Perfect (NOVEDADES EN LA ÚLTIMA PARTE PUBLICADA)

Capítulo 17

Capítulo 17

Narra Blaine

Domingo

18.00hs

Ya me encontraba allí. Todavía tenía esa fea sensación opresora en el pecho y aún hacía fuerza para reprimir las lágrimas.

Sebastian no había intentado retenerme cuando descubrió que me estaba levantando, simplemente se giró en la cama y continuó durmiendo. Una vez fuera de su apartamento, me dirigí al mío. Ingresé sigilosamente y rogando que Sam no se encontrara allí. Necesitaba un baño que me ayudara a quitar esa horrible sensación de mi cuerpo. Dejé que el agua tibia hiciese su trabajo por un largo rato. Cuando salí acomodé mi cabello con algo de gomina como acostumbraba desde el desfile al que Kurt me había invitado y me vestí. Quería despejarme, tenía que salir del departamento o sólo me quedaría repasando una y otra vez lo sucedido la noche anterior. Entonces la idea de acudir a él se presentó en mi cabeza.

Llevaba una mochila cargada al hombro la cual contenía una manta, sándwiches y jugo de naranja que preparé antes de abandonar mi hogar.

Alcé la mano para dar unos golpes a la puerta cuando esta se abrió.

―¡Kurt! ―exclamé sorprendido.

―¿Blaine? ¿Qué haces aquí?

―¿Vas a salir? Porque yo... Uhm... Creí que podríamos... Es que estuve ocupado hoy temprano y me preguntaba si... ―divagaba mientras a él se lo notaba cada vez más confundido―. Está bien: ¿Quieres ir al parque conmigo? Traje para que disfrutemos de un picnic ―anuncié señalando la mochila en mi espalda.

La confusión del rostro de Kurt fue reemplazada por una gran y hermosa sonrisa.

―Me encantaría ―reconoció al tomarme del brazo para dirigirnos ambos al elevador del edificio.

18.25hs

―Puedes dar la vuelta en la esquina. Esa calle no es tan transitada y podremos llegar más rápido.

Kurt simplemente no contestó, en cambio, aparcó el automóvil y comenzó a deshacerse de su cinturón de seguridad.

―¿Qué haces? ―le pregunté intrigado.

―Hay que cambiar de asientos, vamos ―me ordenó.

Todavía no entendía qué se proponía hacer, pero acaté su pedido; yo terminé detrás del volante y él en el asiento del acompañante.

―¿Vas a explicarme ahora?

―Eres un desastre como copiloto ―afirmó.

―Esto es excitante ―dije entusiasmado mirando a través del parabrisas e ignorando su comentario.

―Prometo no acosarte con indicaciones.

―¡Oh, vamos! No ha sido tan malo.

―¡Claro que lo fue! A partir de este momento tú serás el conductor designado cada vez que salgamos juntos.

Acaricié el volante como distraído.

―¿Eso significa que habrán más de estas salidas?

Kurt bajó su mirada, se encogió un poco en su asiento y comenzó a sonrojarse como aquella vez que le pregunté su nombre en el tren. Su reacción ante situaciones inesperadas como esas me provocaba ternura y no pude evitar sonreír. Se veía totalmente adorable.

―Uhm... No lo sé, quizás.

―Me encanta que te empeñes en disfrazar tus ganas de pasar tiempo conmigo ―dije al quitar mis ojos de Kurt para poner en marcha el vehículo y colocarlos en el camino.