Perfect (NOVEDADES EN LA ÚLTIMA PARTE PUBLICADA)

Capítulo 13

Capítulo 13

Narra Blaine

Viernes

22.55hs

Seguimos moviéndonos aún cuando la canción había terminado. No nos detuvimos a escuchar la próxima melodía porque no queríamos abandonar ese contacto que habíamos conseguido. Tan sólo seguíamos bailando así, yo tomando su cintura y él descansando su cabeza en mi hombro. Le había cantado toda la canción al oído, suave, como un susurro que sólo Kurt escuchara, y ahora esperaba su reacción. Luego de un momento, y sin moverse, comenzó:

―Es hermosa. Jamás le había prestado verdadera atención. ―Suspiró profundamente, como si quisiera expresar algo y las palabras no salieran de su boca―. No sé qué decir.

―No tienes que decir nada. Sólo quería que escucharas...

Se quedó en silencio un momento y supuse que había tomado eso como el pie para no seguir pensando una respuesta, por eso repetí:

―Close your eyes, give me your hand, darling. Do you feel my heart beating, do you understand?

Hice una pausa y cerré los ojos, exprimiendo cada segundo. Kurt aprovechó para contestar:

―En realidad, justo en este momento, puedo sentir el latido de tu corazón, Blaine ―dijo poniendo su mano en mi pecho―. Y es increíble, porque mi corazón imita el ritmo frenético del tuyo cada vez que te tengo cerca.

―Do you feel the same, am I only dreaming?

―No es un sueño. Todo se siente tan real, tan... Perfecto.

―Is this burning an eternal flame?

Hubo una pausa que respetamos los dos. Yo estaba algo mareado, no entendía por qué había empezado a cantar de nuevo, simplemente lo hacía, y parecía que era justo lo que necesitaba decirle, lo que necesitaba preguntarle a Kurt. Él no estaba nervioso pero sí se lo notaba tenso.

―Tengo miedo...

―¿Por qué, Kurt?

―Es que... Si dejamos que la llama se encienda no creo que podamos apagarla y corremos el riesgo de quemarnos.

―A mí también me asusta...

Él levantó su rostro y me miró fijo a los ojos, como comprendiendo lo que ellos expresaban. No pude soportar cómo ese color gris me estaba consumiendo y uní nuestras bocas. Me conformé sólo con el roce de sus labios hasta que la necesidad se hizo presente y mordí suavemente el inferior para que me permita explorar un poco más allá. Kurt no oponía resistencia, él simplemente se dejaba llevar. Disfruté unos segundos de su sabor y de la lucha que libraban nuestras lenguas por llevar el control del beso, hasta que decidí ponerle fin.

―¿Qué sucede? ―preguntó Kurt sobresaltado ante mi repentino cambio de actitud cuando separé nuestras bocas.

Tomé con ambas manos su rostro para que hiciese foco en mí y me prestara atención, disfrutando de sentir bajo ellas la suave piel porcelana.

―No quiero obligarte a hacer nada que tú no quiera hacer. Yo te entiendo. ¿Lo sabes, no? No te sientas obligado a...

―Blaine, si yo no hubiera querido que me besaras no te hubiese permitido que lo hagas.

Nos miramos un momento y concluyó:

―Tienes... Tú tienes razón...

Me obligó a soltarlo y empezó a caminar hacia la mesa que habíamos estado ocupando antes de ir a la pista de baile. Yo me apresuré a seguir sus pasos.