Lejos.

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Hacía largo meses que las lágrimas no caían sobre su bella cara, destruía por completo la felicidad radiante en su sonrisa la cual había luchado duramente por mantenerla llena de alegría. Escuchar como aborrecía su mera existencia era duro de procesar, más duro que cualquier herida o tortura.

Jason se había dispuesto a dejarlo en manos de otras personas, creía que serían mejor ejemplo para él.

Pero Jonathan se negaba a ser arrebato de sus manos.

—¿Por qué nadie pidió mi opinión en primer lugar?—  controlar sus emociones era complicado, Jonathan buscaba desahogarse rompiendo cualquier objeto que estuviera en su rango más cercano.

— ¡Porque fuí yo quien lo decidió!— exclamó, sus palabras le hicieron darse cuenta en algo.

—Entoces, soy un maldito estorbo para ti— dijo él.

Jonathan apretó con fuerza su pecho para tratar que las palpitaciones en su corazón se detuvieran, pero sus palabras había desgarrado gran parte del amor que se había creado, el sentimiento que creía recíproco resultó ser una farsa.

Sus piernas se estremecieron que lo obligaron a sentarse sobre el suave colchón, sollozar hasta que cada gota terminará de correr sobre su mejilla, mientras en su boca saboreaba la amargura y el odio mezcladas.

Se había creado un lazo que lamentablemente Jason no estaba dispuesto a tomar, incluso, reconocía los sentimientos amorosos que se había forjado entre ambos, pero prefería ocultar en las profundidades de su corazón. Enamorarse del chico había hecho que más de una vez se cuestionara sobre, si lo más justo era entregarlo sabiendo que su vida salvaría millones o tomar la desición errónea de escapar juntos teniendo en cuenta que serían buscando en cada rincón del mundo.

Probablemente, el sería asesinado por no cumplir su palabra.

— Y-Yo... Ya no puedo seguir— mentía.

Jonathan limpio las lágrimas que envolvían sus ojos azules, para después suspirar con pesadez—.  Cada situación de peligro podimos enfrentarlas, saliendo casi ilesos, creo que juntos podríamos vencer cualquier cosa en este mundo.

— tuvimos suerte de estar vivo, te irá mejor con otras personas — dijo jason. Finalizando la conversación para dar media vuelta y alejarse del menor.

Mientras que lo veía partir decidido Jonathan cayó al piso arrodillado sollozando hasta que su garganta ardiera, hasta que su pecho doliera y que sus palabras llenas de odio lo hicieran retractarse de su desición.

En tan poco tiempo había simpatizado con Jason que lo conocía perfectamente, que cuando tomaba una desición era difícil hacerlo cambiar de opinión.

Pero no se daría por vencido.

One Shots DC(Jon Kent x Jason Todd) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora