—Sí— Dije decidida.

Todos se acomodaron y giraron la botella.

—Wuuuu, Natasha te toca besarte con Ian.—El volteó a verme.

Enseguida ella se levantó y le giró la cabeza y lo besó.

Mierda yo... No sé que sentí... A pesar de qué no éramos nada sentí algo.
Estaba demasiado confundida, se atrevió a invitarme ¿para esto?
¿Lo hizo por querer ser mi amigo?
¿Querría algo más?
Mi cabeza daba vueltas igual que la botella.

Le tocó a la pelirroja.
—A Aitana le toca quitarse la blusa— enseguida ella se la quitó todos gritaron.

Creo que este juego es demasiado extremo.

—¿Quieren una?—Uno de los amigos de Ian nos dió una cerveza.

Volvieron a girar la botella y le volvió a tocar a ella.

—Besa a Daniel—Ella se levantó y enseguida besó a Daniel que le siguió el besó y le apretó la cintura.

Parece que era mejor no haber venido.
Giraron la botella de nuevo y me tocó a mí.

—Quítate la blusa—Dijo la pelirroja.

Ian me miró confundido, no sabía si me atrevería o no.
Daniel sólo me miraba fijamente.

Yo a comparación de la peliroja tenía mucho menos de pecho.

Me quedé pensando por unos minutos hasta que puse mi mano sobre mi falda para sacar la blusa.

Mis dos razones favoritas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora