𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟐

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ᴄᴏꜱᴀꜱ ʙᴜᴇɴᴀꜱ ᴄᴏꜱᴀꜱ ᴍᴀʟᴀꜱ

El siguiente día, a pesar de lo que pasó con Ian fuí súper motivada a la escuela.

—¡Hola!—Natasha ya me esperaba en mi casillero.

—Wow, hoy te ves realmente bien, ¿pasó algo?

—Sólo, me siento bien, dormí
demasiado— Mentira, en la noche Ian me había dejado con las ganas y me la pasé toda la noche...

—Perfecto.—Nos dirigíamos a nuestro salón y de nuevo se cruzó el nerd.

—Mmmm, yo me preguntaba si... tú... ¿Quieres salir conmigo a comer o a cenar?

—Escucha niño nerd, si crees que me interesan tipos como tú estás demasiado equivocado. —Natasha lo barrió y se adelantó.

Él la jaló de la mano y la volteó de un tirón. ¿En qué mierda se convirtió?

—Sal conmigo.—La miró a los ojos intenso.—Por favor...—¿cambió de nuevo a ser amable?

—Esta bien—Mi amiga dijo tímida. Pero cuando lo notó volvió a la normalidad.—Pero yo te aviso cuando, esté es mi número—Le aventó una tarjeta al suelo y le guiñó el ojo antes de darse la vuelta.
El de nuevo se quedó sonrojado.

Vaya, si que son muy raros estos dos.

—Soy una diva, ¿viste eso?—Le entregaron el jugo verde que había pedido en la cafetería y me sonrió.

—Jajajaja, si claro, aún que debo admitir que se nota que él también te gusta.— la miré y ella escupió su jugo de la impresión.

—¡Dios mío, perdón!—Se tapó la boca.

—Como sea, necesito pasar al sanitario antes de entrar a la clase, te alcanzó allá.

Agarré mi mochila y justo cuando me dirigía hacia él baño ahí estaba Daniel.

Me iba a acercar a él pero después ví cabello rojo moverse con lo fuerte del viento.

—Por favor dime qué todo es sólo otro de los tontos juegos que siempre
haces— Aitana lo miraba preocupada.

—Vamos Aitana... ¿por qué me pides que te diga eso?— la miró frustrado.

—Tienes razón es una tontería, tú eres así—Ella lo besó.

—Te veo después de clases en mi casa.—Se fué motivada.

Yo retrocedí pero no me dí cuenta del escalón que estaba detrás de mí, así que caí y todo lo de debajo de mi falda quedó expuesto hacía él.

—Mía...—Me quedé impresionada así que me levanté lo más rápido que pude y salí corriendo de ahí con dolor de tobillo.

Entonces ¿el jugó conmigo todo el tiempo? ¿Sólo me uso? Empezaba a llorar pero cuando ví a Emi hablando con Mauricio.

—De verdad siento haberte tratado así en el paseo.—le dijo Mau.

—No te preocupes, estoy acostumbrado a este tipo de tratos, las personas a veces son un poco crueles, ya nada me impresiona.

—¡Escucha idiota me está costando trabajo disculparme y lo único que puedes decir básicamente es que no te importa!—lo tomó del cuello.

—¿Nunca cambiarás verdad? ¡Bien, entonces vamos has lo que quieras por qué yo tampoco, seguiré siendo gay sin importar lo que pienses!—Le gritó a Mau en la cara.

Mau de le acercó demasiado a Emi, tanto que creí que lo besaría, pero lo soltó y lo dejó confundido.
Él tomó su mochila, sonrió y se fué.

Yo aparte de confundida no lo podía creer.
Sonreí y me metí al salón, me recosté en la mesa.

Íbamos de salida y desde el piso de arriba veía como practicaba el equipo de básquet ball.

Daniel tiró una canasta de 3 puntos.
Sus brazos, sus piernas marcadas. No seas idiota Mía ¡yaaaa! Te irás al infierno por esos pensamientos, pero... Nadie sabe lo que piensas, enseguida me imaginé a Daniel deslizando sus definidas y manos sobre los muslos de mis piernas para después estrujarlos, enseguida aparezco yo acostada en la cama intentando detenerlo pero era imposible por qué de la nada aparecen unas esposas y él dominandome.
—Eres traviesa pies izquierdos, tendré que castigarte—Me voltea bruscamente y me embiste duro.

¡YA!
Volví a mirar hacia abajo y Daniel me miró pervertido, sabía lo que pensaba.

Me fuí roja.
Estaba a punto de irme a mi casa pero apareció Ian detrás de mí sudado por el entrenamiento.

—Mía, ¿Ya te enteraste?

—¿Que de todo?—Hoy habían pasado demasiadas cosas.

—Este fin de semana mi tío y tu mamá saldrán de nuevo.

—¿Qué novedad no?—Empece a caminar y mi sarcasmo fué obvio.

—Esta vez quieren que me quedé a cuidarte en tu casa.

Me detuve en seco.

—¿Qué?— ni siquiera lo voltee a ver.

—Creo que tu madre piensa que sería mejor idea tener compañía en ese tiempo.

—Dejame ver si entendí ¿Lo que ella quiere es que seas mi niñera por este fin de semana?— ahora sí lo miré.

—Solo es mi compañía.

—Pues gracias, pero prefiero estar sola—lo encaré lo que pareció mala idea por qué me besó.

Cuando me separé me di cuenta de que Daniel nos había visto.

Mis dos razones favoritas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora