𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟕

30 6 1
                                    

¿ᴇɴꜱᴇʀɪᴏ ᴄᴏɴ Éʟ?


6 a.m.

—¿Alguien que me recuerde por qué acepté venir?—Dijo Natasha adormilada.

Las chicas llevábamos pants gris impermeable.
Y los chicos pants negro impermeable.

—Bien chicos entreguénme el permiso y vayan subiendo al autobús.

En ese momento Natasha se iba a rebalar del autobús y el chico nerd de la otra vez la agarró de la cintura.

—¿Estas bien?—le pregunté asustada.

—Estoy bien no hace falta que me ayuden—Se quitó del agarre del chico.

Ví a Daniel y a Ian al fondo, entonces decidimos ir con ellos.

—¿Saben cuántas horas son de viaje?— pregunté con sueño.

—Son 5 horas—Respondió Daniel viendo mi expresión de ahs.

—Será divertido, ahora, sonrían— Natasha iba a tomar una foto pero el profesor le quitó el celular.

—De ahora en adelante, todos depositaran su celular en esta mochila, no sé ocuparan durante el fin de semana que estaremos en el campamento, recuerden que venimos a recuperarnos mentalmente y a aprender de la naturaleza, así que cero tecnología.

—Profe hubieran puesto en la descripción, retiro espiritual.—Dijo un integrante del equipo de básquet y todos comenzaron a reír.

—Si claro, ríanse, después veremos cómo le hacen sin sus aparatitos, los quiero aquí ya.—pasó por cada asiento a recoger celulares.


—Bien chicos harán equipos de 10 personas para compartir las 4 cabañas que hay, los profesores nos encontraremos en la que está arriba para tener vigilancia de ustedes.

Enseguida las Natasha, Mía, Aitana y yo nos juntamos.

—Chicos Quieren estar con nosotras.

—Yo creo que sí, los del equipo se fueron con sus novias.—Dijo Daniel.

—Eso está bien pero sólo son Daniel, Ian, Rodrigo y Mauricio.—Respondió Lidia.

—Faltan dos—Dijo Rodrigo.

—Que sabio.—Se burló Lidia.

—Somos la mayoría, solo agarremos una cabaña, no nos pueden separar.

—Ya vine—Gritó Mau.

—¿En donde diablos estabas?—Aitana lo miró mal.

—Busqué cuál era la mejor cabaña, enserio agarremos la más pegada al lago.

Nos dirigimos a esa cabaña y no había luz.

—¿La mejor?—Aitana hizo cara de asco.

Todos estábamos sacados de onda hasta alguien tocó la puerta.

—Chicos cuántos son aquí.—El profesor.

—Somos 8 le respondí.

—Ahora son 10—Nos agregó a dos chicos más, entre ellos el nerd que chocó con Natasha esa vez y otro chico que se veía un poco afeminado.

—Mierda, dos psicópatas más.—Dijo Mauricio, Atenea lo miró con cara de odio por qué ella amaba la legión LGBT.

Toda ese día nos quedamos recolectando leña y preparando las cosas para los juegos y actividades del fin de semana, cada quien con sus equipos, nos explicaron cómo iba a ser cada cosa así que se nos fué el día rápido y teníamos que dormir temprano para que tuviéramos toda la energía a partir de mañana.

8 p.m.

—Solo hay 5 camas individuales y un baño.—Dijo Lidia.

—Yo no pienso dormir con un hombre—Dijo Mauricio.

—Pues cada quien que escoja una pareja para dormir.

Lidia y Rodrigo se unieron luego luego, parecía que ellos ya traían algo.

Daniel se iba a acercar a mí pero Ian me abrazó por detrás.

Aitana enseguida se unió a Daniel.

—Ni crean que yo me quedaré con este nerd—Dijo Natasha enojada.

—Entonces quédate con Mauricio—Torcí los ojos.

—Ni loca.

—Yo dije que no me quedaría con un hombre, y menos con éste gay.—Gritó Mauricio enojado.

—No te preocupes, yo, no molestaré, puedes quedarte con la cama, dormiré en el piso.—Toco la parte de atrás de su cabeza apenado.

—Yo también puedo dormir en el piso—Dijo el Nerd.

—Ni loca—Lo interrumpió Natasha, ella tenía buen corazón.—No quiero verme como una mala persona, sólo no me molestes y ya.

—Bien—Le respondió con una sonrisa linda.

Así que quedamos así:

Lidia                Rodrigo.
Natasha          El Nerd (Noé)
Emi(El gay)    Mauricio
Aitana             Daniel...
Yo Mía             Ian.

No había luz y no teníamos nuestros celulares, entonces no se veía nada.
Para que las chicas nos pudiéramos pijama sacamos a los hombres, sólo Emi se quedó.
Ya nos estábamos acostando.

—Eres muy linda— Ian me miró con ternura.

—Gracias, descansa Ian—Me dí la vuelta hacía el otro lado y Daniel me observaba.

Él me sonrió, como si ya estuviera esperando el momento en el que me iba a voltear hacía él.
Pero de la nada la mano de Aitana lo abrazó.
Rodé los ojos y me acomodé boca arriba.

En la madrugada me andaba del baño así que me paré en intenté no despertar a nadie, pero como soy yo de nuevo tropecé con un tenni y caí.

Afortunadamente nadie se despertó por qué fué un día pesado.

Cuando terminé de hacer Daniel estaba ahí parado.

—¿Que haces aquí?—Dije sorprendída pero en voz baja.

Mis dos razones favoritas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora