𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟗

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ᴀᴠᴇɴᴛᴜʀᴀ ᴇQᴜɪᴘᴏ ʀᴏᴊᴏ

—Ey no te preocupes, yo te cuido.—Dijo Ian.

—No hará falta, para eso estoy yo.—Le respondió Daniel.

—¿Qué?—Me sorprendió lo que dijeron, más de parte de Daniel.

—Ey chicos no peleen— los calmó Natasha.

Bien chicos a sus puestos.

—Ya estamos grandes para estos juegos idiotas—Dijo Aitana.

—¿Tenemos que llegar los 10 del equipo  a la vengala?— preguntó Daniel.

—De verdad eso sería Magnífico, pero sólo llegará con suerte uno jajajaja.—Rió el profesor.

Los equipos estaban equilibrados puesto que los demás que jugaban básquet también estaban en otros equipos.

—Encuentren todas las pistas que están en estás hojas—Nos dió a cada equipo una hoja y a mí me dió la del equipo rojo.

—En sus Marcas, listos,—hizo una
pausa y todos se miraron retandose, ¿qué rayos? Les encanta competir a todos.—Fuera.

Todos corrieron, me impresiona la velocidad a la que van.
Las que íbamos más atrasadas éramos todas las chicas, Emi y el nerd adelantito de nosotras.

—Alcanza la mochila de color rojo.—Dije agitada por la corrida.

—¿Qué?

—Supongo que la mochila roja debe de estar en un árbol en un lugar no tan escondido pero sí alto.—Dijo el Noé o el Nerd ahora era su apodo.

—No me digas sabelo todo—le respondió Mauricio obvio.

—Tiene lógica—Dije analizando.

—Solo busquen un árbol con malditas pistas—Dijo la pelirroja acomodando su cabello.

—¡Bingo!—Dijo Lidia.

—Nacesitamos alguien alto — Mauricio Daniel e Ian eran muy altos pero Mauricio tenía más volumen, era como un Emmett Cullen de crepúsculo.

—Claro, saben que mis músculos están a sus órdenes— todos comenzamos a reír.

—Y alguien delgado—Todos voltearon a ver a Emi.

—No lo haré.—Dijo de nuevo molesto.

—Por favor Mau, tenemos que ganar—le dijo Natasha.

—Bien—Enseguida Emi se subió a los hombros de Mau.

—La manzana está arriba a tu derecha.—Le dijo Ian a Mau.

Por fin Emi agarró la manzana pero casi se resvala y Mauricio lo tomó de la cintura.

—Fíjate tonto—Le dijo serio.

—¡Bien! El segundo paso es lanzar la flecha al blanco y se te dará otra pista.

—Quitense, yo haré eso.—amarro su cabello rojo en una coleta.

—Aitana ten cuidado.—le dijo Lidia.

Ella se concentró y le dió justo en el blanco.

—¡Wow! —Dije impresionada, enseguida cayó un frasco con una llave y otra pista.

—¿Qué dice la siguiente?—Ian se pegó demasiado a mi cara y me sonrojé.

—Amm... Tenemos que encontrar el cofre, está cruzando el río.

Corrimos derecho intentando encontrar el río pero no hallamos nada.

—¿Por qué mierda hacemos esto?—Preguntó Mauricio frustrado.

—Es parte del curso, siento que el profesor nos vio tan centrados en la tecnología que necesitábamos un respiro.—Le respondió Emi.

—Tomaras tu respiro cuando estés en el suelo por no callarte, gay—le respondió de nuevo Maurio.

—Escucho algo— Dijo el nerd— El río está cerca.

—¿Como lo sabes?—Le preguntó Natasha.

—He leído demasiado.—le respondió el nerd y todos los seguimos.

Lo vimos al fin, todos llegamos cansados.

—A cruzarlo.—no era de fuerte corriente y aparte tenía rocas para cruzarlo.

Todos pasaron rápido, yo lo sentía todo tan controlado pero mi pie resbaló en la última roca y me lastimé.

—¡¿Mía estás bien?!—Ian se apresuró a preguntar.

—Estoy bien—Le mentí, me dolía demasiado,pero no quería causar problemas.

Todos ya estábamos del otro lado pero a Emi le dió miedo y se quedó justo a la mitad.

—No puedo hacerlo lo siento—Gritó de miedo.

—Emi tranquilo, solo pisa las rocas.

—¡No puedo enserio!—Nos gritó asustado.

—Mierda, ven acá idiota nos vas a atrasar a todos—Le gritó Mauricio.

Emi empezó a llorar y Mauricio fué por él, le ayudo a pasar el río.

Bien, sigamos.

—¿Alguien sabe que hora es?—Preguntó Rodrigo.

—¿Acaso me crees maya? No tengo un maldito reloj—Bufó Mauricio

—¡El cofre!—la llave, en seguida abrí el cofre y habían sudaderas anti balas, caretas y ¿armas de gotcha?

—Lee que dice.—Me ordenó Daniel en lo que todos se ponían el equipo.

—Que comience el —Antes de terminar se escucharon las balas de pintura estrellándose contra todos.

Todos tomamos un arma rápido y nos fuimos corriendo pero tropecé por el dolor de mi tobillo.
Daniel enseguida me cargó pero ninguno de los dos nos pusimos el equipo de protección.

—Idiota, te preguntaron que si estabas bien.—Nos alejamos lo más que pudimos pero 2 de los azules nos estaba disparando.

—¡Daniel!— Grité
Una bala de pintura iba directo a mi cara pero el se volteó y la recibió en el brazo.
La fuerza y rapidez hicieron que yo cayera bruscamente de sus brazos.
Se quejó de dolor, pero agarró el arma y enseguida les disparó a los dos en el pecho lo que los dejó tirados.

—¡Dios! ¿Estás bien?—Las balas de gotcha eran desmasiado duras, en segundos se le notó a Daniel el moretón muy feo con un poco de sangre en su brazo.

—Estoy bien Mía—Me besó.

Mis dos razones favoritas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora