Capítulo 15

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Capítulo 15

Narra Blaine

Domingo

14.00hs

Hacía apenas minutos que los chicos se habían ido, todos excepto Brittany que planeaba quedarse todo el día.

Habíamos pasado una noche entretenida, una noche como las demás. Nos enteramos que Artie andaba en algo con su cita del fin de semana anterior, aunque no quiso dar muchos detalles. Brittany ya se sentía mucho mejor de su gripe y trajo las pizzas como había prometido, y Tina decidió tomar algunos vasos de cerveza de más y nos proporcionó varias horas de risa.

Mientras Sam preparaba algo para almorzar y Brittany se encargaba de la degustación de todo en la cocina, yo no podía conseguir quitar la sonrisa de mi rostro. Escenas imaginarias de lo que podría pasar se dibujaban en mi mente, y eso era suficiente para que la espera se hiciera insoportable.

La confusión era cada vez más evidente, realmente no sabía qué pensar. Al comienzo era yo quien buscaba que pasara algo más y Kurt era quien ponía un límite a todo. Pero lo que pasó en el elevador me dejó descolocado. Por eso decidí permitir que las cosas sucedan hasta donde Kurt estuviese dispuesto a ceder; después de todo, yo no perdía nada.

Como la idea de volver a verlo era protagonista de mis pensamientos desde hacía rato, me lancé a llamarlo. Tardó unos segundos en contestar.

―¡Hola, Kurt!

Hola. Uhm... ¿Blaine? Yo... Uhm...

Hablaba en un tono bajo y no se escuchaba muy animado.

―¿Estás ocupado? Sólo quería saber a qué hora quieres que vaya a tu apartamento hoy.

―¿Hoy?

―La cena... ¿Recuerdas?

¡Demonios! Yo... Uhm... Lo olvidé... No... No podré hoy, Blaine.

―¿Sucede algo?

Yo... Estoy con Chandler, lo siento.

Me quedó un gusto amargo en la boca luego de darle fin a la llamada. Más bien, Kurt lo hizo.

Chandler, ése debe ser su nombre.

Lunes

7.30hs

Me miré al espejo. De nuevo, mi rostro estaba decorado por dos grandes bolsas debajo de mis ojos, señal de una noche larga sin poder dormir.

Otra vez ese sueño. Besos, abrazos, caricias. Todo era hermoso hasta que la piel de Kurt comenzaba a alejarse.

Enjuagué bien mi rostro, acomodé mis rulos como pude y, luego de cepillarme los dientes, me dirigí a la cocina por un poco de café.

―¿Irás a trabajar hoy? Te ves horrible ―preguntó Sam mientras colocaba una taza en frente mío.

Desde que decidimos alquilar ese apartamento y compartirlo, todas las mañanas eran iguales: yo me levantaba, iba hacia la cocina, me acomodaba en una de las sillas, y Sam ya tenía un poco de café preparado para mí, el cual bebía mientras él ordenaba todo lo que había usado para hacer el desayuno y preguntaba acerca de los planes que tenía para mi día.

―No voy a faltar. Sebastian se volverá loco.

―Sólo preguntaba... ¿Mala noche?

―Eso creo.

Perfect (NOVEDADES EN LA ÚLTIMA PARTE PUBLICADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora