Perfect (NOVEDADES EN LA ÚLTIMA PARTE PUBLICADA)

Capítulo 2

Capítulo 2

Narra Blaine

Miércoles

20.00hs

―¡Oh, Sam! ―grité tirando mi mochila al piso―. ¡El apartamento no es un hotel!

Me tomé la cara con las manos. Odiaba que haga eso.

―¿Eh? ―dijo despertando. Frotó sus ojos y me miró confundido―. ¡Deja de joder, Blaine!

―¡Sam, o te levantas y te vistes o te levanto yo a patadas en el culo!

―Pero, qué demo... ―empezó a decir Brittany, luego me vio y gritó―. ¡Oh, mierda! ―Intentaba tapar su pecho desnudo con la manta del sofá―. ¡Lo siento, Blaine! ¡Carajo! ¡Sam, cúbrete!

―Blaine me conoce desde la primaria, Britt. Vivimos juntos. No va a ver nada que ya no haya visto ―dijo acercándola más a su cuerpo, pretendiendo seguir durmiendo abrazado a ella como una garrapata.

―Ok, Sam. Me largo. Lo siento mucho, Blaine. Yo pagaré las pizzas la próxima vez que nos juntemos, ¿si?

La rubia se cambió rápido, me dio un beso en la mejilla y salió casi corriendo, tomando antes su bolso.

La sala de estar era un desastre, todo estaba desordenado. El piso se encontraba regado con la ropa de Sam y los almohadones del sofá en el que estaba acostado.

―¡Ya! Levántate, inútil ―le ordené golpeando su nuca.

―¡Oye! Deja de agredirme, Blaine ―contestó molesto al levantarse.

No tuvo ningún interés en ponerse ropa, o al menos en tapar su entrepierna.

―¡Vístete de una vez! ―exigí arrojándole un pantalón.

―No seas dramático. Tú tienes lo mismo que yo, no sé qué es lo que te espanta tanto. Me voy a tomar una ducha ―avisó mientras desaparecía en dirección al baño.

―¡Te odio, Evans! ―le grité enojado.

―¡Oh, claro que no! ¡Tú me amas! ―gritó él en respuesta desde la bañera.

21.30hs

Estaba mirando a Sam comer. Parecía un cerdo.

―¿Puedes intentar comer como una persona normal y no sólo meter la comida en tu boca y tragarla? ―cuestioné haciendo una mueca.

―No entiendo cuál es tu problema ―contestó con la boca llena.

―Qué asco.

―Dime, ¿qué te pasó hoy? ¿Problemas con tu jefe otra vez? ―preguntó mientras servía bebida en ambos vasos.

―¿Por qué supones que me pasó algo? ―le consulté extrañado.

―Cuando Sebastian te molesta llegas así, histérica.

Se encogió de hombros sorbiendo un trago de su jugo.

―No deja de acosarme. ―Me masajeé las sienes agotado―. ¿Tanto se me nota?

―Sip... ―Lo miré por unos minutos―. Deberías renunciar, en serio ―dijo apuntándome con su tenedor.

―No puedo. No ahora. Me prometieron un ascenso. En poco tiempo no tendré que cruzarme más con ese imbécil ―decidí negando con mi cabeza, comiendo otro bocado.

―¡Por favor, Blaine! Hace más de un año te prometieron ese maldito ascenso ―me recordó indignado.

El resto de la cena transcurrió en silencio. Yo no podía dejar de pensar que Sam estaba en lo cierto, pero necesitábamos el dinero, no podía renunciar hasta conseguir un empleo que nos permitiese no quedar en la calle.

22.00hs

Me había recostado a continuar leyendo "The Land of Stories". Sabía que era un libro para niños y jóvenes pero no pude evitar quedarme atrapado por la trama.

Escuché que Sam apagaba la televisión en la sala de estar y las luces.

―Hasta mañana, hermano ―dijo arrimándose por la puerta de mi habitación.

―Que descanses, Sam ―le deseé mirándolo sobre mis gafas de lectura.

―Eres todo un nerd, ¿lo sabes, verdad? ―Se rió refiriéndose a mi imagen.

―¡Ya, vete a dormir! Mañana debes levantarte a ver qué carajo pasó arriba de ese sofá. No quiero encontrarme con ninguna mancha extraña ―le ordené.

―Claro ―dijo restándole importancia.

Sabía que no lo haría. Hizo una mueca como si estuviera recordando el momento que pasó ese día por la tarde y suspiró cerrando los ojos.

―¡Oh, Britt!

―¡Mastúrbate en tu cuarto!

Le tiré con una almohada que esquivó. Saludó con su mano y se fue riendo a carcajadas luego de cerrar la puerta de mi habitación.

Jueves

7.30hs

―¿Quieres café? ―preguntó Sam.

Él ya se había cambiado, yo seguía en mis bóxers. Me senté en uno de los taburetes de la cocina mientras Sam me ponía una taza delante.

―Gracias.

―Te escuché ir al baño varias veces durante toda la noche, ¿te sientes bien? ―Se preocupó.

A veces parecíamos hermanos de verdad.

―No pude pegar un ojo ―le conté mientras tomaba tragos de café esperando que me ayuden a despertar―. Tuve el mismo sueño cada vez que conseguía dormirme: una mirada fija en mí que cambiaba de colores. Primero era gris, luego celeste y terminaba siendo verde.

Sam me miró un momento y luego siguió acomodando las cosas del desayuno.

―¿Llegas temprano hoy? ―pregunté.

―No, me quedo en el trabajo hasta las ocho. ¿Por? ―Se giró en mi dirección.

―Sólo pregunto... ―Me encogí de hombros y me dediqué a terminar el café.

8.25hs

Acababa de subir al tren y estaba escogiendo algún asiento. Caminé algunos vagones y lo vi: el castaño del día anterior se encontraba en el mismo lugar, otra vez del lado de la ventanilla. Un impulso me obligó a ir hasta allí y me acomodé a su lado.

Una muchacha pasó cerca de mí y me guiñó un ojo, yo sólo la miré y no contesté a su gesto. Esperó un momento y cuando se dio cuenta de que no reaccionaría, se alejó con decepción. No me importó mucho; me puse los auriculares y encendí el reproductor de música de mi celular.

Recordé que el castaño seguía a mi lado porque sin querer rocé mi pierna con la suya a la altura de la rodilla cuando empecé a moverme al ritmo de la melodía que escuchaba.

Lo observé preguntándome si debería pedirle disculpas o no y me crucé con sus ojos. Su mirada. La primera vez que lo vi era celeste y en ese momento parecía más bien verde. ¿Será la misma mirada de mi sueño?

Esa pregunta no dejó de resonar dentro de mí hasta que solté una palabra.

―Hola ―dije cuando me quité los audífonos.

Él me miró y sus mejillas se transformaron de su color natural al rojo, pasando por todos los tonos de rosado que existen. Así de sonrojado como estaba volvió a mirar por el vidrio hacia ningún punto específico, achicándose en su asiento.

Tenía curiosidad de saber su nombre así que no esperé a que me contestara:

―Disculpa ―le sonreí―, mi nombre es Blaine. ¿Puedo saber el tuyo? ―Su cara parecía arder por el color que tomó su piel.