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Cuando Jeongin retiró el apretado boxer negro que cubría su hinchado pene, Seungmin sintió que empezaría a babear, al tener nuevamente aquel magnífico cuerpo completamente desnudo frente a él.

Pecho musculoso, brazos fuertes y tatuados, aquellos gruesos muslos... aquel enorme pene que deseaba más que a nada en el mundo, babeando ante la perspectiva de tenerlo en su interior, tragándolo por completo.

Sintiéndose nuevamente excitado, hizo que Jeongin se quedara acostado sobre la cama. Dejó un camino de besos sobre aquel trabajado pecho, delineando los duros abdominales con su lengua, hasta llegar finalmente a su gran objetivo.

Los ojos de Jeongin brillaban ante la excitación que sentía al ver a Seungmin agarrando su miembro erecto con una mano, empezando a masturbarlo lentamente. Sin poder evitarlo, soltó un sonoro jadeo cuando el mayor lamió la cabeza de su miembro, antes de deslizarla por todo el tronco, lamiendo cada vena, hasta llegar a sus testículos.

Seungmin, complacido ante las reacciones de Jeongin, subió nuevamente hasta envolver el grueso glande entre sus labios, deleitándose con los suspiros que soltaba Jeongin, sintiendo el líquido preseminal regarse lentamente en su boca, amando aquel sabor.

Bajó su boca lentamente por la dura polla hasta donde pudo, envolviendo con su mano lo que no alcanzaba con su boca. Empezó a chupar cuando sintió las manos de Jeongin acariciar su cabello, lo que lo incitó a acelerar su ritmo, gimiendo de excitación mientras seguía chupando aquella gruesa y deliciosa verga.

Amaba la sensación del pene de Jeongin llenando su boca, amaba el hecho de que fuera tan grande que no podía tomarlo entero. Aumentó sus movimientos de manera brusca, acariciando con su mano libre los hinchados y cargados testículos del menor. Quería sentir la esencia de Jeongin, llenando su boca con abundancia, hasta dejarlo seco.

—Minnie... me voy a correr... — intentó advertirle Jeongin, pero éste hizo caso omiso, acelerando sus movimientos hasta que escuchó al menor gemir fuertemente su nombre.

Seungmin sintió el pene de Jeongin vibrar en su boca, descargando a chorros su esperma, directo en su garganta. Gimió de placer mientras continuaba chupando, tragando con gusto todo lo que pudo de aquella deliciosa esencia.

Cuando Jeongin disparó toda su carga, gimió ante la hipersensibilidad que sentía mientras Seungmin seguía chupando su miembro.

—Minnie...

Seungmin sacó lentamente el miembro de su boca luego de tragar todo, limpiando con su dedo un pequeño hilo de semen, el cual se había escapado de su boca, antes de chuparlo, ante la mirada lujuriosa y penetrante del menor.

Jeongin agarró el rostro del mayor con ambas manos para unir sus labios en un caliente beso, importándole poco el hecho de que Seungmin acababa de tragarse su esencia. El mayor se deshacía en gemidos mientras adentraba su lengua en la cavidad ajena, provocando que Jeongin sintiera su pene endurecerse nuevamente ante aquella acción.

Jeongin cambió nuevamente sus posiciones, dejando esta vez a Seungmin recostado sobre la cama, totalmente expuesto frente a él.

Se tomó su tiempo para besar todo el torso de su amado, bajando hasta llegar a su dureza. Tomó aquella erección en su boca durante un par de minutos, ya que deseaba que Seungmin se corriera con él en su interior, provocándole al mayor una serie de gemidos. Y luego de un rato, Jeongin separó las piernas de su amante con ambas manos, dejando su entrada expuesta frente a él.

Seungmin soltó un sonoro gemido cuando sintió la lengua del menor dar una lamida sobre su agujero, humedeciéndolo.

—Amor... ¡Jeongin! — sollozó de placer, al sentir aquel húmedo músculo adentrándose lentamente en su interior — Ya estoy listo, por favor...

𝖬𝖺𝗒𝗈𝗋𝖾𝗌. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora